Loan camina por unos de los pasillos del consejo Lungu para reunirse con los de sus especies y conversar sobre los acontecimientos que han habido en las últimas semanas cerca de su territorio. Los presentes no dejan de mirarlo, algunos con odio y otros con admiración por ser uno de los lobos más fuertes, tanto que fue el primero de ellos en acabar con un vampiro anciano, desde aquel día lo han respetado, alabado e incluso lo ven como su propio dios.  Son pocos los que se enfrentan con Loan, conocen su nivel de crueldad, saben que no tiene límites para torturar, y la prueba de ello fue cuando asesinó a su padre, quien no le importó salvar su vida y abandonar la de su esposa.

El consejo está formado por un grupo de ocho lobos que son provenientes de la familia Lungu más antigua, son quienes se encargan de mantener el control de su especie y evitar que entren en guerra con los vampiros, ellos toman las decisiones e implementan las reglas, cualquiera que las quebrante será llevado a juicio y pagará un alto precio. El consejo fue creado por esta familia cientos de años atrás cuando la especie estaba a nada de ser extinguida.

Loan desea acabar con el consejo y crear uno nuevo por su parte donde las reglas y leyes sean diferentes a las que hoy en día les implementan, no se siente a gusto con las decisiones que han de tomar, los ataques de Vampiros han aumentado un sesenta por ciento en lo que va de año, y ellos no han querido tomar cartas en el asunto por evitar la guerra, algo que a Loan le fastidia y le hace sospechar que el consejo protege a la especie enemiga.

—¡Los vampiros volvieron a entrar en mi territorio! — expresa sin siquiera saludar.

—Buenos días, Loan — responde Larisa Lungu.

—No me vengas con cordialidades, ¡¿Qué esperamos para atacar?! — muchos de los Alphas que han venido a dar información de sus territorios piensan igual que Loan.

—No podemos entrar en una guerra con los Vampiros, no estamos preparos aun y lo sabes — golpea la mesa ante los concejales.

—Claro que estamos preparados — comenta entre dientes. Los lobos presentes crean disputa entre ellos y van a favor de Loan quien ya no soporta la idea de ver como los Vampiros van teniendo poder sobre sus terrenos.

—Conoces nuestras reglas, estamos aquí para mantener el control, una guerra podría llevarnos a la extinción, hace cientos de años casi dejamos de existir, y te recuerdo que estamos en una actualidad donde la civilización humana es más amplia — Loan mira a los lobos que han asistido a la reunión del consejo.

—¿Qué quieren ustedes? ¿Qué los vampiros nos vayan matando poco a poco y sean ellos quienes acaben con nuestra raza? ¿O enfrentarnos a esas sanguijuelas y demostrarles el animal salvaje y fuerte que llevamos por dentro? — Loan alborota al grupo lobuno y los hace entrar en una discusión por sus derechos de querer mantener sus existencias.

En los últimos tiempos los vampiros han ido acabando con los lobos, pero ningunos se atreven a querer enfrentarlos, nadie tiene la valentía para hacerlo, o pueden que aún no encuentren aquel lobo con la capacidad de guiarlos y motivarlos.

—¡Suficiente! — Expresa Vasile Lungu— Nadie creará un guerra ¿Pretenden morir?

—Nos están matando y nosotros no hacemos nada — grita unos de los tantos Alphas que se encuentran en la sala.

—No podemos continuar en esta situación, les estamos dando poder sobre nosotros — otro muestra su inconformidad.

—Señores, por favor, guardemos la calma, comprendo cada punto de ustedes, sabemos que los ataque de vampiros han aumentados pero por eso debemos perder el control — Larisa intenta calmarlos — Loan estas creando un escándalo el cual no es correcto, podemos tomar esto como una revelación a nuestras reglas — Loan eleva su ceja y abandona su puesto para ir hasta el de Larisa.

—¿No es correcto? Ayer perdí a dos de mis mejores hombres, y no solo eso, se están llevando los habitantes de mi pueblo — se distancia y ahora mira a los demás — ¡Es momento de buscar una solución! He estado pensando en algo durante mucho tiempo, podemos evitar la guerra de una forma, y esa es haciendo una tregua con el consejo de los vampiros — lo miran como si estuviese enloqueciendo.

—¡Jamás firmaremos acuerdos con nuestros enemigos! — Expresa Radu Lungu, quien forma parte del consejo y se había mantenido al margen.

—Yo creo que Loan tiene razón — Se centran en Ovidiu Lungu, uno de los más poderosos — No hemos hecho nada para protegernos, Loan en ciertas ocasiones ha logrado llegar a acuerdos con ellos — Larisa se levanta de su asiento.

—Lo ha hecho con vampiros de bajo nivel, jamás con un anciano — Loan suelta un risilla cargada de ego.

—Esos viejos me tienen miedo, les mate a uno de los suyos ¿Se te olvida? Yo puedo ir en nombre de todos los lobos, no seguiré permitiendo que aquí nos acaben, y si no aceptan entonces entraremos en guerra — Ovidiu se levanta y camina alrededor de Loan.

—Así es, tenemos que protegernos, un acuerdo con los Vampiros nos mantendrán a salvo.

—Somos la especia más salvaje que pueda existir, ellos los más veloces y sin embargo los alcanzamos, y en fuerza nos damos la gran batalla, no somos ni más ni menos que esas sanguijuelas, somos una especie digna de poderlos enfrentar y lograr ganar — Larisa sigue renuente a la idea del acuerdo o ataque.

—No, no haremos acuerdos con ellos, nos mantendremos tal y como estamos, ellos tampoco aceptaran la idea, una vez lo intentamos y rompieron el acuerdo, somos mayoría los que nos negamos a tu idea Loan — mira a Larisa con ganas de querer arrancarle la garganta.

—Nuestra opinión vale, exigimos una votación justa, no queremos que los vampiros continúen entrando en nuestro territorio, ni que sigan matando a nuestros compañeros, las reglas de este consejo no nos benefician a ningunos — Se arma una disputa en el salón. Para Loan ver a los demás lobos interesarse en ejecutar su idea lo llena de satisfacción. Incluso se le ha pasado ahora por su mente manipularlos a todos para lograr su propósito, ser el lobo que los gobierne y los guie.

—La decisión está tomada — todos se escandalizan por no estar conformen. A Loan le resulta ideal que el consejo se opusiera, de esa forma podría crear un grupo bastante mayor para crear una revelación en contra del consejo y sacar aquellos que no estén de acuerdo con él, pero para ser posible tiene que planificar muy bien lo que hará, ya que si no resulta será ejecutado — Lo siento Loan, pero tu idea es muy ridícula, y si continuas oponiéndote o faltas a nuestras decisiones te llevaremos a juicio — dice en su oreja.

—Por ahora, Larisa. Te recuerdo muy bien que si ninguno de los que estamos presentes aquí podemos crear un revuelo y sacarlos a ustedes — Larisa lo observa.

—Es cierto, pero para que eso sea posible deberán ser más de la mitad de los lobos que habitan en el país, y créeme Loan, ninguno se atreverá, hemos traído la paz nuestra especie por mucho tiempo, esto es solo una mala racha — Loan sonríe.

—Ya lo veremos, ya lo veremos Larisa, solo mira frente a ti. Tenemos aquí a todos los Alphas del país, los cuales la mayoría concuerdan con mi idea, ellos con solo ordénales a su manada basta. No vemos la semana que viene. Y algo más, no voy a esperar por ustedes para tomar cartas en el asunto, si un vampiro vuelve a entrar en mi territorio y toca a uno de mi grupo iré tras él, arrancare su cabeza y la colgare en la entrada de la mansión de los vampiros, dándoles un lindo mensaje a los ancianos. Mi manada y los habitantes de mi población son sagrados ¿Comprendiste? — Loan le da la espalda y sale del consejo para dirigirse rumbo a su pueblo.

“Te has vuelto un estorbo Larisa, y deberé acabar contigo” piensa.

“…”

Loan de camino a su hogar no ha dejado de pensar en lo fácil que podría manipular a los lobos para hacer caer al consejo y levantar otro gobernado por él, ya algunos de allí comienzan a ser un estorbo, en especial Larisa, quien siempre le lleva a la contraria, y quien ya lo está empezando a cansar.

Loan baja del auto en cuanto llega a su hogar, manda a llamar a un grupo de lobos para plantearles de como será ahora los nuevos métodos de protección en la ciudad.

—¿Y esa cara? ¿El consejo se negó otra vez a tus estúpidas ideas? — Loan toma del cuello a Sabrina y presiona fuerte cortando el paso del aire.

—Estas comenzando a cansarme ¿Quieres que te arranque el cuello como lo hice con tu asqueroso padre? — la tira al suelo.

—Mátame, hazlo — le da la espalda.

—No, matarte seria liberarte de mí, y aun no, todavía deberás servir — ella golpea el suelo de ira.

—Eres un bastardo, haces creerles a los demás que tienes buenas intenciones y resulta que no es así, solo piensas en tus beneficios, no en el de tu manada… — la calla cuando lanza su cuerpo y lo estampa en contra la pared.

—No estoy de ánimos, y si continuas tentándome voy a atar tus pies y te colgare de cabeza, hare una leve cortada en tu cuello y dejare que te desangres poco a poco, cuando así sea me la beberé en tu maldito honor — ella se ríe, luego escupe sus zapatos.

—Vete al diablo Loan — cierra sus ojos y luego le muestra una sonrisa maleva.

—¡Ion! — Llama a uno de sus hombres — Te tengo una labor, la señorita aquí presente desea mirar a su madre, quiero que vayas por ella y me la traigas, por favor. Voy a complacer a mi bella esclava — Sabrina niega repetidas veces. Sabe que Loan no es hombre de juegos, y si pidió que buscaran a su madre es porque la matará.

—No lo hagas, te lo imploro, no lo hagas — besa sus zapatos para intentar convencerlo.

—Fui claro contigo hace un largo tiempo cuando te dije que no quería más irrespetos de tu parte, tu castigo será ver morir a tu madre — Él pasa por su lado y sale al jardín para reunirse con sus hombres. A partir de ahora les indicará cuales serán las nuevas reglas que los ayudaran a todos mantenerse protegidos.

Cuando llega con el grupo mira en el suelo a unos de los suyos muertos, una ira enorme recorre por dentro de su cuerpo, mueve su cabeza de un lado a otro tronando así su cuello, esto lo hace cada vez que está enojado, y más cuando no tiene a nadie frente a él que pueda matar. Toma una posición en cuclillas para mirar más de cerca a su mano derecha, huele desde su ubicación y no percibe ningún ahora a vampiro, solo uno que jamás antes había percibido, es dulce, suave y delicado. Vuelve a aspirar y en eso sus ojos cambian de color marrón a rojos intensos, aquel aroma le ha resultado exquisito y conmovedor. Aquel aroma ha despertado un deseo desconocido.

—¿Quién lo hizo? — no deja mirar el cuerpo y de preguntarse quién es dueña de ese aroma.

—No lo sabemos, pero esta mañana nos comentó que volvería al mismo lugar donde estaba ayer en la tarde porque vio a una humana caminar cerca, dijo que nunca antes la había visto por acá, incluso creyó a ver visto que lo fotografió, en su forma lobuna — ¿Un humano? ¿Qué humano se arriesgaría a fotografiar una bestia como nosotros? Si es cierto, esa persona podría revelar al mundo entero nuestras formas, aquello crearía un escándalo.

—¿Por qué no me lo comentaron? ¿Tienen idea del peligro que corremos si en realidad tomaron la foto? *Imbéciles, son unos imbéciles* — grita furioso.

—Lo sentimos mucho señor, Román nos pidió esperar hasta asegurar que fuera cierto — Loan no aparta la mirada de su amigo, sabe que la humana no pudo haberlo matado, las marcas son de unas garras más finas que las de ellos.

—Encuentren a los vampiros que asesinaron a Román, tráiganlos ante mí — todos se miran entre sí.

—¿Qué hará con ellos? No podemos tocar a los vampiros, o el consejo lo…

—No me importa el consejo, quiero a esos vampiros aquí, de ahora en adelante las cosas cambiaran, si permitimos que entren en nuestro territorios nos acabaran, la nueva orden de mi parte es que cada vampiro o ser extraño que entre en la ciudad o pueblo sea asesinado, no pienso continuar perdiendo más de mis hombres. Quiero que armen grupos y cubran todo, moviliza la guardia que tenemos en la ciudad — Loan vuelve a aspirar ese aroma que lo ha cautivado — Llévenme a donde lo encontraron, necesito encontrar esa mujer y quitarla del medio antes de que nos descubra — asienten, entre ellos mismos se organizan, Loan se adentra en la casa y cierra sus ojos, ese aroma lo ha perturbado, sabe muy bien lo que significa, su luna, su compañera de vida, ha aparecido.