Me quedo en silencio, no quiero decir algo al respecto, porque podríamos comenzar una conversación de la que no tengo energía. Por eso, me aferro a Ryan quien comienza a bajar los escalones, sin pedirme que me baje o algo parecido.
— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo cuando pasamos por algo así? — pregunto aturdida.— He pasado por cosas peores. Así que, sé cómo controlar mis emociones.— No comprendo…— La edad me ha dado una experiencia que tú no tienes. No fui criado con amor, ni mucho menos, con riquezas. Por lo que, tuve que enfrentarme a muchas situaciones, que me ayudaron a ser una persona serena incluso en medio de la adversidad.Ryan no dice algo más, aunque todo lo que ha dicho me hace querer saber más. Después de todo, ¿Qué ha tenido que pasar él para estar así? ¿Acaso Ryan fue violentado? Si fue así, ¿Quién lo hizo exactamente?— No quiero pasar por esas experiencias.— Te enseñaré como ser fuerte sin que tengas que pasar por momentos duros, Day. PorqDe inmediato, intento bajarme, pero, Ryan nota lo que quiero hacer y por ello, se aferra más a mi cuerpo, dejándome sin la posibilidad de bajarme de sus brazos y huir.— Suéltame, por favor. — se lo pido y Ryan me sonríe.— ¿Ya tus piernas responden? — pregunta Ryan y yo lo observo, para después asentir.— Me has ayudado a calmarme. Tu conversación mientras bajabas los escalones, calmaron todo eso que estaba en mi mente dañándome. Por eso, puedo ahora caminar, ¿puedes bajarme, por favor?— Puedo hacerlo, pero, no quiero. Deseo mucho que solo estemos así, pegados y a solas. — dice Ryan y yo trago duro.— Eres alguien intimidante.— Quizás me veas así porque yo no dudo, no sé cómo demostrarte cuan determinado estoy en que me ames y que sepas que serás correspondida. Pero, si puedo mostrarte q
Ryan me observa fijamente, pero, no me dice algo, me libero de su agarre y él me suelta. Por lo que, con su actitud, solo me confirma lo que pienso, él me está ocultando información.Pero, no digo algo, si no que me marcho hacia los hombres que parecen estar preparados para marcharnos. Camino hacia ellos y con mirada firme, les doy la orden, aunque sé que Ryan me sigue.— Tráiganme un teléfono. — digo con voz fría.Los hombres saludan al hombre a mis espaldas y se centran en mí como si estuvieran pidiéndome que les repita lo que les he dicho, porque no lograron comprenderme.— Consíganme un teléfono — digo con seriedad.— Ellos no van a entenderte, no hablan nuestro idioma.— Entonces, se mi traductor y diles lo que quiero.— Puedes usar mi teléfono. — dice Ryan y yo me aparto de su cercanía.&
Grito tan alto como puedo, deseando que alguien me ayude, pero, nadie lo hace. Ryan sube las escaleras y yo intento aferrarme de algo, pero, no me es posible. Con enojo, golpeo su pecho y lo maldigo, pero, eso no parece importarle.Por lo que, pasamos la puerta del avión y es a esta a la que me aferro como si mi vida dependiera de ello y en ese sentido, depende, porque él mismo lo dijo: no tiene problemas en convertirse en el ogro.— Realmente pareces italiana, Day. ¿Estas segura que no eres italiana? — pregunta Ryan intentando soltarme de la puerta del avión.Pero, no se lo permito. Ya no grito, porque necesito energía para poder aferrarme a la puerta. Ryan no deja de cargarme, pero, grita, causando que varios hombres intenten alejarme de la puerta, pero, yo no se lo permito.Por eso, Ryan termina bajándome al suelo, para intentar alejarme de la puerta, pero, lo que logra es que mis piernas se aferren t
El tiempo pasa y Ryan no me libera e incluso, cuando ya hemos aterrizado, me mira fijamente, como si fuera su reto más grande y se queda acariciando su mentón, sin importarle mi mirada asesina.— Realmente estoy pensando cómo llevarte de regreso. Aunque me resulte agradable verte tan energética, dudo que mi pobre espalda pueda soportar siempre ese tipo de trato. — dice Ryan y yo quiero gritarlo o maldecirlo.‘Realmente quiero causarte mucho dolor por tratarme como un animal o una loca.’ Me digo mentalmente.— Te hablaré con sinceridad, he triplicado la seguridad, para que nada de eso vuelva a suceder, Day. Así que, no necesitas preocuparte por cosas como las que ya no van a volver a suceder. — dice Ryan y yo lo observo fijamente.Ni siquiera me esfuerzo en decirle que no le creo, porque lo que menos deseo es gastar energía en alguien que ha empezado a demostrar cómo me va
Grito deseando que alguien me ayude, pero, aunque en la pista hay más hombres, nadie intenta ayudarme, lo que me lleva a una clara conclusión que son esos hombres que hacen parte de la seguridad que Ryan ha triplicado.— Parece rusa, señor. — dice uno de los tres hombres que nos esperan al final de las escaleras del avión.— Eso pensé, rusa mezclada con latina, no hay manera de que sea moldeable esta mujer.— ¡Tu trasero será el moldeable, no yo, desgraciado! — grito con enojo.— Sin duda, se llevaría muy bien con la señorita Volkova.— Dios me libre de eso. Se juntan ellas y el mundo dejaría de existir para no tener que ver esa mezcla. — responde Ryan.— ¡Suéltame, ogro desgraciado! — grito con enojo.Aunque espero hacerlo enojar o que se aburra de mí, lo que pasa es que él se divierta con sus
Aunque Ryan se quejó por conducir, lo hizo sin algún problema, por lo que, llegando a uno de los hoteles de lujo que conozco a la perfección, el auto se detiene y él me observa fijamente por varios segundos.— Como veo las cosas, podemos hacer las cosas a mi manera o a la de ambos. Así que, dime si quieres que te lleve con una camisa de fuerza o si quieres hacerlo por tu cuenta.— Dime tú como quieres verte al mundo, Ryan. Porque por mucho que controles lo que tu gente hace o deja de hacer en sus redes sociales, aquí las cosas cambian. Quien viene a este hotel es porque tiene dinero y poder.>> Por lo que, aunque los amenaces con dejarlo sin empleo, no tendrás su silencio. Entonces dime, ¿Cómo quieres verte, Ryan? ¿Quieres ser el malnacido que trata así a su esposa o quieres seguir engañando a los demás?— No estoy engañando a nad
Desde mi lugar, disfruto todo el espectáculo, donde no se sabe quién habla y quien responde porque se escuchan muchas voces a la vez, pero, me importa poco el dialogo si la acción es tan buena.— Qué horror que en un hotel tan importante y cinco estrellas se vean cosas como estas. — dice uno de los huéspedes que pasan detrás de mí.— Sí, está dañando todo esto la imagen del hotel. — responde otro, mientras el encargado del hotel corre hacia la fuente del caos.— ¿Se puede saber que sucede aquí? — pregunta el señor Bernard.De inmediato, continuo con mi caminata, porque lo que menos deseo es que me vea y le diga algo a mi padre. Ya que, ellos son muy buenos amigos.Todos comienzan a hablar y finalmente Ryan es quien grita como si eso resolviera el problema que causó golpes y gritos de parte de todos.— Un momento, si
Pierre parece sufrir para tomar una decisión, pero, finalmente, asiente, causando que sienta mucho alivio. Yo he salido con Pierre y él es uno de los que me consiente estando en Paris, por lo que, no necesito usar dinero o vehículo de Ryan que le ayude a encontrarme‘En Indonesia, él estaba jugando conmigo, porque conocía el lugar y tenía todo listo para mis posibles escapes, pero, ahora la que se conoce el lugar y tiene todo a su disposición soy yo. No puedo permitir que me gane.’ Me digo mentalmente.— Te ayudaré. Pero, lo mejor es que te cambies de ropa. seguramente están atentos a cualquier mujer con tu vestimenta. Así que, debes usar una ropa que no usarías. Solo así no te van a reconocer. — dice Pierre y yo lo observo con malestar.— Pero…— Es lo único que se me ocurre, si quieres que usemos las escaleras eléctricas s