Rebeca tendría siete semanas de radiaciones, cinco días a la semanas, la dejarían libre sábados y domingos, desde el primer día en que la recibió se sintió cansada en cuanto llegó a casa y Úrsula la cargo en brazos hasta su habitación, la arrecosto en la cama y con cuidado le saco la playera en algodón que llevaba, le habían aconsejado que debía estar sin playera por una hora, Rebeca se sintió cohibida ante Úrsula, no quería que la mirara, pero ella había sido quien le había atendido durante esos días. Ahora ya no tenía que preocuparse por llevar un sostén para cubrir o realzar los senos, ahora era tan plana como un varón.
-No tienes porqué sentirte cohibida conmigo – le dijo Úrsula mirándola a los ojos y luego tomando una de sus manos entre las de ella.-Lo sé y lo siento. Pero no puedo evitarlo, me siento rara, incompleta.-Rebeca, yo siempre te voy a querer.-A penas tengo unos años contigo y ya me tienes que volver a ver igual. Que rápido me descompuse.-¡Oh cariñRebeca beso a Úrsula en los labios y en el beso bebieron sus lágrimas, aquellas palabras habían hecho llorar a Úrsula, que a su vez provocaron las de Rebeca, el beso fue intenso dejando a Rebeca sin aire, Úrsula le dio tregua y espero a que recuperara el aliento y mientras esperaba para besar su boca otra vez, en tanto beso su cuello, hombros y mejillas, hasta volver a su boca, se dejó desnudar despacio por Rebeca y Úrsula la desnudo a ella, que no llevaba más que una suelta playera en algodón y un chándal, el cuál quedó en el suelo junto a las bragas de ambas.En esta ocasión fue Úrsula quién quedó de bajo de Rebeca, como ahora estaba más delgada y demasiado frágil a ojos de Úrsula y de todos quiénes las miraban, estar encima de ella sería algo ruin. Pero de igual manera Úrsula estaba disfrutando de la sexualidad con su esposa, que la acariciaba despacio, su piel era suave y su centro estaba sobre el de Úrsula, ejerciendo una suave, deliciosa y húmeda presión.Úrsula ac
-Nada, no puedo hacer nada Rebeca. Por más que yo quiera y deseé con todo mi ser curarte, no puedo. Él no cambiará la situación ¿tu crees que no se lo he pedido ya?-¡Entonces llévame de una vez! – dijo enojada deshaciendo el abrazo de Úrsula.- No puedo, no es tu momento.- ¡Eres la muerte y no puedes llevarme! – dijo recriminándole – ¿no puedes hacer una excepción? No dices que me amas ¿en donde está tu amor? Me has visto padecer todos éstos meses y me dices que no puedes hacer nada.- Rebeca yo te amó – dijo con voz sosegada – mucho te amó, pero a veces siento que te cuesta creer lo que siento por ti. Aún no es el momento de que partas de este mundo, de esta vida que conoces, y sí que he deseado librarte de ese terrible mal ¿crees que no me duele también? ¿crees que no me duele pensar que te perderé y me quedaré sola nuevamente?-¡Llévame! ¡llévame ahora Úrsula!-¡No estás en mi lista!-¡Al diablo con tu maldita lista! ¡no que eres capaz de quitar
Pensó en sus padres, en lo tristes que se pondrían por la manera en que decidió morir, en Úrsula, en que la dejaría sola mucho antes y que sus padres seguramente le culparían de su suicidio por haberla descuidado, y el mayor motivo de no hacerlo era de que no tenía el valor de hacerse daño así misma, nunca fue ese tipo de persona, amaba la vida aunque ahora le estuviera dando algo mucho peor que limones.-¿En verdad querías que me aventara? – le preguntó luego de un rato en silencio, Úrsula la miró y le dedico una media sonrisa triste.- No, yo no podría hacerle daño a la persona que amó y tampoco me gustaría que te lo hicieran o te lo hicieras tu misma. Sólo lo hice para que te dieras cuenta de que no tienes el valor suficiente para hacerte daño, si te hubieras aventado yo hubiera ido a tras de ti – Úrsula tomó el rostro de Rebeca entre sus manos – sé que es difícil lo que está pasando, pero yo estaré contigo y yo quiero que sigamos siendo felices, quiero que sea cómo antes,
Ese mismo día Úrsula la encontró llorando y no era la primera vez que la encontraba en ese estado y cuando la encontraba así, Úrsula entristecía deseando poder quitar su dolor y todo lo que cruzara por su mente.-¿Qué pasa? ¿te sientes mal? ¿Por qué lloras amor mío? -Yo quería ser madre – dijo refugiándose en Úrsula – quería ser madre, tener un bebé, sentirlo, amarlo, verlo crecer, sería una parte de mí – dijo con viveza en la voz pero al final se apagó – de haberlo hecho antes, no te quedarías sola, tendrías siempre una parte de mí contigo.-Una muy linda parte de ti. No tienes porqué preocuparte por mí – saber que Rebeca se preocupaba por ella cuando no estuviera le hacía sentir honrada y feliz, pero al mismo tiempo sentía odiar el destino o aquél que diseño la vida de Rebeca – a mi también me hubiera gustado tener un bebé contigo.-Supongo que nos quedaremos con las ganas – dijo controlando su voz, su llanto había cesado luego de unos minutos.-Hubiera
- Rebeca no te a…. – Rebeca no la dejó terminar de hablar porque la silencio colocándole un dedo sobre los labios.- Es la verdad, me preocupa dejarlos tristes, dejarte a ti sola de nuevo. No debiste amarme tanto, no debiste convertirme en tu centro del universo, así te hubieras evitado el dolor.- No pienses en eso, no te tortures de esa manera. El dolor es parte del vivir y contigo aprendí lo que es amar y vivir, lo que es la felicidad, el miedo, el dolor, y todo gracias a ti y no me arrepiento de nada, volvería una y otra vez junto a ti, siempre.-Yo tampoco me arrepiento de nada y agradezco la fortuna de haberte tenido en mi vida.Úrsula la abrazo con más fuerzas y Rebeca correspondió con las pocas fuerzas que le quedaban, no lloro, ya no podía llorar, estaba cansada y ciertamente luchar ya no tenía caso, estaba decidida a vivir los días que le quedaban de la mejor manera posible, sonreírle a Úrsula y llenarla de todos los besos, era lo único que tenía que hacer mien
Tras consolarla y calmarse las dos, Carolina se fue a limpiar la cocina y el resto de la casa, la cuál le sorprendió no encontrar tan sucia, no le creyó a Rebeca cuando le dijo que Úrsula se encargaba de hacer las labores del hogar y de todo lo demás, Carolina se encontró casi sintiendo envidia de su nuera, con todos los problemas que tenía sobre sus hombros y su trabajo, no se miraba tan vieja y agotada, ni amargada, sabía que su rostro la mayor parte del tiempo era serio y que solo se iluminaba cuando miraba a Rebeca, pero a pesar de la situación que pasaba, ella parecía ser la misma de siempre, nada parecía agobiarle, al menos no se le notaba.-¿Cómo te sientes? – le preguntó Úrsula a Rebeca cuándo llegó a casa y miro a su alrededor en busca de su suegra – ¿ya se ha ido?-Feliz de verte – dijo sonriéndole, no podía decirle que descansara todo lo que descansara, ella no se sentiría mejor – mi madre ya se ha ido ¿Por qué preguntas?-No quiero que vea cómo me aprovecho de s
Cada mes era testigo de como el vientre de Elena crecía llevando a su sobrina dentro, supieron que era una niña en su sexto mes de embarazo cuando la criatura se dejó ver con toda claridad, desde ese día los abuelos por ambas partes comenzaron a comprarle ropa, incluso Rebeca una tarde pidió a Úrsula la llevará de compras, está extrañada por la petición no se negó, hacía mucho que Rebeca no le pedía salir, por eso la llevo a comprar pequeñas prendas de bebé a pesar de ir llevando arrastras el tanque de oxígeno, las compras causaron entusiasmo en ambas y a la vez la triste frustración de que ya no tendrían la oportunidad de ser madres, solo tendrían que conformarse con ser tías.Rebeca era tía, una mañana su teléfono celular comenzó a sonar, era su madre que le llamaba para avisarle de que su sobrina iba a nacer y deseo con todo su corazón estar en el pasillo de hospital con su familia a la espera de la nueva integrante, pero en su estado era imposible, yendo ahí seguramente se en
-No.-¿Te ha gustado ver por todo lo que he tenido que pasar?-No, por supuesto que no, sabes que yo hubiera preferido sufrir todos y cada uno de tus males. Arrancarlos de ti.-Pero no has podido y sé que lo hubieras hecho de poder hacerlo. Pero sabes tan bien como yo que la paso mal y que conforme avancen los días yo empeorare y que solo desearé descansar. Por eso, amor mío, no temas llevarme.-Temo ese día y a la vez deseó librarte del dolor.Cada día que pasaba la salud de Rebeca se fue haciendo más precaria, hasta el punto de ya no poder sostenerse sentada por si sola, sus fuerzas se habían ido de un día para otro, había perdido de lleno el apetito y Úrsula la alimentaba solo con suplementos líquidos, los cuáles se los daba a beber con una pajilla, respirar se hizo cada vez difícil por si sola, por eso en muy pocos momentos se la pasaba sin oxígeno, las noches a Rebeca se le hacían eternas al igual que cada mañana y cada día, mientras que Úrsula estaba allí, agoni