El aeropuerto de Abu Dabi estaba lleno de vida y movimiento. Entre los viajeros apresurados y las familias que se reunían con sus seres queridos, Elena esperaba ansiosa junto a Hades. Vestía un vestido ligero en tonos beige, ideal para el clima cálido, mientras revisaba su teléfono cada pocos minutos.—¿Nerviosa? —pregunta Hades, apoyándose casualmente contra la barandilla mientras la observaba.—No exactamente. Es solo que no la veo desde hace dias. Leila y yo somos como hermanas —responde Elena, con una sonrisa nostálgica.Hades asintió, aunque su atención se desvió cuando un grupo de pasajeros comenzó a salir de la puerta de llegadas. Finalmente, una figura conocida apareció entre la multitud.Leila Saragoza, con su pelo negro brillante y sus ojos color avellana que parecían iluminar todo a su paso, caminó hacia ellos con una sonrisa radiante. Vestía una blusa blanca sencilla y unos pantalones de lino que acentuaban su figura elegante.—¡Leila! —grita Elena, corriendo hacia ella pa
La gente viene y va, mientras el lounge continuaba vibrando con música suave, conversaciones discretas y el tintineo de copas al brindar. Iris revisó su reloj, y tras murmurar unas palabras al oído de Dante, se excusó del grupo.—Tengo una reunión de trabajo que no puedo postergar. Fue un gusto verlos —dijo Iris mientras le daba un beso en la frente a Dante y estrechaba la mano de Hades y los demas.—Voy contigo—le dice Dante.—Nos vemos luego, Iris. Dante cuida de ella. Nos vemos en la casa—responde Hades, sin dejar de observar a Kalid a la distancia.Media hora después, las hermanas de Kalid y Hades, Yazmín y Layla, también encontraron la oportunidad de alejarse de su hermano mayor.—Hermano, como ya se terminó la reunión, vamos a la mesa de Hades...tenemos algo pendiente que debemos preguntarle —dijo Yazmín con una sonrisa que no admitía negativas.—Hagan lo que quieran, pero ya saben que padre está enojado con el por los negocios que le arruinó. Así que evite. que de enoje también
Mientras Hades Amir y sus chicas, junto a Leila estaban casi retirándose del Lounge.Lucas, quien había salido del lounge con Yasmin y Layla, no estaba completamente consciente de lo que le esperaba. Las dos hermanas, conocidas por su carácter atrevido y sus juegos poco inocentes, habían decidido llevarlo a un lugar más movido: un antro exclusivo en el centro de la ciudad.Al llegar, el ambiente era completamente diferente al del lounge. Luces de neón intermitentes iluminaban la pista de baile, mientras la música electrónica retumbaba en el aire. El área VIP, al que tenían acceso por ser Al-Rashid, estaba ubicada en un segundo nivel, con cristales polarizados que permitían observar la pista sin ser vistos.—Esto es increíble. ¿Siempre vienen a lugares como este? —pregunta Lucas mientras seguía a las hermanas hasta la sección reservada.—Por supuesto. Abu Dabi tiene los mejores sitios para pasarla bien, ¿verdad, Layla? —responde Yasmin, guiñándole un ojo a su hermana.—Claro. Pero no s
Las luces tenues y la música envolvente del área VIP creaban el ambiente perfecto para el juego que Yasmin y Layla estaban jugando. Ambas, con copas en mano, se turnaban para ofrecerle a Lucas diferentes tragos exóticos que la disco tenía en su menú.—Vamos, Lucas, este tiene un sabor afrutado. Ni siquiera sentirás el alcohol —dijo Yasmin, acercándole una copa con un líquido rosado brillante.—¿Y este? Tiene notas especiadas, perfecto para un Alfa como tú —añadió Layla, acercándole otro vaso con un licor oscuro.Lucas, acostumbrado a no beber en exceso, intentó rechazar los tragos al principio, pero las miradas coquetas y los comentarios juguetones de las hermanas poco a poco lo fueron relajando. Con cada copa, la barrera de su reserva natural se desmoronaba, y su cuerpo comenzaba a responder más a las caricias accidentales y las feromonas de ambas.Cuando Layla, sentada a su izquierda, deslizó su mano sobre su muslo mientras reía de un comentario sin importancia, Lucas sintió cómo su
Layla regresa al grupo con una risa ligera, tomando la botella de champaña y uniéndose al desenfreno.La música sube de intensidad, y el ambiente se carga de una tensión eléctrica. Yasmin y Layla, ahora en brassieres y tangas, bailaban con movimientos sensuales mientras rodeaban a Lucas, que no podía apartar la mirada.Lucas, atrapado entre el deseo y la duda, pasaba sus manos por su rostro intranquilo, sintiendo como su miembrö en su entrepierna empezaba a doler por la exciäcïönPor más que intentaba mantener la compostura, el Alfa no podía negar que la situación lo estaba superando. Nunca antes había estado en un escenario tan explícito. Los enormes pechos de ambas suben y bajan por el movimiento mientras contonean sus caderas.Las hermanas, conocedoras de su ventaja, no dejaban de provocarlo, riendo entre ellas y compartiendo miradas cargadas de complicidad.—No se vale, ustedes son muy traviesas —dijo Lucas con una sonrisa nerviosa, llevando la botella a sus labios para tomar un l
—Oh por Dios, donde estoy...mierda mi cabeza va a explotar...¿porque mi cuerpo pesa tanto?—muemura para si mismo.Al amanecer, Lucas se despierta lentamente, con un ligero dolor de cabeza, producto de la noche anterior. Se encontraba rodeado por un ambiente cálido y acogedor. Las luces suaves del amanecer entraban por las cortinas, iluminando la habitación. A su lado, Yazmín y Layla aún dormían profundamente, abrazadas a él como chicle, con sus respiraciones tranquilas y serenas. A Lucas casi le da un pre-infalto.Lucas, con cuidado, intenta apartar sus brazos de las chicas, sintiendo que la situación era algo confusa. No sabía exactamente cómo había llegado hasta allí, pero su corazón latía con fuerza al recordar lo sucedido.Al tratar de levantarse para ponerse de pie, las dos hermanas se movieron ligeramente, despertando a la vez, como si fueran conscientes de su presencia.—¿A dónde vas, bebé? —pregunta Yazmín con voz somnolienta, con sus ojos entreabiertos. Layla, aún medio dormi
Kalid Al-Rashid ajustó la solapa de su impecable traje mientras descendía de su lujoso auto frente a la imponente mansión de su tío Amon.Con una sonrisa medida, saludó a los guardias del portón y entró con paso seguro a la mansión.Claro, él está ahí para "visitar a su querido tío y hablar de negocios", pero la verdad era otra: desde la noche anterior, no podía sacarse de la cabeza a Leila, la mejor amiga de Elena. Esa mujer lo tenía hechizado, y Kalid, un Alfa dominante de prestigio, no estaba acostumbrado a sentirse así, menos por la hija de un bibliotecario.—Maldita sea no sé qué estoy haciendo, debería dar media vuelta y regresar por donde vine y llamar a diez de las mujeres a mi disposición.¿Desde cuándo he sido hombre de una sola mujer? Entraré, la enamoraré y saldré con ella por ahí, sé que desde que me la lleve a la cama esta urgencia va a terminar. No es una mujer con la que planee un futuro juntos…mi padre me matara si le salgo con un disparate peor que el de Hades— murmu
Kalid gira lentamente, con una sonrisa ladeada.—Siempre es un placer ver a la familia, pequeño hermano —responde, enfatizando la última palabra con intención.Hades bufó, dando un paso adelante mientras sus feromonas comenzaban a impregnar el aire. La presión invisible que emanaba de él se extendió como una ola sofocante, pero Kalid no retrocedió. Su sonrisa se volvió desafiante, un claro "a ver qué tienes".—Sabes perfectamente que no quiero que juegues con los amigos de mi mujer, Kalid. Leila no es alguien con quien puedas divertirte y desechar como haces con las demás.Kalid arquea una ceja, alzando una mano en una señal de falsa inocencia.—Oh, Hades, siempre tan sobreprotector. Leila es una mujer adulta. ¿No crees que deberías dejarla decidir por sí misma? Además, solo vengo en calidad de amigo. Así que deja el show.Antes de que Hades pudiera replicar, la presión en el aire se intensificó.Ambos hermanos estaban atrapados en una lucha silenciosa de feromonas, sus naturalezas al