Una semana más tarde.

Dmitriy se encontraba en las orillas de las montañas, los camiones preparados para la entrega se encontraban justo detrás de él, era una mañana fría y lluviosa, algo en el ambiente le daba una mala espina, pero aún así se mantuvo en el lugar.

Ivan se había encargado de hacer que todos estuvieran más alertas de lo acostumbrado; aquellas entregas internacionales nunca antes habían sido tan tediosas como en aquella mañana.

Dmitriy rodeado el auto, siendo cauteloso fingió revisar las llantas, pero lo que estaba buscando era lo que él sospechaba, una emboscada.

Luego de haber hecho aquel movimiento fue de regreso hasta donde se encontraba su hombre de confianza, y luego acercó lentamente su rostro al suyo.

—Prepárate para uno sonora balacera, estamos rodeados, el motivo de la tardanza del comprador es porque nos han traicionado, me han hecho de un lado —ante sus palabras, Ivan abrió los ojos y con señas les indicó a sus hombres que se prepararan para el combate.

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