Salen a caminar, luego de haber terminado de comer y dejar la bandeja en su lugar, con Jesús llamando a su hija y ve que ella está apurada. -¿Qué sucede linda?-

-Ya debo irme y me gustaría quedarme más tiempo pero no puedo.- Ahora sabía que era estúpido el actuar así pero no quería problemas en su hogar, no con lo excelente que lo había pasado el día de hoy.

-Yo te aviso en lo que llegue a mi casa, ¿si? Podemos vernos el otro fin de semana si quieres. Toda esta semana la ocuparé en buscar un trabajo adecuado.-

-¡Claro! Pero saldremos nosotros, la abuela de María Angélica quiere ir con ella al campo y ya dijeron que sí. Por cierto, no tengas miedo, yo te llevo hasta donde vivas, súbete en la camioneta con nosotros, llegarás más rápido que el metro, eso seguro.- Le ofrece sin miramientos Jesús mientras caminan cerca de la calle donde está estacionado el vehículo y él haciéndole caballito a María Angélica.

-¿Tienes una camioneta? Te agradezco que quieras llevarme y si, sería más rápido q