Después de calmarme un poco, entro a la ducha donde el enojo me invade por dejar que él me tocara y también, por ponerme en un riesgo innecesario del que apenas salí sin mayores consecuencias negativas.
— No puedes ser así de tonta. A partir de ahora, antes de escaparte, debes sacar mucho dinero para no tener problemas de protección o donde quedarme. — susurro.Comprendiendo que debo aprender de mis errores, me termino de duchar y salgo, para colocarme una ropa perfectamente doblada sobre la camilla que ya está seca y limpia. De inmediato, me ruborizo por lo que pudieron haber visto o escuchado y esa vergüenza aumenta al recordar que desde que llegué, me la pasé gimiendo.— Espero que nadie haya tomado fotografías o videos, porque si eso se divulga, no podré mirar a mis amigas siquiera por la vergüenza que siento en estos momentos.Alguien toca la puerta y yoMe quedo mirando fijamente la escena, ya que, por mucho que dijo que había hecho, no lo creí capaz de hacer algo así. Por eso, retrocedo. Ya que, si ha hecho esto, es capaz de matar a cualquier hombre con el que intente tener sexo, justo como lo mencionó antes.— Tranquila, cariño. No temas por lo que él pueda hacerte, ya que, tiene mucho dolor en su cuerpo para hacerte daño. — dice Ryan sonriendo, sin moverse de la cama donde está sentado.‘Él es quien me causa temor, ¿Cómo puede ser así de violento con una persona y sonreír como si nada hubiese hecho?’ me pregunto mentalmente.— No le volveré a hacer daño, señora. Yo he aprendido mi lección.— ¿Señora qué?— Señora Volkova.Ahora mismo, siento mucho miedo por lo que Ryan puede hacerme si lo hago enojar, pero, debo m
No me siento bien, aunque quiero pensar que no es mi culpa y que no es buena idea que piense en eso, las palabras de Ryan se repiten en mi mente recordándome lo tonta que fui por dejar de lado mi seguridad.Algunas personas a mi alrededor, hablan entre sí y yo me siento en riesgo al no ver a alguien conocido, que pueda consolarme o por lo menos, decirme que no es mi culpa. Que el intento de abuso y las quemaduras de esa persona, no son mi culpa.— Señora, por favor…— No, no se me acerquen. — digo en medio del llanto.— Entienda que…— Quiero a mi padre. Quiero hablar con mi padre. — digo sentada en una esquina del pasillo donde gimoteo si alguien intenta acercarse a mí.Varias personas se mueven rápidamente y solo dejo que se acerquen a mí cuando escucho la voz de mi padre en uno de los teléfonos.— Day… — dice mi padre con voz ago
Dos días despuésNadie ha venido a visitarme y no lo hacen porque no sepan dónde estoy, si no, porque mis visitas están tan restringidas que solo la psicóloga es quien viene a hablar conmigo sobre cómo me siento y como debería enfrentar la situación vivida.Molesta, me quedo mirando la única ventana de la habitación, donde aunque lo intentara no podría escaparme, porque tiene barrotes y estoy en un piso demasiado alto para saltar y vivir para contar la historia.Así que, como un animal en una jaula de oro, espero que la muerte venga a mí, porque no soy capaz de acelerarla. Las guardaespaldas, intentan hablarme, pero, no me siento cómoda hablando con ellas, porque al final, son espías del enemigo.Por eso, aunque estoy muy aburrida, no hablo con ellas y desde ayer he dejado de comer, porque este tipo de vida donde tengo escoltas hasta para ir al baño, no
El chofer, sube a mi lado y me da una sonrisa nerviosa, es evidente que no se siente cómodo conmigo a su lado, pero, prefiero que él se sienta incomodo a yo estar al lado del hombre que brillo por su ausencia durante estos días.Aclaro, no es que me interese verlo, si no, que he deseado enfrentarlo y preguntarle si ha amenazado a mi padre para que él actúe tan extraño, pero, él durante estos días me ha ignorado completamente.Ahora, ni siquiera quiero reclamarle, porque estoy segura de que es así. Solo eso explicaría porque mi padre ha actuado tan diferente desde que él apareció en mi vida. Por lo que, preguntar y que me mienta es innecesario.— ¿Estas cómoda, esposa?— Lo estaría si no estuvieras aquí. — susurro.— Oh, siempre tan dulce. Mi esposa es muy dulce conmigo, incluso, podría decir que soy el hombre má
Me quedo en silencio, después de todo, de nada vale preocuparse por algo que aún no sé si va a hacer. Por lo que, me quedo en silencio viendo por la ventana, porque seguir comprando es innecesario.Como lo dijo, llegamos a un edificio y somos llevados hasta la azotea donde hay un helipuerto con un helicóptero esperándonos. Preocupada, miro a Ryan deseando que no salga con alguna novedad, pero, él se ve tan tranquilo que no sé qué va a hacer o decir.— Vamos a subir al helicóptero, esposa— ¿Dónde está el piloto?— ¿No te gustaría que fuera yo? —pregunta Ryan sonriente y de inmediato, me quedo en mi lugar.Ryan comienza a reírse, como si mi reacción fuera graciosa. Pero, ni siquiera al verlo burlándose me muevo. No confío en este hombre, por lo que, no voy a subirme a un helicóptero piloteado por é
Cuando creo que él ha entendido lo que quiero, su risa hace que piense algo diferente. Ya que, se burla con tanta fuerza que parece que he contado un chiste y por eso, se ríe como un loco.— ¿Tú en un convento? — se burla Ryan.— ¿Por qué no lo crees posible? — pregunto confundida.— Porque aunque Dios se apiada de sus ovejas negras y hace todo lo posible para que sean buenas, tú eres esa oveja que esta tan descarriada que es capaz de aliarse con el lobo solo para tener más minutos para salir a hacer de las suyas.La comparación me indigna, pero, mi consciencia dice que soy capaz de hacer ello, por lo que, me causa risa que me conozca tanto, pero, no me rio porque sé que perdería ante él y eso es lo que menos quiero.— Así que, ¿Cómo una mujer que se escapa por un poco de diversión, sería capaz de estar en
No hablamos más durante el viaje, por lo que, este es más largo de lo esperado, porque quiero llegar pronto y abordarlo con preguntas que no sé si realmente deseo saber las respuestas.‘La curiosidad mató al gato.’ Me recuerdo mentalmente, mientras bajo del helicóptero, notando que es la casa que Ryan me mostró como nuestro hogar.El lugar es tan extraño y han pasado tantas cosas desde entonces, que siento como si hubiesen pasado muchos meses desde que estuve aquí. Cuando llegamos a las escaleras, me detengo un momento para hablarle a Ryan.— No quiero quedarme aquí. Quiero ir a casa.— Esta es tu casa. — me recuerda Ryan y yo niego.— Nuestra casa.— No la siento como mía, Ryan. No quiero estar aquí, pueda que te guste, pero, yo no me siento cómoda aquí. — digo con seriedad.— Puedo complacerte en muchas
Sus palabras me tranquilizan un poco. Aunque no estamos en buenos términos, me siento un poco más cómoda después de haberlo escuchado, ya que, ha dicho no solo lo importante que soy, si no, que esa mujer no hace parte de su presente.— ¿Ella está viva?— Lo está.— ¿Sabes dónde se encuentra?— No, desde que nos separamos, en ningún momento me interesó que hizo con su vida. Ella hace parte de mi pasado, es un fantasma que no quiero recordar.— Entonces, no la menciones, Ryan. Llamarme por el nombre de alguien más, fue molesto y ahora que supe quién era, es decepcionante. Porque estás diciendo que es parte de tu pasado y la has traído a tu presente.— Lamento mucho haberlo hecho, eso no volverá a suceder, te lo aseguro.— ¿Realmente puedo confiar en ti? — pregunto y él asiente.