Narra Day
Mi cuerpo no puede más. Me siento en una especie de trance del que no quiero salir. Ya he tenido cuatro veces mi orgasmo y mi cuerpo sigue deseando más. Sin darme cuenta, me he movido a posiciones que no había hecho en el pasado, pero, que a partir de ahora haré porque se siente demasiado placentero.Así de lujuriosa me he vuelto y todo es por culpa del hombre que saca lo peor de mí y lo más preocupante es que esa parte de mí que no conocía, se mezcla tan bien con sus perversiones que me siento en el cielo. Estoy cansada, pero, me siento en el cielo.— Realmente voy a morir.— No puedes hacerlo. Los muertos no tienen sexo, esposa. — dice Ryan y de inmediato niego.— Entonces, no puedo morir todavía. Hay mucho placer que vivir. — susurro.Ryan, se aleja de la cama, solo para tomar una toalla de mano que ha humedecido varias veces para limpiarme,Hanna se sorprende bastante e incluso, yo me sorprendo un poco, porque la Day del pasado, pudo haber llorado por eso. Pero, la realidad es que no siento algún malestar por lo que me acaba de confesar Hanna.— Day…— Te lo digo en serio, no me importa.— ¿De verdad no te importa que me haya acostado con él?— No me importa, renunciaste a él por un capricho mío. Ahora me alegra que estes con Max, porque yo estoy bien con Ryan. Me siento bien a su lado. No voy a decirte que lo amo, pero, me gusta y podría decirte que me gusta de una forma sana y no idolatrándolo como lo hice con Max.— Eso es bueno, me alegra que no me haya equivocado leyendo su relación.Asiento sintiéndome cómoda. Aunque no sé qué siento realmente por Ryan, sí sé que no me molesta siquiera un poco que Max este con otra mujer y eso solo quiere decir que lo
Con la información que ahora conozco de Max, mis sentimientos sobre él y mi esposo, más la confesión de Hanna, hacen que no logre dormir. Por lo que, la mañana llega y yo me quedo durante toda la noche en la silla en la que me senté en el balcón.Ryan, no entra en la habitación una sola vez, por lo que, me levanto de la silla cuando me doy cuenta de que debo ir a la universidad. Sin la invasión de Ryan, me ducho y visto, para posteriormente salir a desayunar.De inmediato, busco con disimulo a Ryan, pero, este no está cerca. Por lo que, desayuno sola sin saber a quién preguntarle sobre la ubicación de mi esposo. En silencio, me marcho a la universidad que es bastante caótica por lo de Max.— Vaya noche eterna. — me limito a decir.— ¿Te sucede algo? No dejas de suspirar profundo. — dice Nina.— Bueno, no pude dormir mucho. Así
La respuesta de Ryan demoró más de lo que esperaba, pero, al menos no cambio la respuesta que esperaba, porque además de liberar mis frustraciones durante todo el día, también quiero acercarme a él sin hablar sobre lo que le ha molestado y el sexo es la mejor forma de hacerlo.— ¿En serio?— Sí, nunca sería capaz de negarme a un poco de sexo contigo. — dice Ryan y eso me hace sonreír.Incluso, soy capaz de rodear el escritorio de Ryan y sentarme sobre sus piernas para poder tenerlo lo suficientemente cerca de mí y así besarlo a mi antojo. Sin embargo, antes de besarlo, él hace su cabeza hacia atrás negando.— ¿Qué pasa?— Antes de que comencemos quiero aclararte algo.— ¿Qué sucede?‘Oh, no. Va a decirme porque está molesto.’ me digo mentalmente.— No qu
Con desespero me vendo los ojos ansiando rápido conectar con él y que todos los malentendidos queden en el olvido, pero, Ryan lo que hace es besar mi espalda y succionar en puntos que parecen activar la descarga eléctrica que me debilita las piernas.Por fortuna, estoy sobre su escritorio, por lo que, no puedo caerme por el fallo de fuerzas en mis piernas, pero, no me ayuda a poder concentrarme en lo que me rodea. Porque con los ojos vendados, no puedo ver ni mucho menos saber lo que hace Ryan conmigo.— Si dejas de moverte, quizás me atreva a darte placer. — dice Ryan.— ¡¿Has dicho quizás?! — grito y al segundo siguiente escucho un fuerte golpe.De inmediato, tensiono mi cuerpo, porque aunque no me golpeó en mi intimidad, es allí donde lo siento. La sensación, se expande y todo empeora cuando él succiona en uno de mis glúteos, mientras el otro lo aprieta c
Sé lo que quiero decirle, pero, no soy capaz de decirlo en voz alta. Así que, solo desvió mi mirada sin atreverme tampoco a responder la confesión que me ha dado. Por eso, él suspira profundo, desordena su cabello y sale de mi cuerpo, para entrar al baño.Solo cuando la puerta se cierra, es que puedo respirar. Con mi cuerpo tembloroso, observo todo a mi alrededor, con lágrimas cayendo por mis mejillas. En el suelo, veo la envoltura de un preservativo y nuestra ropa arruinada, pero, no veo por algún lado el valor que necesito para decirle lo que hasta ahora siento por él.Por lo que, solo puedo levantarme del escritorio y en silencio caminar hacia el baño con mis manos aun vendada. Cuando entro, veo a Ryan en la ducha, con su cabeza sobre una de las paredes, por lo que, no me atrevo a entrar a la ducha.‘No creo que sea buena idea quedarme aquí.’ Me digo mentalmente.— &
Dos semanas después.Las cosas han estado mejorando gradualmente, aunque aún tengo discusiones con Ryan por la forma en que veo las cosas y él quiere que las realice, nuestra convivencia es mejor, ya que, hemos optado por no enredarnos en emociones que no sabemos explicar y solo saciamos nuestras frustraciones o alegrías por medio del sexo.Ryan, ha cometido errores al quererme controlar, pero, ahora son menos frecuentes y cuando los comete, me recompensa con sexo, como hemos aprendido a expresarnos y conectar.‘Pero, ahora si me estoy molestando.’ Me digo mentalmente al ver la hora en mi reloj.— Amiga, es fin de semana, ¿realmente no quieres divertirte? — pregunta Hanna.Las cosas en la universidad, no se han controlado. Aun acusan de muchas cosas a Max y relacionan su comportamiento descarado con las acciones de su padre, un hombre que está prófugo de la justicia, porque al final, pu
El enojo me supera, por lo que, las ganas de comprar se esfuman, mientras camino hacia una de las camionetas que los chicos llenan con mis compras. Ellos no ven raro que me acerque a ellos, pero, yo si veo raro que ellos no sepan dónde está mi esposo y una extraña sí.— ¿No va a comprar más? — pregunta Camilo sorprendido.— Sí, he comprado unas cosas en la tienda de juguetes, pero, son muy grandes, ¿alguien puede ayudar a las chicas de la tienda a traerlo al auto?— Señora, creo que tendremos que buscar otra camioneta, porque aquí apenas entran estas compras. — dice uno de los chicos.— Y eso, para que entren solo debe estar el chofer, porque si subimos, necesitaremos al menos cinco autos. — dice Nacho.— Como ustedes deseen, entraré al auto, me siento demasiado cansada. — digo y ellos asienten.Incluso, uno de ellos me abre
Con una mirada le digo a las chicas que nos marchemos a beber y yo me siento justamente donde las chicas estaban, Ryan, me sigue e intenta hablarme, pero, yo lo ignoro. Por eso, cuando me siento, él lo que hace es tomarme del brazo, con evidente mortificación.— Lo siento, lo olvidé por completo. — dice él.— Está bien, eso le pasa a cualquiera. — me limito a decir.Ryan abre sus ojos ante la sorpresa de mi respuesta, pero, yo no digo algo más que cause que sospeche de mi actitud imperturbable.— Estoy en un trato importante. — dice Ryan.— Está bien, ve a hacer tus cosas, yo me voy a divertir con las chicas.— Ve a la casa, por favor. Porque no voy a permitir que te quedes aquí sin mi supervisión.De inmediato, comienzo a reírme, ya que, su comentario esta fuera de lugar en comparación a lo que hizo, por lo que, despué