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Clyde corrió por el pasillo del colegio, escuchó que sonó el timbre al receso, y llegó con su hermanita. —¡Noli! ¡Noli! —exclamó Clyde —¡Clyde! —Ya encontré a tu papito —dijo el niño emocionado. Los ojos de la pequeña se abrieron enormes. —¿De veritas, hermanito? ¿Dónde está mi papito? —Es el señor Lugh, ¡el mismo papito que Celestia! Magnolia se quedó boquiabierta, no podía creerlo, se quedó pensativa por un segundo, tratando de que su pensamiento infantil pudiese entenderlo. —¿Sí? —¡Sí! Celestia apareció ante ellos, Magnolia la miró de pronto. —¡Eres mi hermanita, Celestia! Celestia la miró confusa, pero Magnolia la abrazó con fuerzas. —¿Hermanita? —Tu papito y el mío, ¡es el mismo! —¿Cómo es eso? —Pues que tienen las dos el mismo papito. Celestia hizo un gesto de sorpresa, pero al instante se puso muy feliz, abrazó a Magnolia con fuerza. —¡Entonces, eres mi hermanita! Te vas a quedar conmigo para siempre, no voy a estar sola nunca más —dijo feliz Clyde hizo una ca
—¡Se acabó la hora de visita! —dijo el guardia El señor Peterson se sorprendió, no llevaban más que unos minutos hablando, vio como otro guardia le mirò con recelo, y llamó por teléfono «Pensé que este caso sería fácil, veo que hay gente que está moviendo los hilos, creo que la señora Marbella Ronsard es inocente», pensó El hombre salió, condujo su auto, y cuando vio que lo siguieron paró en la comisaria, solo así dejaron de seguirlo. Bryce recibió una llamada poco después. —¿Cómo pudiste perder a ese tipo? ¿Qué es lo que quiere? —No lo sabemos, pero esto es muy extraño. —Bien, hay que vigilar a John Kansas y a su familia, llegó el momento de que ese hombre muera. Bryce colgó la llamada, estaba en ese restaurante, cuando Orson Ackerman entró. Él sonrió al verlo, era una sonrisa burlona. —¿Qué quieres? —Lo mismo de siempre, querido papito, más dinero. Orson no hizo ningún gesto, le tendió un cheque, el hombre se fue. Orson lanzó un suspiro, estaba agotado de Bryce y de sus
«Mi cuerpo se estremece ante la sensación de sus labios sobre los míos, tiemblo, no puedo controlar mi cuerpo, no puedo evitar responder ante sus besos», pensó Marbella Ella volvió en sí, empujó a Lugh. —¡No me beses, Lugh! —¿Por qué? Respondiste a mi beso, Marbella, sé que aún me amas. Marbella abofeteó su rostro. —No tienes tanta suerte, yo solo te odio. Él la regresó a sus brazos, ella se volvió frágil al sentir su mirada, estaba a punto de volver a besarla, entonces, ella se sintió trémula, se desvaneció en sus brazos con la lluvia fría que empapaba su cuerpo. Lugh tuvo terror de verla tan frágil entre sus brazos, la cargó y la llevó al auto. Manejó hasta su casa. Al llegar fue Chloe quien los recibió, al ver a Marbella tan lívida y débil en los brazos de su exesposo se sorprendió. —¿Qué le pasó? ¿Qué le hiciste? —Nada, ella se desmayó, la traje, está empapada por la lluvia, podría llevarla a su alcoba. Chloe titubeó, pero aceptó, subieron a la habitación. Clyde que abr
Lugh condujo el auto hasta el lugar donde el hombre lo citó. Al llegar, el hombre ya lo esperaba. —Johan Kansas me dijo que fue coaccionado a mentir, además se le veía asustado y nervioso, creo que incluso los mismos guardias están coludidos. —¡¿Los guardias?! —Lugh tuvo un escalofrío—. ¿Quién quiere hacerme tanto daño? El hombre no pudo darle respuesta. —Envié a uno de mis hombres a buscar a la familia del señor Kansas, yo no pude ir, alguien estuvo siguiéndome ayer, así que creo que es mejor tener mucho cuidado con toda la información que se filtra, ya que, podría ser que sus enemigos estén cerca de usted. Los ojos de Lugh se abrieron enormes. —¿Cerca de mí? No entiendo, es que, solo mi familia está cerca de mí, no puedo creer que yo conozca a gente sin alma como para ser tan perversos. —Señor Ackerman, debe aprender a tener malicia, solo así podrá salvarse, créame que en el mundo hay gente que es así de cruel. El hombre bajó del auto, caminó hasta esa casa, miró alrededor c
Marbella se alejó de inmediato. —¡Eres una desvergonzada! ¿Cómo te atreves? —Vanessa alzó la mano, quiso abofetear el rostro de Marbella, pero Lugh la detuvo al instante. —¡No te atrevas a tocarla! ¿Recuerdas que no eres nada en mi vida, Vanessa? No eres mi esposa, ni nada, solo la madre de mi hija, así que no te atrevas a hacer una escena, y vete —sentenció con rabia Vanessa le miró incrédula, sus ojos se llenaron de lágrimas. Marbella tenía una sonrisa que le pareció de venganza, Vanessa se fue de inmediato. «¡Malditos! No creas que volverás a quitarme a Lugh, Marbella, si yo no soy feliz con él, ustedes tampoco lo serán juntos», pensó la mujer. Lugh miró a Marbella, su mirada era angustiada por si estaba enojada. —Lamento esto —dijo Lugh —No vuelvas a intentar besarme, Lugh, recuerda que todo lo que hubo entre nosotros murió. Lugh hundió la mirada «¿No fui yo quien dijo esas palabras en el pasado?», pensó Lugh tomó a Marbella del brazo, mirò sus ojos. —Créeme, Marbella,
En el hospital. Marbella llevó a su hija al hospital, en el camino la niña no dejó de vomitar, la fiebre no hizo más que aumentar, estaba enrojecida, llena de ronchas, Magnolia lloraba. Marbella estaba muy asustada, sin saber que era lo que había pasado. Al entrar al hospital la llevó a emergencias, el pediatra revisó a la pequeña. Marbella caminaba de un lado a otro, estaba muy asustada, Chloe llegó y ayudó a Marbella con los niños. —¡Estoy tan asustada, Chloe, nunca vi a Magnolia tan pálida y enferma! —exclamó asustada, Magnolia siempre fue una niña muy sana y fuerte. La pediatra apareció. —La niña estará internada hasta mañana, le hemos suministrado suero, puede pasar señora. Clyde se quedó con Chloe. Marbella entró, la pediatra anunció que iba a poner una vacuna a la pequeña. Magnolia comenzó a llorar histérica. —¡No, mami, no quiero un piquete, por favor! ¡No! Marbella sintió que su corazón se estrujaba, la abrazó. —Es necesario, recuerda que una princesa debe ser val
Lugh consoló a Celestia. —Papi, ¿crees que Noli siga siendo mi amiga? —Lo juro, mi amor, Noli seguirá siendo tu mejor amiga. Celestia abrazó a su papá. Luego se recostó, la noche había llegado, la niña se quedó dormida. Lugh salió de la alcoba, se encontró con Vanessa, él la tomó del brazo con fuerza, la miró con odio. —¡Te lo advierto! Irás a pedir disculpas, tus pastelitos fueron los que hicieron enfermar a muchos niños, pagarás sus servicios médicos de tu propio dinero. —¡No lo haré! Él apretó más su brazo. —Lo harás o haré que te demanden. Ella negó. —Sí, lo haré. Lugh bajó la escalera. —¿A dónde vas? —exclamó al verlo salir —¡No es tu asunto! —espetó. Lugh subió a su auto, salió de ahí. Llegó al hospital, pidió permiso y sobornó a algunas enfermeras para entrar en la habitación. —Está bien, señor Ackerman, le dejaré pasar por habernos traído un café caliente. El hombre le dedicó una sonrisa casi sensual a las enfermeras que se derritieron al mirarlo, lo dejaron p
Por la noche. El señor Peterson esperó a Lugh en un bar. —Bienvenido, señor Lugh, lo cité aquí porque creo que alguien podría estarnos siguiendo a ambos, bueno, este lugar no es tan malo después de todo, creo que podríamos pasar desapercibidos. —¿Qué es lo que pasó? —Tengo conmigo a la familia de John Kansas, he trabajado en muchos casos, estoy ligado a refugios de personas vulnerables, ahora ellos están bajo protección. —¿Qué fue lo que la familia del hombre le dijeron? —Bueno, la esposa no tiene mucha información, tal parece que su esposo solo es un delincuente de poca monta, quien trabajaba por dinero fácil, así que no supo que hizo, lo cierto es que ese hombre ha sido amenazado durante cinco años con el hecho de que su familia sea maltratada, pero todo empeoró hace unos meses. Lugh se quedó perplejo. —Lo que trata de decirme, es que, hay personas que no quieren que yo sepa la verdad, y están dispuestos a dañar a otros para conseguirlo. El señor Peterson asintió. —Al princ