Era temprano por la mañana y el clima no era muy cálido, al parecer el día de hoy habría mucho más frio de lo habitual, corría un aire casi congelante y en el cielo no se apreciaba ni la luna ni las estrellas, el cielo aun parecía una boca de lobo dispuesta a comerse a quien pudiera distraerse. Sentí como me caían unas cuantas gotas de agua en la chamarra negra que llevaba puesta.
Caminaba directo hacia la avenida para tomar unos de los 2 transportes que me llevarían a la escuela, iba con diez minutos de retardo, pero en realidad no tenía pensado entrar a la clase de Física, ya llevaba con este cuatro retardos, y el profesor nos había dicho que a los tres no nos dejaría entrar a tomar clase y que sería mejor que nos pusiéramos a estudiar porque nos vería en el ETS, así que yo ya estaba resignado en esa materia, solo salía temprano de casa para que mis familiares no se dieran cuenta de que algo andaba mal.
Al apenas entrar a la combi observe que todos iban apretados en los asientos, iban la mayoría dormidos y otros ya haciendo su trabajo desde el teléfono. Tome asiento y decidí tomar una siesta hasta llegar al próximo pesero el cual me dejaría enfrente del colegio, mientras era apretado por un estudiante y un señor gordo que olía un poco a loción y sudor, mis ojos fueron cerrándose hasta conciliar el sueño, en ocasiones mis propias cabeceadas al aire por el movimiento de la combi me hacía despertarme y así darme cuenta por donde más o menos íbamos, no quería que se me pasara la bajada.
Por un momento entre mis sueños, llegue a escuchar que la gente hacia un sonido de asombro, de sorpresa, al parecer había sucedido algo, o alguien había subido, tal vez un vagabundo apestando o alguien famoso, pero le apostaba a que era cualquiera de las primeras dos, así que ni siquiera abrí los ojos para confirmar cuál de ellas era la que había hecho que los pasajeros hicieras tal sonido, seguí dormido todo el recorrido de casi 40 minutos, hasta que desperté cuando ya estaban todos bajando, así que apresurado saque el pasaje y se lo di al conductor para que se cobrará.
Al estar ya en el siguiente pesero y viendo por la ventana a la gente pasar y darme cuenta que empezaba ya el día a asomarse, me puse a pensar, que por quedarme dormido y no despertarme un poco antes, no me di cuenta porque la gente sonó tan sorprendida cuando otro pasajero subió, pero después de seguir viendo a la gente caminar y a los carros pasar por la ventana del pesero, se me olvido y mi pensamiento voló hacia otros rumbos.
El camino hacia la escuela fue muy tedioso, los pasajeros olían mal y muchos de ellos eran de la misma escuela, a pesar de que yo iba sentado, al lado mío iba una señora ya grande con un costal de cebollas que apestaban y llenaban el camino de un olor más desagradable. Además durante el viaje, nos encontramos con una larga fila de tráfico, que se ocasiono de una volcadura de un tráiler de cerveza que probablemente iba a exceso de velocidad y en un intento de curva el peso de este le gano e hizo que cientos de cervezas quedaran en el suelo derramándose, mientras otras eran recogidas por transeúntes que aprovechaban para tomar los paquetes que le permitiera su fuerza y sus brazos.
Llegue a la escuela veinte minutos después de las siete, yo tenía planeado llegar exactamente diez minutos después de la hora y así poder entrar a las instalaciones del colegio antes de tener que esperar que diera la siguiente hora y los policías nos dejaran entrar, pero gracias a las cervezas que muchos tal vez consideraron benditas, me hizo pasarme de tiempo y tener que esperar afuera con el frio que empezó a azotar aún más helado y hacían que la mayor parte del tiempo empezara a tiritar y a temblar.
No habían pasado ni quince minutos cuando mi amigo Miguel llego con dos atoles en cada mano y ofreciéndome uno me saludo.
—Con que llegando tarde Dan, ¿ahora que suceso extraño fue el que te paso? Cuéntame la anécdota del día.
Lo mire con cara de que él también había llegado tarde y no lo pensé dos veces en recriminárselo.
—Pues es casi seguro que a también te paso algo, porque si no te das cuenta tú también estas aquí conmigo, así que llegaste tarde y no te ando diciendo que porque o que siempre algo te paso, así que calla y déjame tomar el atole— sorbí del atole sin prestarle atención a mi amigo.
—Parece que el día de hoy andas de malas, ¿acaso estas en tus días?— dijo después de sorber también el a su bebida—pero tienes razón, andamos en las mismas, en si pensaba llegar más tarde pero mi camión tomo otra ruta cuando vimos la fila enorme de coches detenidos. Imagino que fue lo que te paso a ti, ¿no es así?
Respire profundamente tratando de tranquilizarme, la noche había sido larga y con muchas pesadillas, y él tenía razón, andaba más irritable de lo normal.
—Sí, volcó un camión de cervezas…
—Hubieras bajado por unas y en vez de atole estaríamos tomando unas, pero imagino que estabas más de malas que de andar pensando en posibilidades—me sonrió mi amigo.
— ¿Cervezas? ¿Con este frio? ¿Acaso estás loco?—lo mire mientras bebía lo poco que le quedaba de atole en el vaso.
—Pues, tal vez nos hacía entrar en calor, no lo sé, solo fue un comentario al aire.
Después de eso hizo un silencio que duro varios minutos, los dos estábamos mirando hacia las rejas que separaban la escuela de la calle, hasta que el frio hizo que me diera un escalofrió que recorrió cada parte de mi espalda.
—Creo que me iré a mi casa a jugar FIFA, le diré a mis hermanas que hoy no me sentía muy bien y el frio me empezaba a ocasionar que me sintiera aún más mal, si quieres puedes venir y echamos unas retas, ya si llama tu mamá le diré que te contagie o algo así, ¿vienes?—tome mi mochila y me la puse esperando que el hiciera lo mismo y me siguiera.
—Um, yo que me quedo, disfruta tu videojuego. Hoy pasara algo que es raro ver por acá.
— ¿Cómo que algo raro?—pregunte bajando de nuevo la mochila.
Él sonrió sabiendo que había dado en el clavo y que ahora seria menos probable que me fuera.
—Pues, me entere por algunos rumores que hoy abra un nuevo estudiante, que es un intercambio.
—Y tú, ¿Cómo sabes eso? no es como que andes con muchas personas además de mi—lo mire sospechando que me mentía—no me lo estarás inventando para que no me vaya, ¿verdad?
El sonrió de nuevo y miro su reloj.
Mientras mi cabeza estaba recargada en la paleta de mi asiento, tomando como almohada a mi casi vacía mochila, ya que no era mucho de traer un cuaderno por cada asignatura y prefería una carpeta con cientos de hojas en ella y tenerla dividida para cada materia, escuche que algunas compañeras rumoreaban que el estudiante de cambio podría ser un hombre guapo y alto. Algunas aseguraban a sus otras amigas que ya lo habían visto, pero lo más extraño es que este estudiante tendrían que haberlo conocido ya todos, excepto yo y mi amigo, que llegamos tarde por el accidente.
—Oye, Karina, ¿Cómo es el estudiante de cambio? No lo veo—
—Al parecer se le pegaron las cobijas y se le hizo tarde, o tal vez en su país entran a clases más tarde, pero no llego a la primera clase, pero dicen que es un chico muy guapo—concluyo con una sonrisita algo tímida.
—oh, ya veo, ya se ganó de enemigo al profesor de física, y espero que no sea tan guapo, recuerda que aún me tienes que contestar mi propuesta de noviazgo que te hice ayer, no lo olvides—le dije con un tono algo preocupado.
Karina, desde que entramos a preparatoria y la vi ahí sentada, supe que me gustaba y que intentaría acercarme a ella y ya después ser novios, pero al parecer me acerque de la forma equivocada y quede en la zona de la “friendzone” y por más veces que le dijera que la quería y que fuera mi novia, ella siempre me rechazaba diciendo que no me quería perder como amigo, pero siempre me tenía “con alas” de que tal vez algún día podría aceptar mi confesión. Algunos de mis amigos y compañeros me decían que solo me utilizaba para que le ayudara a sus tareas y exámenes y probablemente tenían razón, pero yo estaba idiotizado con ella, y no me rendiría hasta que me dijera que sí.
—Dani, sobre de eso—sonaba con un tono que ya conocía y ya sabía su respuesta.
—ok, entiendo, es un no, ¿verdad?—
—Sí, de verdad lo siento, sabes que también te quiero pero no quiero perder tu amistad, además…—
—Lo seguiré intentando, lo sabes—le interrumpí mientras aun hablaba.
—Lo que pasa, es que yo ya tengo…— antes de que terminara su oración, entro el profesor de Filosofía y ordeno a todos irnos a nuestros lugares —luego hablamos—dijo mientras nos dirigíamos cada uno a nuestros asientos.
Mientras el profesor hablaba no logre escuchar lo que él decía por el sonido de mi pensamiento al deducir que ella ya tenía novio, no era necesario que tuviera que terminar su oración, era evidente en que terminaría, también oía algunos comentarios de mis amigos al haberse enterado de lo que ellos ya sabían, algunas de sus burlas eran realmente ingeniosas, me sentía enojado, con ganas de decirle miles de cosas nada agradables a Karina, de dejarle de hablarle, mi corazón latía demasiado rápido, mi pecho parecía comprimido en un pequeño espacio, sentía algunas gotas rodeando mis ojos queriendo salir, hasta que de pronto una mano tomo mi hombro y con una voz dulce, tan dulce como jamás había escuchado y con un acento algo gracioso, me pregunto—¿Estas tu bien?—
Al voltear mi rostro para ver quien me preguntaba con esa voz y ese acento raro, lo primero que mis ojos vieron fue un cabello blanco, tan blanco; que a través de mis ojos aun con lágrimas queriendo brotar, brillo fuertemente como una luz resplandeciente.
—Estoy bien, gracias—le agradecí sin despegar mis ojos de su cabellera blanca.—En verdad espero que estés bien—me dijo con una ligera sonrisa que apenas se podía apreciar.Ella tomo asiento en la butaca enfrente de mí, así que pude admirar y examinar todo su cabello tratando de encontrar su raíz para verificar si ese era su color natural o si se lo había teñido, pero al parecer era natural. Este le llegaba hasta la mitad de su espalda y al observarlo se notaba que lo cuidaba demasiado, ya que era brilloso, bien cepillado y con las puntas a la misma altura, después de verlo unos minutos caí en cuenta que esta chica era el estudiante transferido y no un hombre como habían dicho Karina y sus amigas.Sin quitar la mirada de su hermoso cabello blanco, le toque el hombro para decir las palabras más tontas que jamás pude haber dicho.—L
Ha pasado cerca de un mes desde que Suki y yo nos conocimos y me asombre de su hermoso cabello. Desde ese momento cada día que he pasado a su lado ha sido maravilloso y he vivido experiencias que jamás podría olvidar.Cada tarde cuando tenemos que despedirnos siento que mi corazón late rápidamente y me entristezco, es una sensación que jamás había sentido por alguien y creo que me he dado cuenta que empiezo a sentir algo por ella, algo que pensé que jamás podría sentir.Todas las mañanas despierto con emoción, con ganas de llegar a la escuela y verla. Muchas veces no hemos entrado a clases para seguir platicando por cualquier cosa y así darnos todos los días sentados viendo a todos pasar y reír por alguna anécdota tonta. Las pesadillas han cedido y en su lugar aparecieron hermosos sueños a su lado, en donde podía acariciar su blanco cabel
No tarde más de diez minutos en llegar a donde tenía que bajar, durante ese tiempo que tardo el transporte seguía pensando en lo que me había dicho Miguel.Me sentía confundido por tantas cosas que habían pasado, mis emociones aún estaban al cien y seguía sin poder pensar con claridad.Iba a paso lento, tratando de que el dolor de estómago que me ocasionaba el estar tan nervioso y emocionado, se calmara un poco. Cuando llegue a mi casa, apenas había abierto la puerta una voz sonó de adentro.—Hola, por fin llegas, ¿no crees que es demasiada tarde?—era la voz de mi hermana mayor, Karla.—Me entretuve con Miguel, el profesor lo mantuvo más de lo acostumbrado, por lo que escuche copio toda su tarea de un compañero y la dejo hasta con el mismo nombre, así que, lo descubrió y tuvo que hablar con él y yo lo esper
Mis hermanas se me quedaron mirando al escuchar el sonido de la notificación—Sabes muy bien que mientras estamos en la mesa, está prohibido el uso del teléfono—Karla me miraba enojada—Lo siento, solo checo quien es y qué es lo que quiere, puede ser Miguel que quiere que me conecte ya por Facebook para hacer un trabajo que nos dejaron—le decía mientras sacaba el teléfono.Mi hermana solo frunció la boca y siguió comiendo mientras que Nohemí me miraba con cara de que no me creía nada. Miro para ver si Karla la observaba y después volteo de nuevo hacia mí y con sus manos estiro sus ojos a los lados, tratándome de decir que ella sabía que no era Miguel, si no Suki.Con el dedo le hice señas de que se callara y no dijera nada, sino de nuevo empezaría Karla a preguntar por cosas que no quería hablar. Ella comprendió y siguió comiendo no sin antes darme una patada por debajo de la mesa.Me aguante el dolor y voltee a mirar hacia el teléfono y leer el mensaje
Anteriormente Suki y yo platicábamos mucho después de clase mediante el WhatsApp, y las preguntas más recurrente que yo le hacía era en donde había vivido antes de llegar aquí, y como eran sus padres, que nombre llevaban, como se llevaba con ellos, si los extrañaba o si extrañaba su anterior hogar, ella muchas veces esquivaba las preguntas o me cambiaba la conversación, realmente no sabía mucho de ella a pesar de que nos llevábamos tan bien y pasábamos la mayor parte de tiempo juntos sabia lo mismo que todos sabían, ella era de doble nacionalidad, española y japonesa, había nacido en el país natal de su madre, Japón.El cabello blanco lo había heredado de su madre y el color de su piel a su padre. Ella había sido beneficiada en un programa de cambio de estudiantes de parte de su escuela y la nuestra y así fue como llego a nuestro sa
Me quede mirándolo. Examinando su cara, quería saber si era una broma, no tenía sentido esa pregunta con todo lo que había contado.— ¿Qué tiene eso que ver?— le pregunte al ver que hablaba en serio.—Tu solo contesta, ¿crees que exista algo más allá de lo que vemos o conocemos?Estaba realmente confundido, no sabía que contestar.No lo sé, creo que hay vida más allá de la tierra, es imposible que seamos los únicos privilegiados en estar con vida y con inteligencia, creo que existen energías positivas y negativas en nuestro espacio y eso hace que pensemos que existen los ángeles, demonios, Dios. Pero, no creo que existan algo como un ser omnipresente y poderoso—le dije esperando que ya pasara del tema.El me miro aún más pensativo, tomo de su juego y me contesto.Bueno, en es
Logre sentir el golpe en mi cabeza, y sentí como empezaba a salir la sangre. Aun sentía el agua caliente caer sobre mi cuerpo desnudo.Intente despertarme, pero por más que quise hacerlo no podía. Sentía cada gota que caía sobre de mí, sentía el piso mojado y frio, podía notar como el dolor aumentaba dentro de mi cabeza pero por más que yo le ordenaba a mis ojos abrirse no lo lograba, tal vez así era como se sentía estar desmayado.Empecé a entrar en pánico, pero ni eso pudo hacer que algún musculo se me moviera, así que por dentro trate de calmarme, sabía que en algún momento alguien llegaría al baño y se percatarían de mi presencia, tal vez inmediatamente me levantaran e hicieran que reaccionara o simplemente gritaría alertando a toda la familia.…—No lo hagas, por favor…perd&oacut
— ¿Suki?—dije aun con mis labios pegados a los suyos—¿Qué es lo que pasa?—Ella separo los labios de los míos y me vio con asombro.—Lo siento no quería…—dijo bajando su mirada—Estabas en mi sueño, estabas ahí cuando todo paso—le dije sin pensarlo.— ¿Estaba en tu sueño?—dijo ella sonrojándose.—Sí, pero estabas ahí cuando murió mi madre, fuiste tú la que me detuvo de hacer lo que tenía que hacer—le dije tomándole la mano— ¿Por qué te olvide? ¿Por qué no me lo dijiste cuando nos conocimos? ¿Por qué estabas ahí?—le pregunte sin soltarle la mano y sin dejar de mirarla a los ojos.—Estas confundiendo tu sueño con la realidad, ¿Cómo pude estar yo ahí cuando eso paso?—me decía sin intentar alejar su mano y sosteniéndome la mirada.—Estabas ahí, Suki…lo sé ahora…por favor no me mientas, ¿Quién eres? Cuéntame la verdad. Te lo suplico—le decía con los ojos llorosos.Ella me miro durante un momento, quito su mano de la mía y me seco los ojos,