Vetta se giró hacia ella cuando se alejaron. “Es la Semana del Cortejo. Estás en tu habitación mientras el rey llama a su esclava para saciar su deseo cada noche. Prefiere a su esclava que a ti, y esta es tu semana. Dime que no sientes que es una falta de respeto”. “Por supuesto que es una falta de respeto”, concedió suavemente. Algo es algo. Vetta asintió satisfecha: “Está mal que te trate así. Y Danika pretende ser tu amiga, pero va a tus espaldas y se acuesta con el rey durante TU Semana del Cortejo”.Kamara no dijo nada al respecto. En su lugar, retomó la marcha. Vetta la siguió de cerca. “Entonces, ¿qué vas a hacer sobre esto?”, la instó Vetta.“No lo sé. ¿Qué haría al respecto?”. Ella siguió caminando. “Hay muchas cosas que puedes hacer al respecto. El rey te falto el respeto de una forma tan descarada, puedes ir donde él, mantenerte firme y hacer exigencias. Él cumplirá tu deseo porque te hizo mal”.“¿Y qué le exijo?”.“Que haga de Danika una Esclava de la Mina, en
La vejiga de Danika la despertó varias veces durante la noche. Tuvo que desprenderse del rey y usar el baño cada vez, y cuando volvía, él la tomaba de nuevo en sus brazos, incluso con los ojos cerrados. Se quedaron dormidos. Cuando se despertaron a la mañana siguiente, la luz del día era intensa en el interior de la Habitación del Rey. Cuando ella se movió, los ojos de él se abrieron también. Se miraron a la luz del día. Probablemente era uno de esos momentos de la vida en los que el tiempo se detiene. La mente de Danika estaba llena de incertidumbres. ¿Qué pasaría ahora que salió el sol? ¿Volvería a ser frío con ella? ¿Intentaría olvidar los acontecimientos de la noche anterior? “Buenos días, mi Rey”, susurró ella.“Buenos días, Danika”. Su voz era todo menos fría. Solo la voz de un hombre que se despertó después de una buena noche de sueño sonaba así. Entonces, él se inclinó más cerca y tomó sus labios en un beso abrasador pero dulce, encantador e increíble al mismo tiempo
Más tarde, aseada y después de dormir por un rato, fue en busca de Baski. La encontró en el bosque con Remeta, recogiendo hierbas medicinales en una cesta. Caminaron todas juntas hasta el palacio y volvieron a la habitación de Baski. La anciana estaba lívida y preocupada, pero Danika se adelantó a explicarle lo sucedido en la Habitación del Rey. Le explicó su razonamiento, saltándose los recuerdos íntimos que hizo con el rey. Esos eran privados y solo para que ella los atesorara. Le contó a Baski sobre la forma en que estaba tan hundido en su pasado, que casi perdió la cordura con ella. Cómo estuvo a punto de decirle que estaba embarazada y su respuesta a eso. “Oh, querida…”. La anciana se palmeó su propia frente arrugada: “Me alegro de que te hayas retractado cuando lo hiciste, no quiero ni imaginar lo que te habría pasado si se lo hubieras contado y se hubiera tomado mal la noticia. Realmente cree que no puede tener un hijo y no podemos culparlo”.“Tienes razón. Simplemente
Su mano tocó su estómago, acariciándolo. Su vientre ya no era tan plano como antes, tenía un bulto ligero. Sería fácil atribuirlo a una comida pesada, sin embargo, ¿cómo explicaría la superficie dura de su vientre? La estancia de Karama en Salem la protegió durante mucho tiempo. Pasaba tiempo con el rey al aire libre. Paseando, cabalgando con él, recorriendo las calles con él. Sonrió al recordarlo. Después de aquella noche en la Habitación del Rey, él se volvió más libre con ella. Más íntimo. Ella llegó a desear y disfrutar cada minuto que pasaban juntos. No volvieron a ser íntimos sexualmente desde aquella noche, por respeto a la Semana del Cortejo. Se besaban mucho y ella incluso se lo tomó en su boca y para darle placer ocasionalmente, pero no tuvieron sexo desde entonces. Seguramente se estaba saciando con su futura reina. Su pecho se contrajo al pensarlo, como siempre. Intentó no pensar en ello. Era más fácil afrontarlo, si ella no pensaba en ello. Kamara sería su r
“Los vi a ti y al rey esa noche. En su habitación. En el suelo. En los brazos del otro, dormidos”. Llegó por fin la tranquila respuesta. Danika no tuvo que pensar mucho para que apareciera la imagen en su mente. Cuando lo hizo, se le congeló la sangre. Vio su noche íntima con el rey.“Oh…”, murmuró Danika sintiéndose culpable. No sabía qué decir al respecto. Ella misma fue una princesa, podía entender la falta de respeto que sentía Kamara. Por no hablar de la ira e incluso el dolor. Kamara dejó escapar un profundo suspiro. “No estoy enfadada contigo. Ni siquiera estoy dolida, o habría hecho algo al respecto estas últimas semanas”.“¿No lo estás?”, preguntó Danika, insegura y desconcertada. “No, no lo estoy. Lamentablemente, lo que vi me ayudó a entender muchas cosas. Hice las paces con ello”.“No entiendo”.Kamara se giró hacia Danika. Sus labios se curvaron un poco, sus ojos la observaban. Con demasiado entendimiento. Su mirada inquietaba a Danika, pero no lo dejó en ev
“Danika lleva el hijo del Rey. Está embarazada”, anunció Vetta con una voz engañosamente tranquila. Karandy observó a la mujer que estaba sentada en la silla de madera al otro lado de la habitación, mirándola con una expresión fría que no revelaba nada. Hace dos meses que no veía a la Señora del Rey, por lo que le sorprendió especialmente escuchar como llamaba impacientemente a su puerta esta mañana. Otra sorpresa fueron las palabras que salieron de su boca. “No es posible que ella esté embarazada de él. ¿Por qué se arriesgaría de forma tan peligrosa? La antigua princesa es inteligente”, contribuyó él.“Oh, ella es muy inteligente. Y por eso quedó embarazada del rey. Es un juego peligroso. O el rey la mata por ello, o la acepta. Si esto último sucede, su posición podría cambiar para mejor y ella se podría convertir en una persona muy importante en su vida. Ella es inteligente…”, concedió Vetta, antes de añadir. “... pero muy tonta”.“¿Cómo sabe que está embarazada?”.“Tengo a
Kamara llegó a su puerta, con Danika a su lado. Se giró y miró a Danika. “Volveré al reino de mi padre por la mañana. Te extrañaré, Danika”.“Yo también te extrañaré, Kamara”. Danika se movió sobre sus pies, ya cansada de estar parada tanto tiempo. “Te deseo lo mejor con tu Callan”.“Yo también me deseo suerte. Todavía tengo unas semanas con él antes del siguiente paso de mi matrimonio, cuando el Rey Lucien venga a pedir mi mano”. Los labios de Kamara se curvaron tristemente. “Ojalá ocurra un milagro y me pueda quedar con Callan en lugar de con el Rey Lucien. Pero, los deseos nunca se cumplen”.“Sí, así es”. Danika repitió, recordando su situación actual. Sacudió la cabeza. “Yo también recuerdo cuando era una princesa…”.“Nunca debes olvidar algo así, Danika. Eres de la Realeza. Nunca olvides que eres de la Realeza. La señora va a hacer todo lo que esté a su alcance para deshacerse de ti y de tu bebé. Ella te odia tanto y no la puedes culpar porque ella también ama al Rey”. Kamar
Por la noche, Danika estaba en su habitación cepillándose el cabello cuando entró Baski. “El rey pide que seas tú quien le lleve la cena a su habitación”. Le informó con una expresión preocupada. El corazón de Danika dio tres vuelcos. “¿Baski?”.La mujer mayor se acercó y le quitó el peine. La observó a través del espejo mientras pasaba el peine por su larga melena rubia. “¿Querida?”.“Se me acabó el tiempo”. Susurró, con la mano acariciando su leve pancita. “Lo sé”. Baski dejó escapar un suspiro estremecedor: “Lo sé, Danika. Pero el Cielo está contigo. Te guiarán”.“La Semana del Cortejo termina mañana. Quiere pasar la noche conmigo”.“Lo sé. Estaba pensando que quizá deberíamos ir juntas a contarle sobre tu embarazo. Si voy contigo, tal vez pueda hacerlo entrar en razón antes de que ocurra un desastre”.Danika giró la cabeza y miró a la mujer mayor. “Tal vez”, recalcó Baski. Danika respiró hondo y se giró de nuevo hacia el espejo. “Ya no sé qué hacer. Remeta era nuestr