Sol tocó suavemente con sus nudillos en la puerta de Massimo mientras continuaba debatiéndose para sus adentros qué era lo correcto. Estaba en una posición sumamente delicada, se encontraba justo en el medio de su mejor amiga y del hombre al que amaba ¿Qué se supone que debía hacer, ser egoísta y contarle la verdad a Massimo o ser una mentirosa y guardarle el secreto a Brooke?—Adelante —la voz de Massimo la sacó abruptamente de sus pensamientos y tuvo que entrar en su oficina son tener claro qué posición tomaría.Los ojos del hombre resplandecieron cuando vieron a Sol aparecer frente a él, fue sentirla cerca y, automáticamente, entró en calma. Su cabeza lo había estado atormentando desde que supo que Brooke estaba embarazada, por eso había llamado a Sol, era la única en la que podía confiar. Al parecer tanto él como su mujer le tenían alta estima a Sol.—¿Ha pasado algo? —le preguntó la chica al ver que este no decía ni una sola palabra.—No, bueno… sí, tengo algo que contarte, p
Esteban se sentía un poco perturbado por lo que había ocurrido con Brooke en su última visita. Pensaba que tal vez había sido injusto con ella, ¿pero qué debía hacer? No tenía más opciones que defender a la madre de su futuro bebé. No quería repetir la misma historia de años atrás, cuando la dejó a ella misma de lado por confiar en las palabras de su madre. Justo esa mañana, mientras desayunaba con Camila y la pequeña Hope, recibió la visita de su madre. La relación entre ellos últimamente no era la mejor. Poco a poco, Esteban lograba divisar algunos comportamientos y actitudes de su madre que antes no vio. Era déspota e inclusive actuaba de manera errada.Pero suele ocurrir, que cuando amamos a alguien, normalmente no vemos sus defectos y sí, sus virtudes. Quisiera o no, Esteban vivió en un espejismo la mayor parte de su vida y eso que aún no tenía la menor idea de quien era realmente Sonia, apenas veía destellos de maldad en ella cuando realmente era un monstruo. —Buenos días, quer
Ante la actitud de su hijo, Sonia tuvo que llenarse de valentía, no quedaría frente a su propio hijo como una mujer perversa. Haciendo gala de sus dotes histriónicos, rompió en llanto.—Estás siendo injusto conmigo, Esteban, muy injusto. Tu padre no era lo que siempre pensaste, un hombre que aparentaba ser correcto y bueno. No sabes cuantas veces sufrí por sus maltratos y su odio. —Esteban achica los ojos.—¿Qué dices? ¿Quieres que te crea que mi padre te golpeaba? —Así es, Esteban. ¡Te lo juro! —No, eso no es cierto, lo haces sólo para justificarte, Sonia. Nunca vi que mi padre te hiciera daño.—Si quieres que te diga la verdad, debes escuchar mi versión de los hechos —dijo en tono de súplica.Esteban no tenía más opciones que darle a su madre el beneficio de la duda, en el fondo de su corazón deseaba creer que ella era inocente. ¿Quién podía culparlo por amar a su madre? Sonia comenzó a relatarte aquella historia ficticia de su pasado, en la que Steve se aprovechó de ella
Al igual que Esteban, Brooke estaba viviendo el peor momento de su vida, había sido nuevamente traicionada por un hombre. Luego de salir de aquella oficina, regresó a la mansión junto con los gemelos. Ellos no tenían la culpa de lo que Massimo le había hecho. Se sentía muy triste y decepcionada, pero verlos sonreír la ayudaba a superar aquel nuevo obstáculo. Por su parte, Massimo trataba de explicarle lo ocurrido, de pedirle que lo perdonará, mas ella no quería saber de él, no deseaba escucharlo, realmente deseaba desaparecerse como por arte de magia y no volver a ver a ninguno de los dos. Fue entonces, cuando decidió salir a dar una vuelta en su auto. Ahora que Nacho ya no trabajaba para ella, debía ser independiente y valerse por sí sola, como siempre.No podía negar que deseaba ver a su padre, recibir su abrazo, llorar en su hombro. Realmente lo necesitaba. Condujo por varios minutos sin rumbo fijo, hasta que detuvo el auto para tomar un café, con su segundo embarazo había est
Los días y meses transcurren rápidamente, Brooke podía ver a su hija sin tener que estar vigilada por Esteban o por Camila. Disfrutaba de su pequeña, jugaban y reían comiendo algún helado o visitando algún zoológico o algún parque infantil. A pesar de los tropiezos todo comenzaba a fluir en su vida. En tanto, esa misma tarde cuando regresó a la mansión para llevar a la niña con su padre, se encontró con una difícil situación, Camila estaba en labor de parto. Esteban le pidió a Brooke quedarse con la niña esa noche. Aquella era la oportunidad perfecta para estar con su hija como soñó, perp por otro lado, saber que Esteban sería padre de aquel niño, lo provocó una inmensa melancolía. Él se veía preocupado por su mujer y su futuro hijo. Aún así subió con la pequeña hasta su habitación y la ayudó a recoger la ropa que llevaría para la mansión. Antes de poner el auto en marcha le envió uun mensaje Massimo informándole que llevaría a su hija a su casa.Brooke “Iré con Hope a casa”Ma
Brooke se sentía llena de dudas, no quería abandonar a los gemelos, pero iniciar de cero tampoco resultaba tan fácil. Ella creció sola, al lado de su madre, sin la figura paterna que le brindara seguridad y protección; quizás por ello, era tan insegura al tener que tomar decisiones. ¿Deseaba lo mismo para sus dos hijos? No, evidentemente no. Antes de pensar en ella, debía pensar en Hope, y en aquel bebé que llevaba en su vientre. Aceptó aquella propuesta y puso lo mejor de sí para que funcionará. Necesitaba creer que la vida podía programarse como un proyecto, sin contar que existe un destino, cuyas cartas están echadas.En tanto, en la mansión Robinson, Hope está feliz con su nuevo hermanito.—¿Papá, puedo cargarlo? —preguntaba con esa mirada tierna e inocente que dejaba a Esteban a merced de su pequeña Hope.—Sólo si yo lo aguanto. ¿Vale? —la niña asintió y Esteban colocó al pequeño Gael en sus brazos. —Es pequeñito, papá. —dijo emocionada al sentir al bebé entre sus brazos
De pronto, Camila se encontraba en un nuevo lugar, sus pies estaban pisando suelo inestable y no sabía qué hacer. La única noche en la que se habían visto, Rob y ella habían tenido una conexión especial, lo sintió, solo que no se permitió nada más con él porque le interesaba más su posición con Esteban Robinson que un amor verdadero. Camila no demoró mucho en pensar las opciones que tenía, o se quedaba con Esteban solo para que Rob la llevara a juicio por la custodia del bebé y Esteban descubriría que ella le había sido infiel, o, elegía vivir con Rob al mismo social que tenía mientras su hijo crecía al lado de su verdadero padre y se quitaba de encima toda la letanía de los abogados, los jueces y tener que contarle todo a Esteban. La respuesta para ella estaba más que clara, no había absolutamente nada que pensar. Demoró un par de minutos en tomar su decisión.—Espera, Rob —lo detuvo antes de que este se marchara— De acuerdo, me iré contigo. Desde el inicio sentí que tú y yo podía
Cuando Esteban llegó al lugar donde el auto de Massimo estaba volcado, el pánico se adueñó de él. Había quedado completamente impacto por la forma en la que su hermano abandonó el bar después de que él le contó todo lo que sabía. Además de ser su hermano, Esteban consideraba a Massimo como su rival número uno, era el hombre que dormía cada noche al lado de la mujer que él amaba, al lado de la mujer que había sido suya una vez, pero, a pesar de ello, Esteban no era una mala persona y, después de pensarlo unos segundos, supo que su consciencia no lo dejaría tranquilo si no se aseguraba que Massimo estaba bien, sobre todo después de la forma tan abrupta en la que se había ido de ahí.No hubo prácticamente demora entre la partida de Massimo y la de Esteban, sin embargo, el primero, había recorrido los kilómetros de la carretera a toda velocidad, tanta que Esteban no fue capaz de seguirle el ritmo, no de una forma prudente, se limitó a seguir recto y esperar encontrarlo en algún momento