Respiro profundo al ver como el hombre grande, que casi siempre se ve como alguien racional que controla sus emociones, llora como un niño y no por el corte que se ha hecho, si no, por mí, porque es lo único que dice: Day.
— Necesito que lo llevemos al hospital para que le miren la herida.— ¡No voy a ir al hospital! ¡Yo estoy bien! ¡Yo…! — exclama Ryan y de inmediato, retoma su llanto.— Esta muy ebrio, por eso, no siente el dolor físico que se causa, después de todo, el dolor emocional y mental es más grande que un corte en su mano.El chico de cabello rojo, peina su cabello con frustración, mientras los empleados de Ryan intentan atenderlo, pero, él los aparta.— Estoy bien, no sean molestos, yo me encuentro bien. No es la primera vez que quedo solo. Estoy acostumbrado a quedarme solo, así que, no necesitan preocuparse cuando saben que noRespiro profundo, intentando que esto no me afecte. Porque lo que menos deseo es que Ryan se humille ante mí, ya que, eso no es amar y si anuncie mi divorcio, en realidad lo hice sin intención de humillarlo, si no, que estaba enojada por el incidente en la oficina y porque aún creo que lo mejor es separarnos.Lógicamente no es fácil alejarme de alguien que como Ryan dice, es mi familia. Pero, siendo sincera, no puedo aferrarme a él cuando no hemos sido la mejor pareja ni siquiera ahora.— No hablemos de eso. ahora permite que te curen las heridas y después, vayamos a casa. — digo.— Estoy bien.— Estás sangrando. — le recuerdo y él me sonríe alejándose de mí.— No es algo en comparación en lo que siento en mi pecho y parece que finges no notarlo. — dice Ryan.— Bueno, pueda que sea algo sin importancia, pero, para lo
Seguir el tema de conversación a Ryan es algo bastante complicado, sobre todo, porque no deja de contradecirse en todo lo que dice, donde se muestra de acuerdo con lo que piensa, llora o sonríe sin algún motivo aparente.— No debería dejarme — dice Ryan y yo suspiro profundo al ser la décima vez que dice lo mismo.— Es verdad, no debería dejarte. — digo mientras camina moviéndose de un lado al otro.— Aunque si es lo que ella quiere, es por algo. — dice Ryan.— Sí, es por algo.— ¿Algo bueno o malo? — pregunta Ryan deteniendo su andar, mientras balbucea.Podría reírme si no tuviera que ayudarlo a caminar, porque es chistoso que se responda sus preguntas o que se contradiga cuando se le dice algo. Pero, lo que más risa da es que cuándo se queda quieto, su cuerpo se mueve de un lado al otro como si perdiera el eq
No le respondo, no tengo como hacerlo cuando en mi cabeza hay un enredo completo que solo parece claro cuando estoy molesta, pero, esa claridad solo dura breves minutos que parecen ser una ilusión, porque cuando actúo por medio del enojo, todo se enreda mucho más.Ryan, parece debilitarme más debido al alcohol, por lo que, sus hombres corren a ayudarme antes de que termine haciéndose daño porque no es capaz de mantenerse bien por su cuenta. Como pueden, me ayudan a tenerlo nuevamente en el asiento del auto, donde se duerme.— ¿Deberíamos llevarlo al hospital? — pregunto y los chicos niegan.— Él se ha herido bastante, pero, así como se encuentra, no es buena idea. Así que, lo mejor es que dejemos que descanse un poco, antes de llevarlo al hospital mañana. — dice el conductor.Aunque no estoy de acuerdo del todo, dejo que nos lleven a su casa, donde puedo ve
Con temor, coloco mis manos en mi vientre con temor de ser golpeada, pero, unos brazos impiden que yo me golpee con algo. Angustiada, miro hacia Ryan, quien me observa preocupado.— ¡¿Estás bien?! — pregunta Ryan— Yo… — susurro.Ryan intenta ayudarme, pero, se tambalea, por lo que, los dos terminamos cayendo sobre la camilla. Su mirada llena de preocupación quizás hace que sus ojos se vean muy lindos, pero, rápidamente me alejo de él, porque sé que estaría jugando con fuego si me quedo así.— ¡¿Esta todo bien?! — pregunta alguien detrás de mí.— Bob, puedes marcharte. — dice Ryan mirando por encima de mi cabeza.— No, espera un momento. — digo girándome.— Estamos bien. — dice Ryan.— No estamos bien, señor Bob, ayúdeme con Ryan, quiere ir al b
Se siente la diferencia, porque mi intimidad se siente caliente y húmeda, mientras su pecho está seco y frio. Por lo que, era imposible no notar la diferencia de nuestros cuerpos y como eso nos afectaba.Ya que, cuando él se sienta en la camilla, mi intimidad se desliza y queda justamente sobre su intimidad dura.Comprendía que estaba en problemas y que no usar mi ropa interior usada, no fue una sabia decisión, pero, no podía alejarme de él y ponerme la ropa, cuando sus manos están en mi trasero, ejerciendo presión para que no me aparte de él siquiera un poco.— Vamos. — ordena Ryan.— ¡Espera un momento! — digo cuando Bob, Junior y otros dos chicos, entran con el fin de movernos.— ¿Qué pasa? Vamos a una habitación más cómoda.‘¡Peligro! ¡Eso significa peligro!’ me grito mentalmente.<
Juntos, entramos al ascensor, donde siento la mirada penetrante de Celeste hasta que cierran las puertas del ascensor. Es entonces, cuando recuerdo como estoy sentada e intento alejarme del hombre que de inmediato me pega a su cuerpo.— ¿Qué vas a hacer cuando estamos tan cómodos, querida? — pregunta Ryan y yo golpeo su pecho.— ¡¿Estás loco?! No deberíamos estar así cuando estamos en un hospital. Sobre todo, cuando no…— No tienes ropa interior, pequeña pervertida, ¿era eso lo que ibas a decir? — pregunta Ryan y yo me ruborizo.De inmediato, lo golpeo en el pecho, porque no estamos solos para que este diciendo algo así. Pero, es obvio que Ryan no es sentir vergüenza, porque si así fuera, no habría sido capaz de reconocer que estaba enamorado de mí cuando apenas yo tenía quince años.— Deja de decir es
El impacto de mis propias palabras me hacen retroceder, al punto que un enfermero impide que me caiga, cuando tropiezo con mis propios pies, imaginándome lo peor, porque ya he visto como mi padre estaba por tener una enfermedad que no perdona a nadie.— ¿Se encuentra bien? — pregunta el enfermero y yo comienzo a llorar.— Day, habla, no te concentres solo en llorar, por favor. — pide Ryan y yo solo me alejo del enfermero que observa todo aturdido.— Esto no puede estar sucediendo. — digo caminando de un lado al otro.— Day, espera un momento.— Primero fue mi padre, después mi hija y ahora mi esposo, ¿acaso estoy maldita? ¿He hecho algo imperdonable y por eso, Dios me castiga? — pregunto en medio del llanto mientras intento calmarme caminando de un lado al otro.Por mucho que quiero calmarme y no llorar por el bien de mis bebés, no puedo lograrlo porque es de
Ryan me observa fijamente prácticamente exigiéndome una explicación de lo que he dicho, pero, yo me siento muy avergonzada para justificar mi accionar. Así que, uso mi única ruta de escape: concentrar la atención en el doctor.— Entonces, doctor, explíqueme ¿Qué sucede con él? — pregunto intentando que Ryan no piense en lo que dije.— Sigue fingiendo que no me llamaste anciano, Day y entonces, cuando te castigue, yo también fingiré que no lo estoy haciendo. — me advierte Ryan y yo comienzo a llorar.— Que cruel son los esposos con las mujeres embarazadas. Uno no es igual, porque hay bebés que se hacen dueños del cuerpo de uno y por eso, uno está constantemente sensible, pero, eso no parece importarle a nadie. — digo con fingido dolor.Ryan me observa como si no creyera lo que le estoy diciendo, por lo que, me esfuerzo en gim