Me revuelvo entre las sábanas de mi cama, y cuando me doy por vencido, y sé que estoy completamente desvelado, doy un puñetazo sobre el colchón. Sé de donde proviene mi frustración, y es de esa loba con la que me he cruzado hoy en el bosque.
Cuando la olí por primera vez, algo en su aroma me atrajo irremediablemente, tanto es así, que abandoné la misión que mis hombres y yo estábamos llevando a cabo en esos momentos, y me dediqué a perseguirla.
No sé muy bien porqué lo hice, nunca antes me había ocurrido algo semejante. Soy un solitario, y por definición, no siento mucho entusiasmo ante la perspectiva de conocer a otros lobos. Es cierto que vivo dentro de una pequeña comunidad de lobos solitarios, juntos hemos formado un campamento en la parte alta de las montañas, donde nadie puede acceder, y vivimos tranquilamente. Pero esta asociación
Aunque estaba horriblmente agotada por el día anterior, me desperté antes de que amaneciera. Miré a mi alrededor, y al encontrarme en esta habitación extraña, una sensación de pena se instaló en mi alma. Sé que no tengo derecho a quejarme, pues he sido yo misma quien ha querido escapar de su casa, y quien se ha metido en esta situación; pero ello no impide que me sienta triste y abatida.Pienso en Alana, y me siento mezquina por haberla tratado con frialdad en nuestro último encuentro. En mi mente, ella es mi madre; y aunque biológicamente no lo sea… ¿realmente importa tanto? Ha sacrificado toda su juventud para sacarme adelante, lo que sin duda tiene aún más mérito, pensando que ni siquiera soy hija suya.Siento la cabeza abotargada con todos los pensamientos que la recorren, y deseo disculparme
En cuanto cruzo la puerta de la posada, Briana se acerca corriendo a mi.- Hija, menos mal que estás aquí, creí que te habían asaltado.Noto como ella me cubre con su cuerpo, y su agarre en mi brazo derecho es tan fuerte, que incluso me hace daño. Tira de mi hacia la cocina, y yo la sigo sin pronunciar palabra, pues puedo ver que no desea que lo haga. En cuanto cruzamos la puerta de la cocina, me veo inmersa en una enorme habitación con ollas borbotantes, platos sucios acumulados en la pila, y olores diversos combinándose.- ¿A qué ha venido eso, Bri?- Ay, Idris, es que acaban de llegar unos soldados de tu manada. Están preguntando a todo el que se encuentran en la sala.- ¿Y tú les has dicho algo sobre mi presencia aquí?- No, pequeña, ya te dije que cualquier amigo o familiar de Alana es bien recibido, ella me ha ayudado tanto a lo largo de e
Apenas han pasado un par de horas del encuentro en el río, y no puedo evitar pensar en la loba pelirroja. Sé que era ella, la chica de ayer, la valiente capaz de mantenerme la mirada a pesar de mi aspecto fiero.No es que a mi me guste dar miedo, pero ser un solitario me ha obligado a forjar mi cuerpo a base ejercicio y días de hambruna. No siempre fue fácil conseguir comida, y pronto aprendí que los más rápidos, y los más fuertes, eran los que más tiempo sobrevivían.Normalmente, los lobos más pequeños que yo, en especial las hembras, bajan la mirada y tratan de pasar desapercibidas, supongo que siendo un solitario, lo único que pueden pensar de ti es que eres una bestia capaz de cometer cualquier barbaridad.Pero ella no. Esa loba de inusual pelaje rojizo, ágil y bella, que se movía con movimientos gráciles en el lado contrario del río, me ha
Los dos días siguiente a mi llegada a la posada pasaron sin que me diera cuenta. Después del primer día, en el que Briana me recortó el cabello, y me lo tiñó de negro; ya no había motivo para resguardarme en mi habitación, y eso lo hizo todo más sencillo.Pude unirme al resto de huéspedes, y me sentí fascinada por las historias que me contaron. Yo nunca había salido de mi manada. Bueno, miento, lo hice en una ocasión, cuando destruyeron nuestro territorio inicial, y tuvimos que buscar un nuevo hogar. Pero ni siquiera en esos momentos nos aventuramos muy lejos. Siempre nos mantuvimos en el mismo bosque, escondiéndonos como podíamos, y visitando solo lugares conocidos.En cambio, aquí, en esta posada, cada cual tiene una historia, y todas ellas me fascinan. Me gustaría ser el hombre con la cara llena de cicatrices que ha recorrido los confines de la Tier
Me desperté con la primera luz del alba, comprobé que aún era demasiado pronto para prepararme para viajar, y decidí vestirme, y salir a correr. Me puse una malla oscura, con una enorme camiseta encima, y salí a hurtadillas de la posada.Era tan temprano, que me daba miedo que os huéspedes se despertaran si hacía ruído, y se quejaran a Briana sobre mi. Afortunadamente, no me crucé con nadie de camino a la calle, y en cuanto salí al aire libre, llené mis pulmones de aire, y sonreí feliz.Me obligué a caminar hasta la profundidad del bosque, donde los árboles proporcionaban intimidad, y era posible denudarse sin ser vista.En cuanto encontré una zona alejada de miradas indiscretas, me desvestí, doblé cuidadosamente las prendas, y me tranformé. Lo hice sin pensar, dejando que mi loba tomara el control de la situación, y en cuanto fue
Esta mañana, antes de que amaneciera, he dejado mi apacible sueño, y he bajado a la posada en la que ahora vive la pelirroja de mis sueños. No sé el motivo que me ha llevado a hacerlo, pero he sentido una necesidad salvaje de buscarla.Cuando he llegado abajo,ella estaba corriendo, no la he visto, pero la he olido,y su aroma viajaba tan deprisa en el aire, que he sabido inmediatamente que trotaba por el bosque. Me hubiera gustado correr junto a ella, ver si nuestros cuerpos se llevan bien, se compenetran y pueden moverse a la par, pero no quería asustarla, así que me he acercado sigilosamente a la posada, me he escondido y he esperado a que regresara del ejercicio matutino.La verdad es que solo aspiraba a verla de vuelta a su cuarto, necesitaba contemplar una vez más esa belleza que me deja con la boca abierta cada vez que la veo. Pero algo ha llamado mi atención.<
Cuando abro los ojos, lo primero que hago es palpar mi cuerpo en busca de mi ropa, y me doy cuenta de que voy vestida en modo extraño, lo que llevo puesto no es mío, y me queda muy grande. No detectó magulladuras, o dolor, salvo en la cabeza. Tengo un horrible dolor de cabeza que no me deja ni siquiera ponerme en pie.Miro a mi alrededor y observo que estoy tumbada en un colchón portátil colocado en el centro de una enorme tienda de campaña. No es una tienda normal, lo cierto es que es muy moderna, y elegante, parece como si estuviera alojada en un glamping.No es que yo haya estado nunca de vacaciones en un lugar así; de hecho, nunca he estado de vacaciones, pero los he visto en las revistas de viajes. Son zonas en medio de la naturaleza, donde se instalan lujosas tiendas de campaña, y se decoran con muy buen gusto.En cambio, en la que yo me e
Idris se durmió casi instantáneamente, y eso generó en mi una sensación cálida y feliz, aunque no hubiera sabido decir porqué me sentía tan bien con la confianza que sus actos demostraban. Yo la tapé con la manta, y observé en la penumbra sus bellos rasgos, no tenía ni idea de como era posible que una criatura única como ella, hubiera acabado en un refugio de solitarios. Idris es dominante, no hay más que mirarla para darse cuenta, y está bien alimentada, es educada, y tiene cierta elegancia innata. Después de observarla dormir un buen rato, decido tumbarme a su lado, aunque dejo las mantas por debajo de mi, de este modo, si ella despertara en este momento, no se sentiría intimidada por mi gesto. Y aunque no planeo dormirme, caigo en un sueño profundo y relajado, una calidad del sueño, de la que hacía mucho tiempo que no disfrutaba. Y aunque solo planeaba reposar unos minutos, nunca más de media hora, me despie