Mi declaración, es suficiente para llamar la atención del hombre que estaba en su computador trabajando, pero, la mirada que me muestra no es algo agradable de ver, al punto que siento como duele mi corazón por ello. — ¿Qué has dicho? — pregunta Ryan y yo trago duro para avanzar hasta donde él se encuentra. — ¿Por qué quieres aferrarte a un hombre que no te conoce? — pregunta Celeste aferrándose al brazo que Ryan tiene herido. Por eso, él se queja. — ¿Eres consciente de donde estás? ¿Sabes siquiera las heridas que tiene Ryan para que te aferres a él solo para causarle dolor? — Quien me está causando dolor de cabeza eres tú al no aceptar el divorcio. — dice Ryan. ‘Respira profundo, Day. Esas palabras no me afectan. No me afectan.’ Me digo mentalmente. — Debemos hablar, pero, a solas. — digo mirando a Ryan. — Celeste, sal de aquí. — dice Ryan. — Pero… — Fuera, no lo diré una segunda vez. — dice Ryan, por eso, Celeste se marcha. La satisfacción, me hace sonreír levemente, pero,
Es evidente lo que sucede en Ryan cada vez que ve a Aleksander, por lo que, podría decir que aunque no recuerda quien soy en su vida, si soy alguien importante, de tal forma que puedo despertar celos en él. Así que, entrelazo mi brazo a Aleksander aturdiendo a mi amigo de la infancia, pero, con una sonrisa, le pido que avance conmigo hasta donde se encuentra Ryan para poder enfrentarlo como corresponde. — ¿Sucede algo, Ryan? — pregunto curioso, mientras él emite un sonido molesto y mira hacia el frente. — Dijiste que me cuidarías como mi esposa, así que, ¿Por qué te vas a ir? — ¿Tampoco recuerdas lo que me dijiste? Porque yo si lo recuerdo, después de todo, dijiste que para eso tienes a Celeste y yo no pienso oponerme a ello. — Lo mejor es que no cuides a alguien más en tu estado, pequeña. Tienes que ser cuidada, pronto nacerán los bebés así que debes descansar. — dice Aleksander tomando mi mano. Sonrío complacida por la mirada fija de Ryan en nuestras manos e imploro que ello s
Cuatro días después Ryan finalmente es dado de alta, por lo que, ya podemos irnos, para recibir atención desde casa de acuerdo con las curaciones o en mi caso, al monitoreo de mi embarazo, porque ya estoy por tener a mis bebés. Por eso, todos mis escoltas, Bob y Miguel, nos escoltan a casa, dejando que nos tomen unas pocas fotografías antes de entrar al auto que nos llevará lejos de los doctores. Los dos compartimos el auto, aunque Celeste nos sigue en su vehículo. Nadie habla, aunque le he ayudado durante todos estos días, no se muestra interesado en mejorar nuestra relación, pero, yo no pienso presionarlo, por eso, actúo como su asistente ya que, así estamos juntos. — Hemos llegado, ¿se quedarán en la casa del señor o donde usted se queda? — pregunta Bob. — ¿No vivimos juntos? — pregunta Ryan confundido. — No, estaba molesta contigo para vivir bajo un mismo techo. — Ahora han cambiado las cosas, porque no puedes servirme si no estás cerca. Así que, lógicamente viviremos junto
Cuatro días despuésNarra RyanLas ganas de ir al baño me invaden, pero, por más que intente moverme, no me es posible. Por eso, miro a mi lado, sintiéndome mal por tener que llamar a una mujer que escasamente duerme por malestares por su avanzado embarazo.— Day… despierta. — susurro molesto por no tener otra opción.‘Lo mejor es que a partir de ahora ella no me cuide o por lo menos, no lo haga sola.’ Me digo mentalmente.Day ha estado quejándose del dolor y aunque ella no es quien me ayuda a caminar para ir al baño, si hace todo lo demás que no puedo hacer, por solo tener medianamente bien un brazo. Por lo que, me siento culpable por sus malestares.Sin embargo, no puedo soportar más y por eso, vuelvo a llamarla, sintiendo como la impotencia me recorre por tener que llamar a alguien más por ayuda para ir al baño.— ¡Day, despierta, maldita sea! ¡¿Es así como me cuidas?! — grito cuando ya no puedo soportar más.— ¡¿Que paso?! — pregunta ella asustadaDe inmediato, se queja del dolor
La chica que grité porque no me escuchaba cuando quería ir al baño, aparece en mi mente. Sus ojos llenos de lágrimas, sus labios temblando de impotencia y sus manos cargando su vientre abultado, es la imagen que aparece en mi mente, para después recordar cómo se fue porque la lastimé.Las llamas se ven tan grandes, que mi gente me carga y me coloca en el césped lejos del fuego, mientras lloro por todo lo que estoy viendo. Mi boca no deja de llamar su nombre y la idea de que ha muerto con sus bebés, hacen que mi pecho duela al punto que se me corta la respiración.Mi cabeza comienza a doler y yo llevo mi mano sana a mi cabeza, notando que se me llena de sangre, entonces, noto que cuando me lancé del auto, me golpeé la cabeza. Sin embargo, mis heridas, no son algo en comparación a la angustia que en estos momentos experimento.— ¡Señor Volkova!Alguien grita saliendo del auto y se arrastra en el suelo para apagar el fuego, mis hombres corren a ayudar, pero, no es una mujer embarazada, n
Rápidamente, me ayudan a subir al auto, mientras yo maldigo haberme acordado tarde de todo y que este tan herido que no pueda abrazarla o cargarla como me gustaría, proteger a mis hijos como me gustaría.— Duele mucho. — dice Day mientras nos movemos rápido por las calles de la cuidad.— Pronto van a atenderlos, esperen un poco, por favor. Se los pido. — digo en medio del llanto.— No puedo esperar, ellos son los que se quieren salir ahora mismo.Varios autos nos rodean, para protegernos o permitir que nos movamos rápido, por lo que, nos movemos rápido mientras ella llora implorando que no perder a nuestros hijos.— Lo siento, es mi culpa. Todo es mi culpa. — digo aferrándome a ella, aunque mi cuerpo duele.— Duele mucho. Hay mucha sangre, eso es malo, ¿verdad?— No es malo. No lo será, nuestros hijos estarán bien. — digo de inmediato.— ¿Nuestros hijos? ¿Recuerdas que son tuyos? — pregunta ella en medio del dolor.El deseo de golpearme por olvidar algo tan importante, se intensifica,
Mi corazón se detiene y entonces, comprendí todo. Me di cuenta de que cada momento que viví pensando que estaba dándole todo lo que merecía darle, le fallé. Porque ella merecía todo, porque ella, me hizo sentir todo. Day me ayudó a vivir diferente, me sacó de mi zona de confort y me hizo vivir en constante alerta por sus escapadas, me hizo sonreír por sus ocurrencias, celebrar cuando me anticipaba a sus locuras, me dio la felicidad de ser padre, me dio el placer de ser suyo y me hizo sufrir con intensidad por su distanciamiento. Cada una de las emociones que he vivido por ella, son tan fuertes que están pegadas a cada parte de mi cuerpo, haciéndome vivir siempre como si tuviera la adrenalina dirigiendo mi cuerpo, justo como pasa ahora. — ¡Aquí! ¡Ayuden a mi esposa e hijos! — grito mientras corren para ayudarnos. Rápidamente, se llevan a mi esposa y aunque intento correr detrás de ellos, mis heridas no me lo permiten. Por lo que, es mi gente y los enfermeros que me ayudan a subir a
Mi corazón escasamente puede trabajar como corresponde, por toda la angustia que esta almacenando, pero, sabe que no puede fallar, porque mis hijos me necesitan. Mis bebés y mi esposa me necesitan.— Dígame lo que pasa con mi familia, por favor. — digo en medio del llanto.— Están estables. — dice el doctor y yo siento como un peso grande abandona mi cuerpo, mientras yo lloro agradecido Todos los chicos que incluso estaban llorando con disimulo, suspiran aliviados e incluso, alguno de ellos celebran mientras yo siento que mi cuerpo vuelve a funcionar con normalidad y no, para soportar la angustia que sentía.— ¡Oh, Dios mío, gracias! — digo mientras lloro.— La señora fue dañada por uno de los bebés que intentaban salir por su vagina, eso causó que se desgarrará, por eso, era la sangre mezclada con líquido amniótico y su dolor punzante.— Day, lo siento mucho por eso. — digo en un susurro.— La señora estaba bastante débil, los bebés estaban inquietos, por lo que, no fue tan sencillo