Irina. Aunque intenté describir cómo me sentía, mientras Bella perdía el control, por los celos que nos provocaba pensar que otra hembra había tocado a nuestro hombre, es muy difícil de hacer. Desde el momento en qué me transformé, o quizás mucho antes, había bloqueado, a mi entender, los sentim
Estaba tan desconcertada con los sentimientos de sumisión y deseo que estuviera sintiendo Ava, y se me trasmitían empáticamente, que no me di cuenta de que ya el Alfa me había acorralado contra la esquina, y ese enorme cuerpo de pelaje negro, me bloqueaba la salida. Sentirlo pegado a mí, rozándom
Ava. En definitiva, en mi estado natural, yo debía haber sido igual de comprensiva, que fue Elijah, conmigo, pero como ahora, cuando estoy dominada por esas emociones, que como he dicho me controlaban, no solo a mí, sino a mi segura e incontrolable Elora, nada es natural. Pero como ya he dicho, e
Si lo pienso bien, debería estar furiosa, porque él hubiera usado esa técnica de sometimiento conmigo, era una técnica que se usaban en forma de juegos de carácter sexual, entre los compañeros, cuando estábamos en nuestra fase de lobo, una técnica que facilitaba la colaboración deseosa de la hembra,
Ava. - “Bien, Beta, ¡Empieza a hablar!”- le dije intentado ser lo más comprensiva posible dentro de las circunstancias. –“¿Quién es esa tal Margot? ¿Y por qué razón no tengo que destrozarla en mil pedazos?”- le pregunté una vez que estuvimos, encerrados en una de las habitaciones de la casa de La M
Después de esto, según Elijah, al despertar y encontrarlas a su lado, claramente todo su plan fue revelado, sobre todo porque, para saber si habían quedado embarazadas de sus cachorros, durante una semana estuvieron encerradas, hasta confirmar sí había habido consecuencia. - “¿Qué hubiera pasado s
Irina. - “Y esto ha sido todo lo que sucedió con esas dos estúpidas.”- me dijo Desmond, muy serio esperando mi reacción. Llevamos más de dos horas, encerrados en su despacho, tras mi reacción de sometimiento a sus caricias, pronto nuestro cuerpo, por iniciativa de ambos, se transformaron, y él,
Irina. Él me miró serio, y levantándose se acercó a mí. - “La que no lo entiende eres tú, Luna, da igual lo que haya pasado hoy, tú eres mi pareja predestinada, y nadie puede saltarse eso, sin importar que se hayan llevado una mala impresión de ti, simplemente deben obedecerte y respetarte, por s