Madre santísima, tenía que aparecer, ¡no puede ser!, esta mujer llega justo en el preciso instante en el que se le necesita. Ni modo, ahora tendrá que decirme sus andadas, aunque yo se lo había prohibido, pero es que este caso es especial y no quiero que me mienta.

—Amor, estoy un poco resentido contigo porque me mentiste, pero ahora que sé que es de tu madre me voy a cambiar porque ahora recuerdo que me están esperando —está preparándose para huir de la conversación que sabe se avecina

—Amor, sabes que tuvimos una noche de pactos y promesas y te prometí que no hablaría con Lorenzo y no le he hecho porque la persona que me llamó fue Karina.

Ahí esto siendo demasiado sincera porque no he hablado con él y menos tengo ganas de hacerlo, después de todo lo que sé de él, no, no quiero saber nada y menos hablar de lo que ya est&