—¿Y sigues defendiendo a Rodrigo, aun después que se casó con otra nuevamente?
—No se trata de Rodrigo, se trata de los negocios, él se irá y yo quiero tener una buena gerencia, quiero pedirte por la amistad que alguna vez hubo entre nosotros que ya le pares.
—¿Y qué obtendré a cambio si detengo mi guerra?
—¿Qué me estas queriendo decir?
—¿Qué me ofreces a cambio? algún beneficio debo obtener.
—Espero que no me vayas a pedir lo que estoy pensado.
—¿Y por qué te haces la ofendida?
—¿De verdad quieres que me acueste contigo solo para dejarme dirigir mis negocios en paz?
—No precisamente, me gustaría hacer un trato de paz contigo donde los dos salgamos beneficiados con buen sexo, ya una vez te confesé lo que me gusta hacer, y con una mujer como tú…
—Quieres hacerme tu sumisa.
—Bueno, has sido sumisa de Rodrigo, solo que él n
Rodrigo llegó temprano a la clínica, Regina, estaba en la habitación con Scarlet y en la sala de espera se encontraba Alberto. Rodrigo a prisa se acercó a él. —¿Cómo está Scarlet? —Se ve desbastada por la pérdida. —Rodrigo se puso las manos sobre la cabeza. —No logro entender por qué sucedió si estaba tan bien. —Lo siento en verdad Rodrigo, sé lo felices que estaban esperando a ese hijo. —Rodrigo resopló. —Quiero verla. —Allá está Regina. Es la habitación 33. Scarlet estaba desbastada, en la expresión de su rostro y sus ojos hinchados se evidenciaba el dolor que le aquejaba el alma. Delante de los Robles y para Rodrigo, ella estaba así por haber perdido a su hijo; pero en realidad lloraba porque tenía miedo de Alejandro que tenía amenazada las vidas de todos los seres que más amaba, sus padres, su esposo, Jr. y los Robles. El miedo que sentía es
Regina intentó hacer cambiar de parecer a Scarlet.—¿Cómo piensas divorciarte de Rodrigo si se aman, sé que perder un hijo es muy doloroso, yo sé lo que se siente, pero no puedes dar todo por perdido, la vida continua y las cosas pueden mejorar, hasta podríasembarazarte de nuevo en unos meses.—No Regina, esta tarde me iré a New York, voy a recuperar mi vida, mi matrimonio con Rodrigo fue un gran error.—No creo que sea un error, si hay amor no tiene por qué ser un error.—No hay amor, Rodrigo me obligó, si no me casaba con él me quitaba mi hijo. Pero ya eso no es posible. Regina por favor entienda que quiero recuperar mi vida, y Rodrigo no forma parte, una vez te conté que tenía un novio y me iba a casar con él, pero habíamos terminado.—Si lo recuerdo.
Scarlet estaba sola y llena de miedo en aquella habitación. Esperaba que en cualquier momento Alejandro fuera por ella. Era increíble la forma como su vida había dado un vuelco en un abrir y cerrar de ojos. No esperaba que Jr. fuera a despedirse de ella, pero Regina llegó a la habitación con el niño. Él la llamó Scarlet, anonadada miró a Regina, la mujer le dijo:—Ya sabe toda la verdad. —Scarlet le agarró la carita al pequeño y lo miró con ternura.—No soy Ángela, pero eso no quiere decir que no pueda quererte mucho.—Quisiera que te quedaras con mi papá y conmigo.—Yo también, pero tengo que irme a New York, debo hacer otras cosas, pero siempre voy
Alejandro agarró una botella de coñac junto con una copa, se fue a la sala y se sentó en una de las poltronas, luegose sirvió un trago y dejó la botella en el piso, montólos pies sobre la mesa de centro y comenzóa beber.Tenía un rato allí cuando Chaustre subió tras conversar con Scarlet. Se sentó en la otra poltrona y le habló a Alejandro con reproche:—¿Por qué le pegaste a Ana Julia?—¿Por qué crees que lo hice? —Dijo sintiéndose justificado.—¿Piensas que golpeándola se va a enamorar de ti?—¿Acaso no viste como me respondió?—Si quieres hacerla tu esposa deberías cortejarla, la idea es que llegue a quererte y ande contigo porque lo desea, ¿No te parece?
Jr. tenía varios días internado en una clínica, le estaban administrando quimios. Había perdido el cabello. Sus pulmones y funciones motoras estaban siendo afectados debido al tumor. Por ende mantenía oxigeno constante para respirar mejor.Mas sin embargo a nivel mental se encontraba consciente de todo lo que sucedía a su alrededor, pese a todo era un niño afectivo y cariñoso. Mantenía en su cama su robot favorito y el peluche de dormir que Scarlet le ayudó a escoger. Para entonces él ya estaba consciente que pronto se iría de este mundo; y a veces les decía‹‹Me iré al cielo con mi mamá›› lo que causaba nostalgiaen todos los que lo escuchaban, porque lo decíacon mucha inocencia, tal parecíaque Jr. sentíapaz con su destino, y era tanto, que trasmitíatranquilidada s
Alejandro llegó al anochecer solo sin su madre, Scarlet estaba en la habitación del niño, le acababa de dar el baño de antes de irse a dormir.Alejandro llegó a la habitación, ser acercó a ella e hizo como lo haría cualquier esposo, la besó, el bebé estaba en la cama, entonces la agarró de la cintura y la volvió a besar. Para Scarlet no era agradable que él la tocara, pero intentaba disimularlo, aunque su cuerpo reaccionaba con encogimiento y su rostro se ponía tenso.—¿Cómo pasaste la semana?—Bien, ¿Y Andrea no venía contigo?—Vendrá en unas semanas con papá. —Él miró al bebé—. ¿Y cómo se portó julio estos días?—Bien, ya duerme casi toda la noche.—Eso es
Alejandro reaccionó al otro día, en medio de su insania sabía que había actuado muy mal, tenía claro que ese niño era lo único capaz de acercarlo a ella, entonces debía repararlo.Por otra parte Scarlet tenía miedo de lo que él pudiera hacerle a su hijo, sabía que debía encontrar el modo de que se olvidara de Rodrigo.Ella le contó a Chaustre lo sucedido.—¿Qué se supone que le sucederá a mi bebé?—Debes demostrarle a Alejandro que le tienes afecto. La verdad es que él ha sido muy condescendiente contigo, pero dudo que lo vaya a soportar por mucho tiempo.—Así que debo meterme con él a la cama para salvar la vida de mi hijo.—Son esposos ¿no? se supone que hacen el amor. Además no veo por qué se te hace
Ella se envolvió en una toalla y salió de ducharse, fue al vestier por unas bragas y un pijama limpio. Él le dijo: —¿Por qué pasaste el seguro? quería meterme contigo en la ducha. —Ella se quitó la toalla y comenzó a repasarla por su cuerpo desnudo y con un tono de voz frío le dijo: —Te voy a dejar claro desde que ya que no me gusta los hombres empalagosos, cuando tengamos sexo no espero que después llegues a ducharte conmigo, esos melodramas románticos déjalo para otras idiotas, eso no va conmigo. —¿Entonces que te gusta? —Me gusta coger como lo hicimos y ya, cada quien a dormir. Ella se puso el pijama—. Me voy a la otra habitación. —Ya va espera. Debes dormir conmigo. —No eres un bebé, puedes dormir solo, yo debo cuidar a nuestro hijo. Ella llegó a la otra habitación y se acostó a dormir, se volteó de medio lado mirando hacia la ventana. Alejandro llegó.<