Camila fue la encargada de darle la nueva noticia a Sonia, si alguien debía estar al tanto de los acontecimientos era ella, o al menos así fue como pensó Camila ya que Sonia siempre había actuado a su favor, de no haber sido por ella nunca habría conocido a Esteban y ella sabría cómo solucionarlo todo, de eso no le quedaban dudas.—Querida Camila —le respondió Sonia cuando vio la llamada de la chica en su móvil.—Sonia, te llamo porque tenemos un asunto urgente que tratar y uno muy serio —le dijo ella volándose los saludos, no tenía tiempo para ese tipo de protocolo.—¿Ha pasado algo? —Sí, acabo de hablar con Esteban y estaba bastante estresado y preocupado porque le llegó una citación judicial.—¿Una orden judicial de qué, Camila? Habla de una vez, no me des la información a media muchacha —le exigió Sonia.—Es la madre de Hope, le ha enviado una citación porque va a pedir la patria potestad de la niña a los tribunales y no vas a creerme, pero la madre no es nada más ni nada m
Cuando Brooke vio aquella noticia en las redes, su corazón dio un vuelco de inmediato. Sabía que esa noticia la perjudicaba en demasía, por más que intentó crearse una buena imagen y hacerse de una excelente reputación, todo, absolutamente todo había acabado para ella.¿Pero, quién? ¿Quién pudo esparcir aquella noticia? ¿Quién además de ella, Massimo, Esteban y su madre lo sabían? La respuesta parecía evidente. Simplemente tenía que ser una sucia maniobra de lis Robinson para hundirla y alejarla de su hija. Fue rápidamente hasta el baño donde Massimo se estaba dictando para salir. —Massimo, no puedo creer que esto esté pasando. —él la miró intentando disimular su culpa.—¿Qué ocurre mi amor? ¿Por qué estás así? —dijo, tomando la toalla para cubrirse y salir de la ducha.—Los Robinson, los malditos de los Robinson han dicho que abandoné a mi propia hija. —E-eso no puede ser —tartamudeó. Brooke se quebró frente a él, quien tuvo que sostenerla de la cintura para no dejarla caer
Las campanas de bodas imaginarias repiqueteaban en la cabeza de Esteban. Había estado tan enfocado en todo el lío de la custodia de Hope que ni siquiera se dio cuenta de que el día de su boda llegaba tan pronto, Camila había sido quien se lo recordara la noche anterior mientras intentaba convencerlo para que le hiciera el amor.Estaba demasiado nervioso parado ya en el altar, pero no nervioso por las ansias de casarse, sino todo lo contrario, no quería hacerlo, al menos no con Camila, no la amaba y menos cuando acababa de descubrir que la mujer de su vida lo estuvo engañando por un buen tiempo intentando acercarse a Hope.Todavía Esteban no sabía cómo no pudo darse cuenta antes, el parecido entre las dos chicas era increíble, una vez que lo supo, no pudo dejar de ver similitudes, la naricita de Hope era exactamente idéntica a la de su madre, sus labios también, ambas eran caprichosas hasta el cansancio pero amorosas por igual y todo eso sin mencionar el lazo, el vínculo que formaron am
Esteban regresó a su rutinaria vida, luego de su corta luna de miel en las Maldivas. Los días transcurrían rápidamente y la proximidad a juicio era cada vez menor. A ratos se llenaba de impotencia, de rabia, de indignación. No quería estar en medio de aquella disputa por su hija, mucho menos cuando a diario la pequeña Hope le preguntaba por Brooke, era evidente que la conexión entre madre e hija traspasaba los límites de la razón. Pero Esteban no podía decirle la verdad, decirle que aquella mujer del parque no sólo era su madre, sino que quería recuperarla. Nada podía hacerle más daño a Esteban que saber que Brooke era capaz de separarlo de su hija cuando él le entregó todo lo mejor de sí a la niña de sus ojos. Abrumado con las palabras de Sonia y Camila en contra de Brooke, Esteban sólo pensaba en ganar aquel juicio, al igual que Brooke. Como si de un trofeo se tratase, y en medio la pequeña Hope, inocente de todo lo que sucedía a su alrededor. El ego de ambos padres, parecía estar
Sandra se levantó de su asiento y caminó directo al estrado, sin mirar a Brooke, quien intentaba por todos los medios de cruzar sus miradas e implorarle para que dijera toda la verdad. Pero eso era imposible, Sandra era la mano derecha de Sonia y estaba allí con una sola misión, destruir a Brooke. La mujer se sentó, levantó su mano y juró decir “la verdad y nada más que la verdad”. Ramírez hizo un par de preguntas triviales “¿conoce a la mujer sentada allí? ¿Quién es? —Sí, es la Sra Brooke Méndez, ex amante del Sr Esteban Robinson. Luego de aquella respuesta, Brooke confirmó su presentimiento, aquella mujer nunca hablaría a su favor. —¿Podría relatarnos un poco sobre cómo fue la relación entre la Sra Méndez y el Sr Robinson?—Sí, por supuesto. —asintió y comenzó con su relato— la Sra Brooke Méndez llegó a la mansión Robinson una noche, acompañando al Sr Esteban, desde allí nunca más salió de la mansión. Era obvio que no tenía escrúpulos ni buenas intenciones, sólo quería adue
Brooke estaba devastada, acababan de arrebatarle lo más importante de su vida, por lo que había luchado con uñas y garras desde que salió sola al mundo, la razón que la mantuvo con vida cuando más difícil se tornó su circunstancia. La única esperanza que había albergado durante años de recuperar a su pequeña, a su Hope, la acababa de perder en un juicio de mierda.Por su cabeza comenzaron a pasar miles de ideas, pensó en que Esteban había comprado al juez, pensó que todo lo tramó, que le dio carta abierta a su abogado para usar los elementos más sucios y bajos que tuviera, quizás hasta le indicó a Sara lo que tenía que decir para hundirla para siempre. Tenía que ser eso porque su abogada se lo había asegurado, le había dado la certeza que tenían todas las de ganar ya que ella cumplía todos los requisitos que la ley española pedía para adquirir la patria potestad.Se sentía rota en más de diez mil pedazos ¿Cómo Esteban había sido capaz de algo así? ¿Por qué no le había dado la oportu
Todo alrededor de Brooke estaba dando vueltas sin parar. Demasiadas cosas le habían sucedido ese día, demasiado deprisa como para que ella tuviera tiempo a asimilarlas como se debía.“¿Tengo que estar mal de la cabeza, cierto?” Esa era la pregunta más recurrente dentro de su cabeza porque, por más que lo pensaba, no había forma posible en la que lo que acababa de escuchar de la boca de Ignacio fuera verdad, no podía serlo. Tenía que ser eso, la noticia del veredicto del juez a favor de Esteban la tuvo que haber vuelto loca, no existía la posibilidad de que Ignacio fuera su padre.Eso era imposible porque, pensar que era cierto conllevaba a darse cuenta de que toda su vida había sido una mentira, que su madre no había sido lo completamente sincera con ella y le había dado la versión más conveniente para no tener que darle tantas explicaciones a su propia hija cuando preguntaba por su padre.—¿Qué dices? —preguntó rápidamente Esteban con los ojos abiertos como platos mientras su vista sa
Massimo se sentía entre la espada y la pared. Sabía que Ignacio era un buen hombre; pero Brooke era la mujer con quien él decidió pasar el resto de sus días. No se imagina teniendo que decirle a Nacho justo en ese momento que debía irse de su casa por que Brooke no quería volver a verlo, sabía que lo destrozaría por completo; despedirlo no sólo era un gesto cruel de su parte sino un acto despiadado e injusto. Entre él y Nacho no sólo había un vínculo especial, Brooke, sino toda una historia que los unía en el pasado, cuando apenas él era un niño.Ignacio era un gran amigo de su padre, conocía cosas que incluso el mismo Massimo no se imaginaba. Como por ejemplo, las verdaderas razones por las cuales, Alessandro Costello estuvo a punto de abandonarlo a él cuando era un niño y a su madre.***Días antes del trágico accidente de su muerte, Emilia se encontraba terminando uno de los capítulos finales de su último Best Seller, ese que sin imaginarlo la haría aún más famosa, post mortem