La escritora anónima
Escucho como se sienta en algún sofá. Empiezo ha hablarle sensual mientras mi mano recorre mi cuerpo.
—Se siente rico como mis dedos recorren mi cuerpo —digo y solo escucho que suspira —Quisiera que estuvieras aquí tocándome, recorriendo mi piel con tu lengua mientras tus dedos acarician mi sexo.
Sigo acariciando mi sexo por encima de la fina tela, torturandome mientras dejo escapar unos que otros gemidos. Muevo un poco la tela de mis braguitas y me toco mientras cierro mis ojos con el celular en la otra mano. Ni sexo está bien húmedo, estoy muy excitada, aunque no al 100.
La voz de éste hombre tiene un algo que me eriza el último bello de mi piel. Es grave, mandona y a la vez sexy. ¿Quién no querría está voz de sonido en un juguete gritándote palabras sucias mientras te masturba.
—Quiero tenerte aquí y ahora —gruñe. Su voz es tan aguda
Antonio RamosLas cosas han cambiado Amanda enviará una suplente ya que ha amanecido con fiebre y gripa, según ella. Son las 5:30 y falta muy poco para que el Jet despegue. ¡Joder! Veo mi reloj por milésima vez y sigue siendo la 5:30. Ojalá y no mande a sus secretario o las tontas que se gasta como asistentes. No me se el nombre de ninguno, mi empresa es muy grande y no puedo aprenderme el nombre de todo el personal. De mis socios si, no más. Hay más de 300 empleados, si me aprendí todos sus nombres, mi cerebro explota. No es que sea corto de memoria, es que tampoco lo veo necesario.—Señor ya llegó la persona que va a suplir a la señorita Amanda, la he ubicado allá atrás —dice Fátima en susurro.—Bien —digo y saco mi celular para responder algunos mensajes ya que no había tenido tiempo.Ojalá y solo durar horas en Alemania, pero lo dudo. Las reuniones y cenas allá no son nada c
Antonio RamosY desde que pusimos un pies dentro del lugar, no han dejado de mirarla. Es la más hermosa del lugar, aunque hayan mujeres millonarias aquí. La baba anda por todos lados. Y es que si, es hermosa. Fue un cambio del cielo a la tierra. Me la imaginaba aquí con una falda negra, una camisa blanca, una chaqueta, unos feos zapatos, un chongo descuidado y las horribles gafas. Pero Dios me escuchó.Saludo uno que otros amigos y ella está sentada en una mesa, es haragana. Dios.-¿Tu novia? -pregunta un viejo amigo.-No, para nada -digo mirándola.-Un ligue -afirma André.-No, ni siquiera sé su nombre.Y no miento, no se cómo se llama. Me despido cordial de mis amigos para ir a un lugar solitario para llamar Amanda.Dos timbrazos y contesta.-¿Qué quieres? -dice tajante.-¿Cómo se llama t
Antonio RamosLa cena no fue como me lo esperaba. Tenía muchas espectativas hechas en mi cabeza y solo hizo llegar Sarah Bodremon para poner todo de cabeza. Intencionalmente.El chófer se detiene en el hotel y salimos. Caminamos hasta nuestras habitaciones, nadie ha dicho nada desde que nos subimos al auto. Se nota que está algo tomada y aún asi no deja de verse hermosa. Se detiene en su puerta y entra, dejándola abierta. Continúo hasta la mía y entro. Me quito la ropa para darme un buen baño y acostarme, por suerte no tengo trabajos que adelantar.Después de ducharme y peinarme me voy a la cama y algo rojo llama mi atención, la agenda o diario de la secretaria de Amanda. No sé si abrirlo o no. Quizás deba hacerlo y mañana regresarse lo como si nada pasó. Pero no sé.Escritora anónimaAnoche estaba masturbándome con u
Antonio RamosNo me puedo contener así que abro el misterioso apunte. Empiezo a leer lo que parecen ser narraciones de novelas eróticas. Algo llama mi atención y es que creo que he leído esto ya, si no me equivoco esto es de las historias de la escritora anónima y al parecer esta chica le anda haciendo plagio.Saco mi celular y busco el último capítulo de la chica anónima y si coincide con el que está en la agenda, aunque hay otros más que no están publicados en la plataforma. Eso quiere decir que ella es la escritora. Salgo de la cama para ir hasta su habitación a enfrentarla. Lo que menos me iba a imaginar es que ella llegaría tan fácil a mis manos.Entro a su habitación y no está por ningún lado, mejor la espero.La escritora anónimaHe preguntando en la recepción y nadie me sabe decir, solo que vuelva en la mañana cuando el maletero
Antonio RamosSus expresiones casi me hace reír, aún está buscando las palabras antes de hablar, pero al parecer no las encuentra. Lo que menos se iba a imaginar que yo sería quien recibió la llamada cuando casi explotaba de excitación. Da un paso hasta mi y me quita su agenda.—Solo fue una llamada —dice caminando hasta su cama.—Muy ardiente, de hecho —digo cruzándome de brazos.—Si, bastante —dice ignorando mi mirada —ahora... ¿Te puedes largar?—Deberías agradecerme —digo mirándola fijamente.—Gracias —finje una sonrisa de agradecimiento.—Sabes bien como deberías agradecerle—Esta charla como que se está esextendiendo mucho —hace una pausa —No me voy acostar con usted, no me interesa agradecerle de esa manera.—Mmmmm veo que le gusta que le rueguen, pero eso no pasará, tú si vendrás a robarme que
Sarah BodremonDecidimos darnos un chapuzón ya que la temperatura lo ameritaba. Antonio Ramos no relajado la mandíbula desde que me quité el vestido. Los ojos han estado encima de mi y la misma Wesly dijo que si fuese lesbiana ya me habría comido el coño que bastante rico se ve. Me sonrojé y Javier le dió toda la razón. Antonio nos fulminó con la mirada, pero lo ignoré. Ahora estoy tomando de una rica piña colada que me ofreció Javier. Wesly no ha parado de coquetearle a Antonio y aunque él no le para bolas, aceptó ir a cenar con ella esta noche.—Fue un placer conocerlos. Me iré a descansar un poco —digo y me despido de Javier y salgo de la piscina con sus ojos sobre mi.—Es temprano guapa —dice Lukas.—Yo igual tengo una videoconferencia en media hora —dice y toma la toalla de la tumbona. Yo me adelanto y lo dejo detrás. Entro al ascensor
Sarah BodremonBajé a mi habitación en cuestión de segundos, había olvidado la cita con Javier. Entré y me desnudé para darme una ducha. Aseguré mi cabello para que no se mojara para así hacerme unas lindas hondas y llevar mi pelo suelto. Salgo luego de lavar mis dientes, me pongo un albornoz y empiezo a risarme el pelo, luego me maquillo y busco un vestido negro ceñido al cuerpo más arriba de las rodillas. Unos tacones rojos de agujas que hacen juego con mi labial rojo mate, unos accesorios. Me detengo frente al espejo para soltar mi pelo recogido y darle un poco de estilo.Llaman a la puerta, doy un vistazo y veo que no tiene seguro, quizás sea la chica a cambiar las toallas.—Adelante —digo ordenando mi pelo.—¿A dónde vas? —pregunta Antonio mirándome de pies a cabeza.—Tengo una cita y lo sabes... —Lo miro y continúo retocando mi pelo.
Antonio RamosLos días pasaron rápido y la falta de sueño ahora me está pasando factura. Quiero descansar unos días, pero tengo mucho por hacer aquí en la empresa. Pero hoy dormiré temprano para recuperar el sueño perdido.Respondo correos, firmo solicitudes, participo en algunas videoconferencias y envío algunas donaciones al orfanato de la ciudad.Son las 3:45 y Amanda no se ha reportado ni ninguna de sus secretarias, aunque quisiera ver a la encargada de relaciones públicas, Barbara la que lo complace en todo.La puerta de abre y Amanda entra muy energética y deja caer un folder sobre la mesa.—Tu y mi secretaria lo hicieron muy bien, están en todos los periódicos y eso... —señala el folder —Los Rinaldi quieren que vuelvan para cenar y hacer unos negocios.—Interesante —digo sin interés.—Si de na