El mayordomo llamó a la puerta de la habitación en donde se encontraba Lauren, ella creyó que se trataba de Jeremy y corrió a abrir, tenía una sonrisa reluciente en su rostro, la cual menguó en cuanto vio a Hans.
—Señora Remington, el señor desea verla en el estudio , la está esperando. —Ella sonrió nuevamente con entusiasmo. —Está bien, voy de una vez. Hans observó su atuendo, tenía el shorts deshilachado y la blusa campera que se puso para ir al río, no se le ocurrió cambiarse, es que para ella no era necesario, puesto que era distinta a los Remigton que para cada ocasión usaban un atuendo diferente. Hans la condujo hasta el estudio, tocó un par de veces la puerta, Lauren aún mantenía su sonrisa y sus ojos parecían que tenían chispas de alegría. —Señor, aquí está su esposa. —Jeremy gritó desde adentro. —Déjala pasar y retírate, que nadie me interrumpa por favor. —Como usted ordene señor. Hans abrió la puerta y señaló cordialmente a Lauren de que entrara, ella ingresó al estudio, el cual no era para nada modesto, era inmenso, con muchas bibliotecas, muebles y sillas lujosos. Ella pensaba que Jeremy la iba a recibir con alegría, pero ni siquiera podía verlo por ningún lado. —Jeremy. Lo llamó, de pronto una voz salió del escritorio que estaba a fondo del estudio, la silla estaba de espalda. —Siéntate… Lauren. A Lauren le pareció extraña su voz, pues le habló en un tono mandón. Se sentó despacio en una poltrona cerca del escritorio, estaba muy desconcertada. —¿Qué sucede Jeremy? De pronto Jeremy giró su silla y quedó frente a ella, puso sus ojos llenos de curiosidad sobre esa mujer que ahora era su esposa. Lauren vio que él vestía un traje muy elegante, nunca lo había visto de ese modo. Él se quedó frente a ella y no disimuló con su mirada, sus ojos la observaban de arriba abajo intentando reconocerla, anhelaba recordarla, sin embargo, entre más la miraba, más extraña se le hacía. Lauren estaba perpleja al verlo, en verdad era él, Jeremy estaba vivo. Observó detalladamente sus ojos, sus manos, su cara. Tenía una expresión de asombro. Los dos se estaban mirando el uno al otro. De pronto Lauren se puso de pie, rodeó el escritorio y se acercó a Jeremy, se quedó mirando a los ojos, luego le tocó la mejilla. —¡De verdad eres tú! —dijo con una voz dulce y sus ojos se le aguarón. —Jeremy, estás vivo, no estoy soñando. Jeremy estaba paralizado frente a ella, se sentía confundido, observó la apariencia de Lauren, era muy joven, apenas tenía 22 años, mientas que estaba cerca de los 30; era bonita, su cabello rubio y ondulado parecía como de muñeca, aunque lo tenía un poco despeinado, y su atuendo… demasiado informal, el shorts demasiado corto y la blusa dejaba ver su ombligo. Todos tenían razón al decir que Lauren era muy distinta a las mujeres que él acostumbraba cortejar desde siempre, era difícil comprender cómo podría haberse convertido en su esposa. Se levantó de la silla con un semblante inexpresivo, pero con sus ojos puestos sobre ella. De pronto Lauren se recostó en él y lo abrazó, después levantó el rostro y lo miró a los ojos. —¡Mi amor! No sabes cuánto lloré por tu partida, fue horrible pensar que habías muerto. —Le tocó la cara. —Jeremy no dijo nada, parecía que su lengua se la hubiera comido los ratones, pero tenía el rostro muy serio; de pronto Lauren se desmayó, Jeremy la sostuvo en sus brazos a tiempo, la cargó y la puso sobre un sofá, luego con pequeñas palmadas en su cara la llamó: —Lauren, Lauren. Ella no reaccionó, entonces decidió llevarla a la habitación , la cargó de nuevo y salió con ella del estudio. —Hans llama al médico. —¿Se desmayó? —Si, pero no reacciona, me parece que tiene débil la respiración, creo que no es un simple desmayo, quizás está enferma.Más tarde Lauren abrió sus ojos, el médico estaba guardando sus cosas en un maletín.—Ya despertó, no tiene nada de qué preocuparse, que le realicen los exámenes en la clínica para comprobar las sospechas o para descartar la anemia. —El doctor se retiró, Lauren miró a Jeremy, él tenía una expresión más que seria, ella jamás había visto el par de arrugas que ahora él tenía en su frente, el esposo que recordaba era un hombre dulce y risueño, distinto a este. Con un tono dócil preguntó:—¿Qué sucedió?—Sufriste un desmayo. —Dijo con una voz fría.Jeremy tenía una expresión demasiado sería para el gusto de Lauren, ella esperaba encontrarse con el hombre cariñoso con el que se casó.—¿Qué exámenes quiere el doctor que me haga?—Quiere descartar una anemia, eso es todo. —Ella se fue a un lado de la cama y se sentó.—No creo que tenga anemia —Se puso de pie y sonrió—. Cualquier viuda que de pronto ve a su esposo con vida sufriría un desmayo. —¿Por qué? —¿Cómo qué por qué? Es obvio, de la a
—Disculpe porque actuo de esta manera, en verdad me siento muy feliz porque estás con vida, pero me rompe el corazón cuando me miras como a una extraña, sé que debo comprenderte, pero en este momento necesito estar sola. —Jeremy puso una expresión cabizbaja. —Lamento no poder recordarte, la verdad es que no recuerdo nada de los últimos meses, deseo con todas mis fuerzas poder hacerlo. —Sí, supongo que debes sentirte demasiado confundido, no quiero ser un motivo más de preocupación para ti, es mejor que me vaya. —Hay muchas cosas que necesito saber. —Quiero ayudarte en tu recuperación. —Gracias. Por qué mejor no vamos a sentarnos y charlamos un poco. La tomó de la mano, Jeremy no sabía ni por qué la había agarrado, luego la llevó al estudio, la acercó a la mesa de lectura que tenía cerca de la ventana. Jeremy era un hombre bastante educado, entonces sacó la silla y se la ofreció para que se sentara. —Gracias. Luego él también se sentó, tenía el semblante serio y cabiz
Lauren se quedó pensando en las actitudes de Jeremy, su personalidad ahora era tan distinta a la del hombre dulce que ella había conocido; ahora se comportaba como un pedante y un mandón; sin pembargo consideraba que era muy pronto para juzgarlo y dictar un veredicto, pensó que debía comprenderlo por su condición mental.Debía vestirse y bajar cuanto antes a cenar con la familia, ello no le entusiasmaba, pero no quería causarle un disgusto a Jeremy haciéndole el desplante a su tía Vera. Abrió su maleta para ver qué usar para la ocasión. Lauren no conocía las costumbres de los Remigton, no tenía idea de que la hora de la cena era un acto solemne, y que todos usaban costosos atuendos, joyas y perfumes como si se tratara de asistir a una gran fiesta. Sobre todo las mujeres, que se presentaban en la mesa muy elegantes y maquilladas, con sus cabellos bien arreglados. Ella no tenía ropa fina, no poseía joyas costosas, ni acostumbraba a usar maquillaje cuando estaba en casa, además en ese mo
Alan estaba molesto con Megan y le reprochó:—Lo que hiciste fue de muy mal gusto.—¿Acaso no es verdad?—Este no era el lugar ni el momento para que hicieras ese comentario, hiciste sentir mal a Lauren e hiciste que Jeremy se enojara.—Perdón por decir la verdad, en cuanto a Jeremy se lo merece, quién lo mandó a casarse con ella. Tenía una novia espectacular que pertenece a nuestra clase y la cambió por esa que no sabe ni vestirse. —Vera la madre de Alan agregó:—Estoy de acuerdo con Alan, debiste guardar tus palabras Megan, pobre Lauren, ella no tiene la culpa de que existán reglas tan estrictas en esta mansión.—Ay tía ya lo que fue, fue, deberían agradecerme que no vamos a tener que cenar con ella.Después de la cena Megan buscó a Jeremy en el estudio y le dijo: —Sé que estás enojado conmigo, pero mira el espectáculo que hizo ella con sus fachas, no debiste llevarla así al comedor.—Fue la tía la que insistió en que ella estuviera en la cena con nosotros. En realidad el espectá
Lauren se encontraba triste a la vez que indignada, estaba esperando que Jeremy se apareciera en la habitación, sabía que él también estaba molesto. En sus adentros pensó: “Me iré de este lugar, no me importa si Jeremy está o no de acuerdo con mi decisión, no pienso quedarme.” Aún estaba pensando en ello cuando de pronto Jeremy entró, ella se sentó al borde de la cama. Por la forma como él ingresó en la habitación confirmó lo que ya esperaba, Jeremy estaba furioso. —¿Me puedes explicar por qué bajaste con esas fachas? —Ella con una voz calma respondió: —No tenía idea de que debía lucir como para una fiesta de gala. —Me dejaste en vergüenza delante de todos, no quiero que eso vuelva a suceder. —Sacó la billetera, de esta extrajo una tarjeta dorada y la puso sobre la cómoda. —Mañana irás con Anni a comprar un guardarropa apropiado, ella te enseñara a vestirte como una dama y a peinarte ese cabello. —Lauren se ruborizó. —¿Cuál es tu problema con mi cabello? —¿No te has vist
Jeremy se fue a su habitación, cuando entró tiró la puerta. Se quitó el calzado y el traje quedando solo con el bóxer; después fue al baño y puso a llenar la tina. Cuando estaba lista se sumergió un rato en el agua, quería apaciguar aunque fuera un poco la consternación que tenía. Allí permaneció varios minutos pensando en la discusión que acababa de tener con esa desconocida que portaba el título de ser su esposa. Se dijo en sus adentros: “No puedo creer que tome tan a la ligera la anulación del matrimonio, es una atrevida, sólo intenta desafiarme, esa mujer no tiene idea de quién soy. No voy a anular ese matrimonio, lo haré más adelante cuando a mí se me dé la gana, ella deberá permanecer conmigo, no la dejaré libre.” Lauren se mantuvo firme en querer marcharse, Jeremy ya no la recordaba y tampoco la amaba, permanecer en esa mansión no tenía sentido. Ella intentaba ser fuerte y no perder la compostura, pero tenía el corazón roto. "Jeremy volvió a la vida solo para rechazarme."
Esa noche Jeremy no pudo dormir, dio vueltas en la cama pensando en Lauren, tenía de todo tipo de pensamiento con respecto a ella. Pensaba en los planes que tenía para deshacerse de ese matrimonio, también pensaba retenerla a su lado.Por otro lado recordó el momento cuando la vio desnuda; cerró los ojos y podía sentir la deliciosa sensación que le provocaba su piel cuando deslizó sus dedos sobre su hombro desnudo, imaginó quea sostenía entre sus brazos, besando sus tiernos labios.Ansiaba experimentar ese encuentro y estar junto a ella, descubrir más de su esposa.Lleno de deseo pensó en darle una buena dosis de caricias, explorar su cuerpo y dejar caer el muro de dudas y prejuicios que lo apartaban de ella. Dejándose vencer por el sentimiento y el deseo, se levantó de la cama, por momentos razonó en el asunto, los pro y los contra si se dejaba llevar por la pasión que Lauren había despertado en él. Salió de su habitación y se dirigió a la de Lauren, cuando llegó a su puerta tomó
Jeremy llegó a la sala, se topó con Hans en la puerta, escondió su cara para que él no viera sus ojos llorosos, pero detrás venía Lauren, a Jeremy le fue imposible evadir su mirada, sus ojos se quedaron paralizados con los de ella. —Hans le dijo:—La señora se encontraba en el jardín. —Está bien Hans, puedes retirarte. —Con permiso señores. —Jeremy escondió su cara de Lauren, para desviar su atención hizo una pregunta tonta.—¿Dónde estabas? Te busqué en tu habitación y no te ví por ninguna parte.—En el jardín, ya Hans te lo dijo. —Si, cierto. —Jeremy deseaba desaparecer.—¿Qué querías hablar conmigo? —Él suspiró en silencio, para no mostrar su cara afligida le pasó por un lado y sin establecer contacto visual le dijo: —Ya no recuerdo lo que te iba a decir, lamento haberte interrumpido. —Se dirigió a la biblioteca a buscar su portafolios. Lauren se quedó un par de segundos en la sala, pero ya había visto su afligido rostro, ello le inquietó, entonces fue detrás de él, lo alcanzó