Un quejido me hace despertar y yo abro mis ojos rápidamente, implorando que no sea un sueño o un error. Hanna, quien duerme en el sofá frente a mí, no parece ser la causante de los quejidos. Así que, me levanto para revisar si está todo bien con Ryan. Mientras camino hacia él, imploro que pronto mejore, por eso, comienzo a masajear su cuerpo confiando que eso lo haga despertar pronto, pero, lo que causo es que el quejido que escuché, vuelva a aparecer, aturdiéndome un poco. — ¿Ryan? — pregunto mirando hacia los ojos que parecen moverse un poco. Aunque no se abren, puedo ver que lo intenta, por eso, presiono el botón de enfermeras, mientras lo llamo varias veces, hasta que finalmente abre sus ojos. — ¡Ryan, has despertado! — digo con los ojos llenos de lágrimas. — ¡¿Qué sucede?! ¡¿Quién se atrevió a hacerte daño?! — grita Hanna. Los escoltas que ha enviado su padre, entran encendiendo las luces y eso, hace que Ryan cierre los ojos con molestia. — ¡Apaguen las luces, a Ryan le mo
Intento procesar lo que acabo de escuchar, pero, no hay manera de que yo haya escuchado mal, porque el que no me reconozca, solo justifica porque me observa con tanta frialdad y desinterés, cuando él me miraba con mucho amor. — Ryan… — Señor Volkova para usted, pequeña. — Hablo en serio, Ryan, si esto es una broma, detente. — digo y él suspira profundo, pero, haciendo ello se lastima. — Rayos… — ¡¿Estás bien?! — digo corriendo tan rápido como puedo. Toco levemente su cabeza, pero, él aparta mi mano con desagrado, dejándome completamente aturdida por su reacción. — No me toque, no me agrada que extraños me toquen. — dice Ryan con frialdad. — No soy una extraña. Tenemos un año de habernos casado, Ryan. — Me está agotando todo esto, mujer. Acabo de despertar de algo que casi acaba con mi vida, así que, no complique más todo cuando tengo muchas cosas que hacer. — ¿No me reconoces? — ¿Debería hacerlo? — pregunta Ryan. Respiro profundo, porque es más de lo que espere que podría
Los primeros rayos del sol aparecen mientras yo lloro a un cielo que a pesar de cualquier adversidad, vuelve a aclararse con ayuda del sol. No importa si el día es nublado, si hay tormentas eléctricas o eclipses, el cielo eventualmente vuelve a mostrarse claro con ayuda del sol. Pero, en mi caso, dudo que pueda volver a ser la misma, sobre todo, porque siento que estoy en una constante lluvia torrencial que no me permite avanzar pero, tampoco me deja quedarme donde estoy o correré mucho peligro. — Day, estamos listas para lo que necesites. — dice Nina. — Solo díganle al doctor lo que sucede con Ryan. Díganle que todo lo que ha vivido desde los veinticuatro años hasta aquí, no los recuerda. — digo y ellas se sorprenden. — Entonces… — No me recuerda, ni mucho menos a los bebés. Pero, ¿Saben? Es bueno que no recuerde todo esto, porque entonces, no sufrirá por la muerte de sus hijos, ni como definiremos nuestra relación. >> Todo volverá a la normalidad, porque él me dará el divorcio
Divorcio, muchas veces mencioné esa palabra delante de Ryan y las veces que lo hice, se notaba su perturbación y cuanto estaba en contra de que nos divorciáramos, ¿acaso era por esto? Solamente una vez aceptó el divorcio y lo que hizo fue beber hasta terminar internado. Pero, ni siquiera cuando aceptó el divorcio, me dio la firma para hacerlo efectivo e incluso recuerdo cómo decía que solo podría deshacerme de él si moría, ¿acaso lo decía por eso? — Esto debe ser un error, nadie en su sano juicio dejaría estás clausuras con una gran desventaja. — digo y las chicas de inmediato asienten de acuerdo conmigo. — Yo pensé lo mismo, señora Volkova, pero, no hubo manera de que cambiara de opinión, así que, después de hacer exámenes que confirmarán su cordura, se hicieron los respectivos procesos para que fuera completamente legal. — Aun así, yo no puedo hacerme dueña de todo eso. Todavía me confundo con los reportes que me dan de la empresa de mi padre, así que, no podré cumplir con mi tr
Mi declaración, es suficiente para llamar la atención del hombre que estaba en su computador trabajando, pero, la mirada que me muestra no es algo agradable de ver, al punto que siento como duele mi corazón por ello. — ¿Qué has dicho? — pregunta Ryan y yo trago duro para avanzar hasta donde él se encuentra. — ¿Por qué quieres aferrarte a un hombre que no te conoce? — pregunta Celeste aferrándose al brazo que Ryan tiene herido. Por eso, él se queja. — ¿Eres consciente de donde estás? ¿Sabes siquiera las heridas que tiene Ryan para que te aferres a él solo para causarle dolor? — Quien me está causando dolor de cabeza eres tú al no aceptar el divorcio. — dice Ryan. ‘Respira profundo, Day. Esas palabras no me afectan. No me afectan.’ Me digo mentalmente. — Debemos hablar, pero, a solas. — digo mirando a Ryan. — Celeste, sal de aquí. — dice Ryan. — Pero… — Fuera, no lo diré una segunda vez. — dice Ryan, por eso, Celeste se marcha. La satisfacción, me hace sonreír levemente, pero,
Es evidente lo que sucede en Ryan cada vez que ve a Aleksander, por lo que, podría decir que aunque no recuerda quien soy en su vida, si soy alguien importante, de tal forma que puedo despertar celos en él. Así que, entrelazo mi brazo a Aleksander aturdiendo a mi amigo de la infancia, pero, con una sonrisa, le pido que avance conmigo hasta donde se encuentra Ryan para poder enfrentarlo como corresponde. — ¿Sucede algo, Ryan? — pregunto curioso, mientras él emite un sonido molesto y mira hacia el frente. — Dijiste que me cuidarías como mi esposa, así que, ¿Por qué te vas a ir? — ¿Tampoco recuerdas lo que me dijiste? Porque yo si lo recuerdo, después de todo, dijiste que para eso tienes a Celeste y yo no pienso oponerme a ello. — Lo mejor es que no cuides a alguien más en tu estado, pequeña. Tienes que ser cuidada, pronto nacerán los bebés así que debes descansar. — dice Aleksander tomando mi mano. Sonrío complacida por la mirada fija de Ryan en nuestras manos e imploro que ello s
Cuatro días después Ryan finalmente es dado de alta, por lo que, ya podemos irnos, para recibir atención desde casa de acuerdo con las curaciones o en mi caso, al monitoreo de mi embarazo, porque ya estoy por tener a mis bebés. Por eso, todos mis escoltas, Bob y Miguel, nos escoltan a casa, dejando que nos tomen unas pocas fotografías antes de entrar al auto que nos llevará lejos de los doctores. Los dos compartimos el auto, aunque Celeste nos sigue en su vehículo. Nadie habla, aunque le he ayudado durante todos estos días, no se muestra interesado en mejorar nuestra relación, pero, yo no pienso presionarlo, por eso, actúo como su asistente ya que, así estamos juntos. — Hemos llegado, ¿se quedarán en la casa del señor o donde usted se queda? — pregunta Bob. — ¿No vivimos juntos? — pregunta Ryan confundido. — No, estaba molesta contigo para vivir bajo un mismo techo. — Ahora han cambiado las cosas, porque no puedes servirme si no estás cerca. Así que, lógicamente viviremos junto
Cuatro días despuésNarra RyanLas ganas de ir al baño me invaden, pero, por más que intente moverme, no me es posible. Por eso, miro a mi lado, sintiéndome mal por tener que llamar a una mujer que escasamente duerme por malestares por su avanzado embarazo.— Day… despierta. — susurro molesto por no tener otra opción.‘Lo mejor es que a partir de ahora ella no me cuide o por lo menos, no lo haga sola.’ Me digo mentalmente.Day ha estado quejándose del dolor y aunque ella no es quien me ayuda a caminar para ir al baño, si hace todo lo demás que no puedo hacer, por solo tener medianamente bien un brazo. Por lo que, me siento culpable por sus malestares.Sin embargo, no puedo soportar más y por eso, vuelvo a llamarla, sintiendo como la impotencia me recorre por tener que llamar a alguien más por ayuda para ir al baño.— ¡Day, despierta, maldita sea! ¡¿Es así como me cuidas?! — grito cuando ya no puedo soportar más.— ¡¿Que paso?! — pregunta ella asustadaDe inmediato, se queja del dolor