El ambiente era todo un caos, como si pudiéramos cortarlo con un cuchillo.Todos pasamos a la sala y estábamos reunidos alrededor de la mesa del comedor, pero en lugar de la usual calidez, bromas y anécdotas graciosas que solía acompañar a nuestras reuniones, el ambiente estaba cargado de preguntas no formuladas y preocupaciones latentes.Miré a Dante, mi hermano mayor, quien no podía ocultar su furia y su preocupación, y sentí una mezcla de frustración y vergüenza.Dante siempre había sido el más protector de todos, el primero en defenderme cuando las cosas se ponían difíciles. Hoy, su mirada estaba llena de desconfianza y algo más oscuro. Sus ojos se clavaron en mí, y pude ver cómo su mente comenzaba a llenar los huecos de lo que había sucedido entre Hades y yo. Sentí cómo si me despreciará en ese momento.—Elena... —dijo Dante, con voz firme, mientras su mirada se mantenía fija en mí. No necesitaba decir mucho más, porque su tono y su gesto lo dejaban claro. Estaba disgustado, y la
—¡Escúchame bien, Hades! —dijo Dante, su voz baja, pero cargada de amenaza—. Tú y yo sabemos lo que has hecho. ¿Y ahora te adelantas para decir que tendrás que presentarte ante mis padres y responder por tus acciones? No vas a deshonrar a mi hermana, ni ahora ni nunca pero no pienso aceptarte en la familia por tus acciones, que te quede claro hijo de pütä.El tono de Dante estaba lleno de una furia protectora que nunca antes había visto en él. Mi hermano podía ser temperamental, pero ver esa mirada en sus ojos me hizo darme cuenta de lo serio que estaba. No podía culparlo, su lealtad hacia mí era incuestionable, pero el miedo que sentía en ese momento por Hades era más grande que nunca.—Tomaste su virtud, y aunque no te guste lo que vas a escuchar de mi padre, ya no hay vuelta atrás. —Dante apretó un poco más su agarre, haciendo que Hades se inclinara hacia adelante, aunque mantenía la calma—. No quiero a un tipo como tú como cuñado, pero lo que está hecho, hecho está. Tendrás que as
Mis hermanos me miraron, sorprendidos por mi estallido. Sabía que no esperaban esa reacción, pero la presión de todo lo que había acumulado me había hecho estallar.—Elena… —dijo Victoria, con voz suave, pero la angustia seguía ahí—. Te queremos proteger, y lo haremos siempre. Pero ver cómo te ha afectado todo esto nos está destrozando. Quiero que seas feliz, y no sé si este hombre sea lo que te haga feliz.Hades no dijo nada, pero sus ojos brillaron con una intensidad que solo él podía proyectar. Sabía que ahora no se trataba solo de defenderme de mis hermanos, sino también de ganarme a mí.Respiré hondo y me volví hacia Hades, con mis manos frías sobre la tela de mi vestido.—Estoy cansada de pelear con ustedes —dije, casi en un susurro—. Hades, yo sé lo que he hecho. Te arrastré porque entré en mi face de celo, fuiste el único que estuvo allí para ayudarme porque pensé que moriría. Dante, Victoria y Lucas, ustedes también saben lo que estoy pasando. Siempre tuve problemas para mani
Elena, la chica que había sido siempre tan segura de su lugar en el mundo, ahora se encontraba en medio de una tormenta de emociones.Las aguas comenzaban a calmarse lentamente, aunque aún no podía ver con claridad hacia dónde se dirigía. Pero una cosa era cierta: en ese momento, no estaba sola.De pronto, alguien llamó a la puerta. Y todos volteamos al instante. Era un golpe firme, pero no agresivo. Macarena se acercó, aún perdida en sus pensamientos, para abrirla. Al hacerlo, se encontró con Amil, quien sostenía su celular con una expresión tensa. Había algo en sus ojos que denotaba una mezcla de preocupación y resignación.—¿Quien es usted?— le pregunta Macarena.—Soy Amil, el primo de Hades Necesito pasar, Hades tiene una llamada de larga distancia, muy... importante.Macarena lo anunció.—Señorita Elena, un joven dice ser primo de... él. Dice que es importante.—Si, déjalo pasar.Amil entró, no sin mirarnos a todos. Mis hermanos estaban alerta al ver a otro alfa entrar y al saber
Elena junto a Hades no siente frio, estaba abrazada a él en el balcón, permanecía con su cabeza apoyada en su pecho, mientras la brisa acariciaba suavemente sus rostros.Ella no sabe porque se está comportando tan cariñosa con alguien que pensaba que detestaba. Y peor con esas muestras de cariño frente a su familia. Piensa que debe ser el vínculo que la ha convertido en una Omega melosa. Siente como si no se quisiera separar de su Alfa en ningún momento.El cuerpo de Hades estaba tenso, como si la conversación con su padre aún lo estuviera consumiendo por dentro. Sin embargo, la calidez del abrazo de Elena parecía ser lo único que lo mantenía anclado en ese momento. Uno complementa al otro con sus feromonas.—Planeaban muchas cosas para mí hasta que me manifesté medio Alfa, no sé cómo explicártelo bien, Elena —dijo finalmente, con su voz baja y cargada de una mezcla de frustración y resignación—. En mi familia, no es raro que un Alfa sea casado con dos, incluso tres Omegas. Es... una
—Mañana en la noche iré a casa con Hades—respondió Elena, con un nuevo aire de confianza—. No podemos retrasarlo más.—Y conmigo...no pienso dejar a mi primo ir solo, el rey me mataría.Mientras todos comenzaban a planificar los detalles del viaje, Hades tomó la mano de Elena y la apretó suavemente, como un símbolo de que estaría a su lado, sin importar lo que sucediera.Los tres hermanos de Elena se retiraron del apartamento tras una larga discusión sobre los detalles de la visita al palacio. Aunque había tensiones en el aire, era evidente que, al menos por ahora, estaban dispuestos a apoyarla. Antes de salir, Victoria le dio un abrazo firme a Elena, Dante le dedicó una mirada tranquilizadora y Lucas le susurró un “suerte” que era más para Hades que para ella.Cuando la puerta finalmente se cerró tras ellos, Macarena, la nana de Elena desde su infancia, se acercó desde la cocina con una bandeja de té. Su rostro mostraba una mezcla de preocupación y ternura, como si quisiera asegurars
El silencio llenó la sala mientras todos procesaban lo que acababan de escuchar.—Un Alfa Mega dominante... —murmuró Hades, casi para sí mismo—. ¿Y eso qué implica?—Implica que eres más fuerte, más resistente, y que tu conexión con Elena es inquebrantable. Sin ella, tu cuerpo podría volver a deteriorarse, pero mientras estén juntos y compartan periódicamente su celo y feromonas, ambos se fortalecerán mutuamente.Elena sintió que su corazón latía con fuerza al escuchar esas palabras.—¿Entonces estamos destinados a estar juntos no solo emocionalmente, sino físicamente? —preguntó, casi incrédula.—Exactamente —confirmó el médico—. Su vínculo es único, algo que desafía lo que conocemos sobre las dinámicas Alfa y Omega. Solo había escuchado teorías, buscaré en mi agenda los contactos de algunos colegas que hablaron de ese tema.Hades miró a Elena con una mezcla de asombro y devoción.—Siempre supe que eras especial, pero ahora sé que eres mi razón de ser —dijo, tomando su mano con firmez
—¿Esta seguro doctor?— pregunta Hades atónito y emocionado a la misma vez.—Lo que muestran los análisis es que ella quedó embarazada durante el primer día de su celo compartido, aquíe arroja las horas, minutos y segundos de embarazo —explica Yarik—. No es raro en estas circunstancias. Sus cuerpos estaban en su punto máximo de fertilidad y... bueno, es algo que podía esperarse.Hades cruzó los brazos, mientras tomaban asiento todos de nuevo, con sus pensamientos girando a toda velocidad.Elena estaba a punto de llorar, mientras casi le destrozaba la mano a Hades de tanto apretarla.—¿Y ahora qué debemos hacer? —pregunta Amil como si fuera el paciente, con su tono más firme de lo esperado—. ¿Qué implica esto para mí primo y mi pricuñada?El doctor se aclaró la garganta.—Entiendo que esta noticia puede ser impactante, especialmente considerando las circunstancias. Por eso debo decirles que, si así lo deciden, están a tiempo de... interrumpir el embarazo.Elena lo miró, horrorizada.—¿A