El enojo me supera, por lo que, las ganas de comprar se esfuman, mientras camino hacia una de las camionetas que los chicos llenan con mis compras. Ellos no ven raro que me acerque a ellos, pero, yo si veo raro que ellos no sepan dónde está mi esposo y una extraña sí.
— ¿No va a comprar más? — pregunta Camilo sorprendido.— Sí, he comprado unas cosas en la tienda de juguetes, pero, son muy grandes, ¿alguien puede ayudar a las chicas de la tienda a traerlo al auto?— Señora, creo que tendremos que buscar otra camioneta, porque aquí apenas entran estas compras. — dice uno de los chicos.— Y eso, para que entren solo debe estar el chofer, porque si subimos, necesitaremos al menos cinco autos. — dice Nacho.— Como ustedes deseen, entraré al auto, me siento demasiado cansada. — digo y ellos asienten.Incluso, uno de ellos me abreCon una mirada le digo a las chicas que nos marchemos a beber y yo me siento justamente donde las chicas estaban, Ryan, me sigue e intenta hablarme, pero, yo lo ignoro. Por eso, cuando me siento, él lo que hace es tomarme del brazo, con evidente mortificación.— Lo siento, lo olvidé por completo. — dice él.— Está bien, eso le pasa a cualquiera. — me limito a decir.Ryan abre sus ojos ante la sorpresa de mi respuesta, pero, yo no digo algo más que cause que sospeche de mi actitud imperturbable.— Estoy en un trato importante. — dice Ryan.— Está bien, ve a hacer tus cosas, yo me voy a divertir con las chicas.— Ve a la casa, por favor. Porque no voy a permitir que te quedes aquí sin mi supervisión.De inmediato, comienzo a reírme, ya que, su comentario esta fuera de lugar en comparación a lo que hizo, por lo que, despué
Narra RyanRegreso a la sala donde todos se divierten, mientras yo maldigo el momento en que me deje convencer de Sashel para ser parte de esta reunión donde él debería estar y no yo. Frustrado, me siento lejos del caótico momento de besos lascivos y mucho licor.Pero, lo que me gano es que Anastasia se siente a mi lado, sonriéndome de una forma que me causa malestar. Después de todo, aunque han pasado tres años desde que todo terminó, sigo culpándola de muchas cosas que me impiden estar tranquilo con ella a mi lado.Por esa razón, me levanto cuando ella intenta darme una copa de licor que no beberé por lo frustrado que me siento por la estupidez que hice con Day.— Espera un momento, Ry. Hablemos un rato. — dice Anastasia.— Señor Volkova. Así es como debes llamarme.— ¿Debo hacerlo aunque hayamos sido tan íntimos que fui tu
Horas despuésLlego a la casa donde se escondió para escapar de mí, llamo a sus amigas, a los padres de sus amigas e incluso, me comunico con el asistente del señor Creswell, para poder encontrar alguna ubicación de ella, pero, por más que busco, sigo sin encontrarla.— ¿En dónde estás, Day? — pregunto mientras lucho con el deseo de destruir a Anastasia por completo.— Dime, ¿Qué hizo ahora tu esposa? — dice Sashel, bajando del auto, mientras yo salgo de uno de las discotecas de la ciudad.De inmediato, agarro por el cuello a Sashel y lo observo fijamente con la única intención de acabar con él si realmente fue parte del ataque vil de Anastasia.— ¡¿Fuiste parte de toda esta mierda, Sashel?! — grito agarrándolo por el cuello.— Tranquilo, hermano. Primero dime, ¿Qué es lo que est&aa
36 horas después de la desaparición de Day.Miro a mi alrededor, notando que varios de mis hombres se están durmiendo. Todos hemos trabajado continuamente para poder encontrar al menos una pista de Day o sus amigas, pero, ninguna aparece.Ninguna de ellas ha ido a la universidad y solo se han comunicado sus amigas con sus familiares para decirles que están ‘relajando su mente’. Pero, Day ni siquiera se ha comunicado con su padre, uno que ha estado llamándome constantemente desde ayer en la noche.— Day, necesito que me encuentren cualquier cosa de ella. — susurro.— Hermano, debes dejar que descansen.— Ellos se están turnando para que no se agoten, si están durmiéndose es porque así lo quieren.— Nos acostamos a dormir, pero, no dormimos, señor. Fallamos en nuestro trabajo y por eso, la señora no ha aparecido. — dice Camilo y yo
Narra DayLas chicas y yo sonreímos porque hemos estado relajándonos. Aunque no hemos hecho fiestas con los ‘amigos’ de la universidad, como lo hacíamos hace pocos meses, si hemos hecho una fiesta para nosotras tres.Hemos reído, llorado, disculpado, agradecido y relajado de tal forma que ahora sentimos que somos nuevas personas. Durante nuestros días de vida, hemos reprimido muchas cosas por temor, pero, al empezar a hablar de lo que he vivido con Ryan, una a una se abrieron hasta que no hubo secretos.— Creo que es la primera vez que me siento así de bien sin necesidad de usar el alcohol — dice Nina y yo asiento.— Necesitábamos este pequeño descanso para ser nosotras mismas. — dice Hanna.— Para serte sincera, este será mi última escapada de esta manera. — digo y ellas me observan confundidas.— ¿No te gusta lo que hicimo
4 días desde la desaparición de DayLas cosas no han sido fáciles para escondernos. Los teléfonos con los que entramos a las redes sociales, tuvimos que apagarlos, porque uno de los amigos de Hanna, nos dijo que entrar a redes sociales, podría mostrar nuestra ubicación.Por eso, guardamos el teléfono y solo lo encendemos cuando estamos por marcharnos de la ciudad o el país. Como tenemos una avioneta, nos toca tomar medidas para que donde aterricemos, no informen que nos han visto, porque Ryan es capaz de venir a buscarme y arrastrarme hasta la casa.— Esta será nuestra última parada antes de regresar a nuestra realidad, así que, disfrutemos en grande. — digo y las tres chocamos nuestras bebidas, sentadas frente al mar.— Al menos esta vez sí podemos salir y relacionarnos, porque aunque disfruto estar con ustedes, me hacía falta relacionarme con chicos lind
No doy muchos pasos lejos de ellos, cuando Ryan me intercepta, con una mirada que me causa dolor, pero, el recuerdo de lo que hizo, hace que detenga todo interés por irme con él. Aunque lo quiero, él debe resolver sus problemas con su exesposa antes de volver a mí.— Day, espera un momento.— Realmente no quiero hablar con ustedes. Así que, márchense por donde vinieron. —digo con frialdad.— Lo siento, cometí un grave error, eso lo sé. Pero, Day, tú también lo arruinaste al condenarme a una angustia que me ha impedido comer y dormir durante estos cuatro días.Realmente se ve mal, aunque no quiera reconocerlo, tanto él como mi padre se ven bastante demacrados, al punto que pareciera que han pasado muchos años desde que nos vimos. Pero, no puedo simplemente fingir que nada sucedió porque desaparecí.— Irme fue una decisió
Sé que un matrimonio es para estar en las buenas y en las malas, pero, también sé que no puedo cargar un peso con el que no soy capaz de lidiar. Porque aunque lo amo, aunque quiero estar con él, intentar hacerme la fuerte para soportar sus cargas, solo hará que termine lastimada.— ¿Cómo puedes hacerme esto? ¿Todo lo que dijo el sacerdote sobre lo que es el matrimonio no te importa?— Ni siquiera recuerdo lo que dijo, porque no quería casarme contigo en ese momento, pero, si recurrimos a lo que es el matrimonio, no es marchitarse solo por aferrarse a un roble que tiene a su alrededor un campo de rosas llenas de espinas que solo me harán daño si me quedo.Ryan niega de inmediato e intenta tocarme nuevamente, pero, yo vuelvo a retroceder, porque por más que desee su contacto, por más que lo haya extrañado estos días, sé que si dejo que me toque, me