—Nos vemos amor, y no te preocupes de que hoy iré de compras y de paso me regalaré un móvil para controlarte, sí, no me veas así, soy cien por ciento tóxica —él sonríe y yo lo veo sin un gesto de emoción—. No sonría, te estoy hablando en serio y ahora vete porque no quiero problemas en la empresa—me señaló la salida.

Ja, ja, ja… Sé que soy exagerada, pero me gusta que él sienta que no soy tan fácil y que de mí puede esperar muchas cosas, y una de ella es amor y la otra, control total. 

—Adiós, regresaré —da media vuelta y sale por la puerta de la cocina, esa es la puerta de entrada para los conocidos. 

Ay, Dios mío, se me había olvidado que no tengo ningún trapo limpio, no puedo andar con la misma ropa de ayer porque esta huele a sexo y mucho sexo. 

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