Dos días después
Nadie ha venido a visitarme y no lo hacen porque no sepan dónde estoy, si no, porque mis visitas están tan restringidas que solo la psicóloga es quien viene a hablar conmigo sobre cómo me siento y como debería enfrentar la situación vivida.Molesta, me quedo mirando la única ventana de la habitación, donde aunque lo intentara no podría escaparme, porque tiene barrotes y estoy en un piso demasiado alto para saltar y vivir para contar la historia.Así que, como un animal en una jaula de oro, espero que la muerte venga a mí, porque no soy capaz de acelerarla. Las guardaespaldas, intentan hablarme, pero, no me siento cómoda hablando con ellas, porque al final, son espías del enemigo.Por eso, aunque estoy muy aburrida, no hablo con ellas y desde ayer he dejado de comer, porque este tipo de vida donde tengo escoltas hasta para ir al baño, noEl chofer, sube a mi lado y me da una sonrisa nerviosa, es evidente que no se siente cómodo conmigo a su lado, pero, prefiero que él se sienta incomodo a yo estar al lado del hombre que brillo por su ausencia durante estos días.Aclaro, no es que me interese verlo, si no, que he deseado enfrentarlo y preguntarle si ha amenazado a mi padre para que él actúe tan extraño, pero, él durante estos días me ha ignorado completamente.Ahora, ni siquiera quiero reclamarle, porque estoy segura de que es así. Solo eso explicaría porque mi padre ha actuado tan diferente desde que él apareció en mi vida. Por lo que, preguntar y que me mienta es innecesario.— ¿Estas cómoda, esposa?— Lo estaría si no estuvieras aquí. — susurro.— Oh, siempre tan dulce. Mi esposa es muy dulce conmigo, incluso, podría decir que soy el hombre má
Me quedo en silencio, después de todo, de nada vale preocuparse por algo que aún no sé si va a hacer. Por lo que, me quedo en silencio viendo por la ventana, porque seguir comprando es innecesario.Como lo dijo, llegamos a un edificio y somos llevados hasta la azotea donde hay un helipuerto con un helicóptero esperándonos. Preocupada, miro a Ryan deseando que no salga con alguna novedad, pero, él se ve tan tranquilo que no sé qué va a hacer o decir.— Vamos a subir al helicóptero, esposa— ¿Dónde está el piloto?— ¿No te gustaría que fuera yo? —pregunta Ryan sonriente y de inmediato, me quedo en mi lugar.Ryan comienza a reírse, como si mi reacción fuera graciosa. Pero, ni siquiera al verlo burlándose me muevo. No confío en este hombre, por lo que, no voy a subirme a un helicóptero piloteado por é
Cuando creo que él ha entendido lo que quiero, su risa hace que piense algo diferente. Ya que, se burla con tanta fuerza que parece que he contado un chiste y por eso, se ríe como un loco.— ¿Tú en un convento? — se burla Ryan.— ¿Por qué no lo crees posible? — pregunto confundida.— Porque aunque Dios se apiada de sus ovejas negras y hace todo lo posible para que sean buenas, tú eres esa oveja que esta tan descarriada que es capaz de aliarse con el lobo solo para tener más minutos para salir a hacer de las suyas.La comparación me indigna, pero, mi consciencia dice que soy capaz de hacer ello, por lo que, me causa risa que me conozca tanto, pero, no me rio porque sé que perdería ante él y eso es lo que menos quiero.— Así que, ¿Cómo una mujer que se escapa por un poco de diversión, sería capaz de estar en
No hablamos más durante el viaje, por lo que, este es más largo de lo esperado, porque quiero llegar pronto y abordarlo con preguntas que no sé si realmente deseo saber las respuestas.‘La curiosidad mató al gato.’ Me recuerdo mentalmente, mientras bajo del helicóptero, notando que es la casa que Ryan me mostró como nuestro hogar.El lugar es tan extraño y han pasado tantas cosas desde entonces, que siento como si hubiesen pasado muchos meses desde que estuve aquí. Cuando llegamos a las escaleras, me detengo un momento para hablarle a Ryan.— No quiero quedarme aquí. Quiero ir a casa.— Esta es tu casa. — me recuerda Ryan y yo niego.— Nuestra casa.— No la siento como mía, Ryan. No quiero estar aquí, pueda que te guste, pero, yo no me siento cómoda aquí. — digo con seriedad.— Puedo complacerte en muchas
Sus palabras me tranquilizan un poco. Aunque no estamos en buenos términos, me siento un poco más cómoda después de haberlo escuchado, ya que, ha dicho no solo lo importante que soy, si no, que esa mujer no hace parte de su presente.— ¿Ella está viva?— Lo está.— ¿Sabes dónde se encuentra?— No, desde que nos separamos, en ningún momento me interesó que hizo con su vida. Ella hace parte de mi pasado, es un fantasma que no quiero recordar.— Entonces, no la menciones, Ryan. Llamarme por el nombre de alguien más, fue molesto y ahora que supe quién era, es decepcionante. Porque estás diciendo que es parte de tu pasado y la has traído a tu presente.— Lamento mucho haberlo hecho, eso no volverá a suceder, te lo aseguro.— ¿Realmente puedo confiar en ti? — pregunto y él asiente.
Me quedo en silencio, dudo si realmente es buena idea aceptar ello. Por lo que, él se marcha para dejarme descansar y yo me quedo en la cama pensando si realmente es un buen negocio con Ryan.Con eso en mente, me muevo de un lado al otro, pensando en todo lo que me dijo. Con sus palabras, me da a entender que no es un asesino, si no, un hombre que hace daño a quien me hace daño a mí.Aunque no estoy de acuerdo con sus acciones, si estoy de acuerdo con su pensamiento. Es decir, me alegra que me defienda sin esperar que la policía lo haga, lo cual hace muchas veces mal, pero, no me agrada que sea tan violento.Pensé que todo terminaría después de haberle disparado para que me soltara o que arruinaría sus manos por varios días. Pero, sus heridas eran más graves que eso, él había dado una orden de un típico hombre acostumbrado a matar.‘Aun no me ha dicho que ha ha
Lo estuve pensando desde antes, Ryan es un hombre extraño, porque nunca hace lo que uno espera. No puedo justificar su posesividad como única causa de sus extrañas actitudes.Así que, debe haber algo más que me hace pensar que no es normal de una forma preocupante. Porque, ¿Quién en su sano juicio dicen que lo maten? Aunque el divorcio no es económico, en comparación al precio de la vida, es poco.— Eres tan extraño.— Sí, soy extrañamente tuyo, Day. Así que, ¿Qué vas a hacer al respecto?— ¿Cómo puedes cambiar de conversación de forma tan abrupta?— Es una manera de no perder la conversación o solo centrarnos en cosas negativas.— Ya sé que no estas amenazando a mi padre, por lo menos, no de la forma que pensaba.— No amenazo a alguien, Day. Ordeno y espero que cumplan
No hablo, no soy capaz de hacerlo, porque el hombre me ha dejado tan aturdida que no es posible para mí hablar o moverme siquiera un poco. Mi reacción, parece causar gracia a Ryan que sin decirme algo más, me rodea con su brazo alrededor de mi cintura, para elevarme.Mis pies no tocan el suelo, por lo que, de inmediato, me aferro a su cuerpo resbaladizo por el sudor. Pero, ni siquiera mi pequeño grito de sorpresa, hace que él deje de cargarme e incluso, camina hacia una de las maquinas donde él se sienta y me coloca sobre él, quedando frente a frente.— ¡¿Qué estás haciendo?! — pregunto escandalizada.— Te lo dije, hacer ejercicio contigo.— Dudo que esto sea llamado hacer ejercicio.— Solo vas a ayudarme un poco. Debo levantar estas pesas, pero, levanto mucho mi espalda y eso puede causarme una lesión. Tu misión aquí, será im