Dos días después
El malestar me invade y es este el que me hace levantarme corriendo de la cama antes de que terminara vomitando. Arrodillada en el baño, descargo todo malestar deseando que esto sea suficiente para sentirme aliviada.Ayer, había tenido un buen descanso, estuve atenta a mis clases e incluso, mi estomago dejó de sentirse extraño y por eso, comí muchas cosas que deseaba comer ayer. Por eso, estaba feliz, fui a clases de mis docentes para ponerme al día de mis faltas y estudié mucho para poder salir de mis retrasos universitarios.El día de ayer fue perfecto, creí que todo malestar había quedado en el olvido, pero, hoy es diferente y eso me preocupa. Ayer calmé a mi esposo, porque me sentía muy bien, sin embargo, ahora que estoy enferma, la que necesita calmarse soy yo, porque ni mi padre ni mi esposo están cerca.— Estaré bien, posibLos minutos pasan y finalmente me siento mejor, al punto que puedo reconocer a la persona que está frente a mí esperando que me sienta mejor. De inmediato, suspiro profundo y levanto mi mirada para poder ver al hombre que impidió que me golpeara cuando por segundos, perdí la fuerza en mi cuerpo.— ¿Ya te sientes mejor, Day?— Sí, gracias, Wiley. — susurro.— Oh, recuerdas mi nombre.— Has sido la persona que estuvo con Nina mucho tiempo, es lógico que recuerde tu nombre.— Como sea… deberías ir al médico, aunque te ves mejor, estas demasiado pálida. — dice Wiley y yo asiento.— Ahora mismo iré a la enfermería, gracias. — digo y él extiende la mano que tomo para que pueda levantarme.— Espero que sea verdad, salúdame a Nina.Sonrío porque eso es algo que no haré. Despu
Con angustia, busco a mi amiga en un mar de rostros que escasamente se dan cuenta de que estoy presente. Desesperada, camino buscando a alguna de mis amigas y para mi fortuna, me encuentro con Nina, con unos compañeros de la clase que no compartimos.— Nina, necesito hablar contigo. — digo tomando su mano y jalándola con tanta fuerza, que ella es levantada de su asiento como si fuera impulsada por un resorte.Sus compañeros me observan confundidos, pero, Nina, que está acostumbrada a los ataques de Hanna, toma rápidamente el bolso y se marcha conmigo, corriendo sin preguntarme a donde la estoy llevando.El aire me falta y por eso, respiro profundo sabiendo que no hay manera de que siga corriendo sin tomarme un descanso o podría desmayarme del agotamiento.— Espero esto de Hanna, porque las dos sabemos cuan loca es, pero, ¿Cómo es posible que estes actuando como Hanna?— Necesito
Teniendo claro que debería hacer, enciendo el televisor y dejo que las cámaras graben todo por al menos tres horas. En ese tiempo, Hanna me ayuda con el transporte aéreo y la ropa que me colocaré, aunque siendo sincera, seguramente está acostándose con el piloto ahora que se han comunicado otra vez.Por lo que, no hay prisa en que yo vaya pronto y es esa la razón que me ayuda a hacer las cosas con la debida calma. Es así como preparo todo viendo televisión como si nada sucediera, sabiendo que así nadie se dará cuenta de algo extraño.El tiempo pasa y la alarma de mi teléfono suena, por lo que, apago el televisor y entro a la habitación donde no hay cámaras. Desde el dormitorio donde hay cosas de Ryan, entro al sistema de la casa y programo las cámaras para que graben hasta que salgo de la habitación y vuelvo a sentarme en la sala.Sentada en la
Me despido de Nina y entro a la pista privada donde ya hay un trasporte para mí, así que, de inmediato, entro al jet y me siento en la cómoda silla, donde pienso muchas cosas relacionadas al propósito de mi viaje y al papel que tengo en mi bolsillo.— Buenas noches, señora Day, ¿está lista para marcharnos? — pregunta la azafata y yo me quedo mirándola fijamente.— No estoy lista para quedarme, pero, tampoco para irme. Yo… estoy en un punto muerto donde no sé si las decisiones que tomo son las correctas. — respondo.— ¿Ah? — pregunta la mujer con evidente confusión.No entiendo que es lo que voy a hacer, porque independientemente de lo que decida, me preocuparé. Eso se debe a que si me quedo, la desconfianza se hará más grande, porque ya hay pruebas de que no está donde me dijo que estaría.Esa mentira, m&a
Quince horas despuésMis emociones pasaron de miedo por el resultado a preocupación por las cosas incorrectas que hice estando embarazada, para posteriormente llorar por lo impactante que ha sido todo y cuanto esto va a cambiar mi vida.Mi imagen, pensó en todos los cambios y si podré seguir en la universidad, para posteriormente quedarme tanto tiempo dormida, que es Hanna quien con un grito me despierta.— ¡¿Estás embarazada?! — grita Hanna y yo salto en mi asiento, aturdida por su grito.— Rayos, Hanna, casi haces que me dé un infarto. — digo angustiada.— Oh, lo siento, bebé. Tu tía no quería asustarte. — dice Hanna colocando ambas manos en mi vientre.— Hanna…— Ahora no me hables, quiero disculparme con mi sobrino o sobrina. — dice Hanna y yo suspiro profundo.Aunque ella no está a favor de tener
Con paso firme, camino hacia el hombre que no nota mi presencia, porque esta tan concentrado en su teléfono, que no se fija en lo que hay a su alrededor. Pero, poco tiempo tarda observando su teléfono cuando uno de sus hombres me habla con suficiente fuerza para llamar su atención.— ¡Señora Volkova! — grita uno de ellos.Mi mirada se torna fría y es esa la que choca con Ryan cuando levanta su mirada en dirección mía. Con molestia, miro hacia el hombre que delató mi presencia y este retrocede con temor.— S-señora…— Me alegra mucho que Ryan tenga personas tan competentes a su lado, sigan actuando así. cúbranse entre ustedes, que yo también jugaré así de sucio. — digo con frialdad.— ¿Sucede algo? — pregunta la enfermera.— No, es solo que somos viejos conocidos y han querido hacerme una br
El señor Walter me observa aturdido, así como me ha visto Ryan cuando me vio y notó que iba a averiguar quién estaba cuidando, por lo que, eso hace que sienta que lo que esconden es muy grande, tan grande que verme hace que teman de que conozca lo que ocultan.— S-señorita Creswell…— Es señora Volkova, recuerda que es mi esposa.— Eso puede cambiar en cualquier momento. — le digo con frialdad.— No puedes condenarme cuando solo estaba obedeciendo a…— Señor Volkova, recuerde lo que prometió. — dice el señor Walter causando que Ryan se quede en silencio.— Oh, entonces lo que está pasando aquí es que a mí si me puedes prometer cosas y al segundo siguiente fallarme, pero, a los demás no. — digo sonriente.Ryan comienza a desordenar su cabello, para después colocar su frente en la pared,
Decidida a no marcharme, me cruzo de brazos y por eso, los dos se quedan mirándose mutuamente como si estuvieran condenados y lo creo posible. Porque la realidad es que si están ocultando algo, los voy a condenar.— Entonces, ¿no vas a decir algo?— No puedo, aunque quisiera, no puedo decirlo. — dice Ryan y yo asiento.— ¿Ya lo están sintiendo? — pregunto y ellos se observan confundidos.— ¿Qué debemos sentir? — preguntan ellos.— Como se va la última oportunidad de ser sinceros. — digo con frialdad.Los dos bajan la mirada, pero, ninguno se atreve a hablar, por lo que, solo me quedo mirando a la puerta, donde espero una respuesta adecuada a todo lo que sucede, una que me ayude a entender la actitud de ambos, porque si me están ocultando algo grave, dudo que pueda perdonar a Ryan.— ¿Familiares del señor Kranz? &m