Después de dejar a Danisa recogiendo nuestras bandejas con los restos de comida, me dirigí hacia la enfermería, y aunque era muy temprano, me encontré allí a la enfermera, que se sorprendió al comprobar lo pronto que llegaba.
- ¡Vaya, Emerald! No te esperaba hasta dentro de una hora o así, ¿qué haces por aquí?
- Estaba nerviosa, siempre me pasa cuando voy a iniciar un nuevo proyecto.
- Bueno, no pasa nada, no tienes porqué sentirte nerviosa aquí, estarás a mi cargo, y el trabajo no es muy duro la mayoría de los días.
Yo le sonreí nerviosa, pero esperando parecer simpática, y eficiente.
- No tengo ninguna experiencia trabajando en una enfermería, pero al parecer el Alfa Denzel quiere que yo me ponga al cargo de la escuela primaria el próximo curso, por lo que necesitaré saber un poco de primeros auxilios.<
Tras dos semanas de intenso trabajo, casi había olvidado que hoy hacía dos semanas desde que me examiné en el instituto Mark Insights, y que se suponía que tenía que ir en persona a recoger las notas.Como digo, tras esa primera quincena en la enfermería, los días se me pasaban tan rápido, que hasta que no me encontré con Danisa en el salón de desayunos, no recordé que era el día de acudir a la ciudad a por las notas.- Emerald, Emerald.Me llamó ella esa mañana cuando entré en el comedor. Como siempre, hacía grandes aspavientos, y movía las manos para llamar mi atención, como si yo no hubiera reparado ya en su coleta, sujeta en la parte más alta de su cabeza con un coletero verde brillante, y su top corto a juego. Le devolví el saludo, y le indiqué por señas que
Después de disfrutar de una buena tarde contándonos cotilleos frente a una taza de té, Danisa y yo regresamos. De nuevo, conduce ella, y su forma de llevar el vehículo me hace sentirme en riesgo constante. Pienso en la posibilidad de obtener mi propia licencia de conducción, pero lo descarto rápidamente de mi mente, pues aunque consiguiera ahorrar lo suficiente para pagarme las clases, y el examen, aún necesitaría un coche propio, y eso me resultaría mucho más difícil de conseguir.Cuando al fin llegamos, y Danisa deja su vehículo en el enorme garaje de la casa de la manada, me despido de ella con un abrazo, y me encamino hacia la cocina, donde encuentro a Maya y a su madre.- Estábamos esperando a que volvieras de la ciudad, una de las chicas del entrenamiento nos dijo esta mañana que habías ido a recoger las notas.- dice Maya.- He aprobado, chicas.
Darme cuenta de lo que realmente acababa de ocurrir me transtornó más profundamente de lo que hubiera llegado a imaginar. Me giré de nuevo, en dirección a Alfa Denzel, y observé la purpúrea marca que mis dientes habían dejado sobre su piel. Él también estaba atónito, de hecho, ni siquiera me miraba, y fijaba totalmente su mirada en su propio cuerpo, se tocaba la zona marcada, y maldecía en voz muy baja.No sé porqué motivo la voz no salía de mi garganta, quería disculparme, explicarle que lo que acababa de hacer era nuevo para mi, y que por supuesto, no tenía intención de vincularlo a mi, de ningún modo. Pero mis labios se movían sin articular palabra, y en un arrebato de locura, me levanté a toda prisa, y salí corriendo de la habitación.Iba solo medio vestida, pues en el frenesí del momento anterior hab&iacut
Tras un par de minutos, Danisa coge mi mano y me lleva hasta la habitación de Denzel. Su mano en contacto con la mía, lejos de hacerme sentir como una niña que necesita que la guíen, me da una sensación de seguridad, que nunca hasta ahora había sentido. Caminamos muy juntas, y la sensación de ella a mi lado, me reconforta, y me da los ánimos necesarios para enfrentarme a Denzel. Sé que de haber estado yo sola, no me habría atrevido a presentarme de nuevo en su cuarto. Golpeo la puerta con toques quedos, y tras esperar, y comprobar que nadie viene a abrirnos; le doy con un poco más de fuerza. Sin embargo, tampoco aparece nadie. - Abre, y mira en el interior.- susurra Danisa. - No me atrevo, es el Alfa, si ya debe de estar cabreado por lo que he hecho hace un rato, imagínate como se pondría si invadiera su intimidad de ese modo. - Está bien, lo haré yo, a fin de cuentas, no creo que se atreva a enfadarse conmigo después de lo que ha estado haciendo cont
Salgo de la casa de la manada convertida en loba. No he tenido la precaución de quitarme la ropa, y ahora llevo jirones pegados a mi pelaje, tiro de ellos con fuerza, sin pensar apenas en nada, y los voy lanzando por el camino, mientras me dirijo hacia las profundidades del bosque.La cabeza me da vueltas, y cientos de preguntas recorren mi interior.¿Alguno de los dos hombres de mi vida se ha preocupado alguna vez por mi? ¿Me expulsarán de la manada ahora que se han visto obligados a revelarme la verdad? ¿Sabía Idris algo acerca del maquiavélico plan?Mientras esas preguntas, y otras tantas, pululan por mi mente, molestándome, agobiándome, e insistiendo en recordarme mi parte humana, yo corro con más fuerza, me alejo de la casa, y aúllo, en
Cuando las últimas palabras salen por la boca de Albert, no puedo evitar fijar mi mirada en Emerald. Su cara está desolada, refleja un dolor tan abrasador, que siento como algo muere en mi interior. La veo gemir herida, convertirse en loba, y huir al exterior en busca de consuelo. Imagino que irá al bosque, pues es lo que hacemos todos nosotros cuando estamos agobiados, o una situación nos supera. Quiero seguirla, explicarle lo ocurrido, suplicarle su perdón, convencerla de que confíe en mi, hablarle de la situación que nos llevó a engañarla de ese modo tan vil, pero en vez de ello, me giro hacia Albert, y estampo mi puño en su cara. Él esta desprevenido, de hecho, la fuerza del impacto lo tumba en el suelo.- Eres un imbécil, Albert, no tenías derecho a contarle que en el pasado fuimos hermanos.- Denzel, no fue en el pasado. Somos hermanos, nada puede cambiar esa realidad. Sere
Cuando me despierto, no sé cuanto tiempo ha transcurrido. Lo último que recuerdo es la horrible pelea entre Alfa Denzel y Albert, y luego… nada, vacío, es como si alguien hubiera suprimido todos esos recuerdos de mi memoria. Lo único que sé, es que tengo mucha sed, y los labios se me han agrietado por la falta de agua en mi organismo. Intento mover los brazos, para desperezarme, y me doy cuenta de que algo no va bien, pues estoy atada a mi cama. Abro los ojos de golpe, creyendo que estoy dormida, inmersa en una pesadilla de la que me está costando despertarme, pero no, no es así.No estoy en mi cuarto, estoy una espartana habitación, y me encuentro tumbada sobre una incómoda camilla. Miro mi cuerpo, y veo varias cuerdas sujetando mis brazos, mis piernas, y mis tobillos, de modo, que estoy totalmente inmovilizada, incapaz de desasirme de los solidos nudos con
Cuando siento la fuerza de mis atacantes sobre mi cuerpo, gruño feroz, y siento como los colmillos se me afilan, deseando desgarrar a los desgraciados que se te atrevan a atacarme. Me giro con un movimiento brusco, desestabilizando a mi agresor, y mi encuentro con unos ojos que conozco perfectamente.- ¿Albert? Realmente te has atrevido a enfrentarte a mi autoridad de este modo?- Denzel, no es lo que crees, por favor, deja de pensar en todo momento que intentamos minar tu autoridad. Lo único que intento es salvar tu vida, te he visto tan ciego de rabia, que estaba seguro de que no tendrías en cuenta las posibles consecuencias de lo que ibas a hacer.- Exacto, porque una mujer de mi manada está en riesgo, y quería asegurarme de que nada le sucediera mientras se encontrara en este territorio.Siento la furia creciendo en mi cuerpo, mis miembros contorsionándose, mi boca con los colmillos visibles, y ante esa