Layla regresa al grupo con una risa ligera, tomando la botella de champaña y uniéndose al desenfreno.La música sube de intensidad, y el ambiente se carga de una tensión eléctrica. Yasmin y Layla, ahora en brassieres y tangas, bailaban con movimientos sensuales mientras rodeaban a Lucas, que no podía apartar la mirada.Lucas, atrapado entre el deseo y la duda, pasaba sus manos por su rostro intranquilo, sintiendo como su miembrö en su entrepierna empezaba a doler por la exciäcïönPor más que intentaba mantener la compostura, el Alfa no podía negar que la situación lo estaba superando. Nunca antes había estado en un escenario tan explícito. Los enormes pechos de ambas suben y bajan por el movimiento mientras contonean sus caderas.Las hermanas, conocedoras de su ventaja, no dejaban de provocarlo, riendo entre ellas y compartiendo miradas cargadas de complicidad.—No se vale, ustedes son muy traviesas —dijo Lucas con una sonrisa nerviosa, llevando la botella a sus labios para tomar un l
—Oh por Dios, donde estoy...mierda mi cabeza va a explotar...¿porque mi cuerpo pesa tanto?—muemura para si mismo.Al amanecer, Lucas se despierta lentamente, con un ligero dolor de cabeza, producto de la noche anterior. Se encontraba rodeado por un ambiente cálido y acogedor. Las luces suaves del amanecer entraban por las cortinas, iluminando la habitación. A su lado, Yazmín y Layla aún dormían profundamente, abrazadas a él como chicle, con sus respiraciones tranquilas y serenas. A Lucas casi le da un pre-infalto.Lucas, con cuidado, intenta apartar sus brazos de las chicas, sintiendo que la situación era algo confusa. No sabía exactamente cómo había llegado hasta allí, pero su corazón latía con fuerza al recordar lo sucedido.Al tratar de levantarse para ponerse de pie, las dos hermanas se movieron ligeramente, despertando a la vez, como si fueran conscientes de su presencia.—¿A dónde vas, bebé? —pregunta Yazmín con voz somnolienta, con sus ojos entreabiertos. Layla, aún medio dormi
Kalid Al-Rashid ajustó la solapa de su impecable traje mientras descendía de su lujoso auto frente a la imponente mansión de su tío Amon.Con una sonrisa medida, saludó a los guardias del portón y entró con paso seguro a la mansión.Claro, él está ahí para "visitar a su querido tío y hablar de negocios", pero la verdad era otra: desde la noche anterior, no podía sacarse de la cabeza a Leila, la mejor amiga de Elena. Esa mujer lo tenía hechizado, y Kalid, un Alfa dominante de prestigio, no estaba acostumbrado a sentirse así, menos por la hija de un bibliotecario.—Maldita sea no sé qué estoy haciendo, debería dar media vuelta y regresar por donde vine y llamar a diez de las mujeres a mi disposición.¿Desde cuándo he sido hombre de una sola mujer? Entraré, la enamoraré y saldré con ella por ahí, sé que desde que me la lleve a la cama esta urgencia va a terminar. No es una mujer con la que planee un futuro juntos…mi padre me matara si le salgo con un disparate peor que el de Hades— murmu
Kalid gira lentamente, con una sonrisa ladeada.—Siempre es un placer ver a la familia, pequeño hermano —responde, enfatizando la última palabra con intención.Hades bufó, dando un paso adelante mientras sus feromonas comenzaban a impregnar el aire. La presión invisible que emanaba de él se extendió como una ola sofocante, pero Kalid no retrocedió. Su sonrisa se volvió desafiante, un claro "a ver qué tienes".—Sabes perfectamente que no quiero que juegues con los amigos de mi mujer, Kalid. Leila no es alguien con quien puedas divertirte y desechar como haces con las demás.Kalid arquea una ceja, alzando una mano en una señal de falsa inocencia.—Oh, Hades, siempre tan sobreprotector. Leila es una mujer adulta. ¿No crees que deberías dejarla decidir por sí misma? Además, solo vengo en calidad de amigo. Así que deja el show.Antes de que Hades pudiera replicar, la presión en el aire se intensificó.Ambos hermanos estaban atrapados en una lucha silenciosa de feromonas, sus naturalezas al
—Estamos bien, gracias. Además, no es lo que piensas, Dante— comienza Lucas, pero Dante levanta una mano para detenerlo.—No, Lucas. Sí es lo que pienso. — dijo señalando a Yazmín y Laila. — Has impregnado a dos mujeres alfas, las hermanas mayores de Hades, ni más ni menos. Tendrás problemas, pequeño hermano. — Lo señala, con una expresión entre divertida y preocupada.Hades, que hasta ahora había permanecido en silencio, se frota el puente de la nariz con resignación.— Esto es un desastre. —murmura, lanzándole una mirada de advertencia a Lucas. — Sabes cómo son nuestros padres, Lucas. No van a tomar esto bien. Si casi me condenan por estar con Elena, no me quiero imaginar como van a reaccionar cuando sepan que estas no con una, sino con mis dos hermanas mayores, hasta casi te doblan la edad. Ya me imagino los gritos empedernidos y las maldiciones de esos dos hacia ustedes.Lucas suelta un suspiro pesado y levanta ambas manos en una señal de rendición.—¡No es mi culpa, ni la de ella
El sol de otoño apenas logra asomarse entre las nubes mientras Elena camina hacia el edificio principal de la universidad, con una mano descansando sobre su vientre ya prominente de seis meses.A su lado, Hades la sigue de cerca, llevando la mochila de ella y lanzando miradas de advertencia a cualquiera que parezca no cederle el paso.—Cariño, no tienes que asustar a todo el mundo con tus feromonas Mega Dominante. Estoy embarazada, no soy de cristal —le dice Elena, rodando los ojos pero sin poder evitar sonreír.—No estoy asustando a nadie, solo asegurándome de que nadie tropiece contigo. ¿Viste a ese tipo? Iba pegado a su teléfono como si el mundo no existiera. Debe tener más cuidado, casi choca contigo. —Hades suelta un suspiro, claramente todavía tenso.Elena se detiene frente a una banca y se sienta con cuidado. Hades coloca la mochila a un lado y se arrodilla frente a ella.—¿Estás bien? ¿Quieres que te lleve a casa? ¿Tienes algún antojo?—Estoy bien, amor. Solo necesito un momen
El hotel en el que se hospedan Iris y las hermanas de Hades es un lujoso edificio en el corazón de Manchester, con grandes ventanales que ofrecen una vista panorámica de la ciudad iluminada.Esa noche, Iris se encuentra sentada en el vestíbulo, mirando distraídamente su teléfono mientras espera a Dante. Él llega con un ramo de flores en la mano.—¿Para mí? —pregunta Iris, levantando una ceja y sonriendo con suavidad.—¿Quién más? —responde Dante, pasándose una mano por el cabello.Ella toma las flores, las huele y luego lo mira directamente a los ojos.—Gracias. Son hermosas. Pero, ¿por qué no me avisaste que llegaste? te hubiera esperado en la entrada.— Quería sorprenderte. No podía dejar de pensar en ti, y… necesitaba verte —admite él, sentándose a su lado.Iris lo observa por un momento antes de sonreír y sacudir la cabeza.—Eres todo un romántico, Dante. Pero no estoy acostumbrada a esto.—Entonces déjame enseñarte cómo es.Ella ríe, pero antes de que pueda responder, las puertas
El ambiente en el restaurante no podía volverse peor de lo que estaba.Todos parecen contener el aliento mientras Lucas se pasa una mano por la nuca, visiblemente nervioso. Dante y Victoria intercambian una mirada cómplice, conscientes de lo que se avecina.—Bueno… eh… papá, hay algo que no te he contado —empieza Lucas, con un tono que no inspira precisamente confianza.William levanta una ceja, cruzándose de brazos. Su mirada afilada pasa de Lucas a las dos hermanas de Hades, que están sentadas tranquilamente en la mesa. Ambas lucen serenas, pero sus sonrisas no disimulan la diversión que les causa la situación.—¿Qué no me has contado, Lucas? —pregunta William, con un tono que amenaza con explotar en cualquier momento.Lucas respira hondo, consciente de que no hay vuelta atrás.—Ellas… bueno, Yazmín y Layla… son mis novias.El silencio que sigue es absoluto. Se podría escuchar caer un alfiler. William parpadea varias veces, como si no hubiera entendido bien lo que acaba de escuchar.