Esa misma mañana, mientras Dominic se dirigía a la isla griega y Abigail iba en camino a la universidad, el profesor Lewis llego hasta las instalaciones de la policía del estado de Greench, una institución mas bien corrupta y poco respetable y sin embargo, una que él esperaba pudiera ayudarlo, en ese momento más que nunca.
El hombre, que una noche antes había compilado toda la información y la había metido en un sobre de manila color café, entro por las puertas de la policía y se acercó al primer mostrador que encontró.
-Buenos días – dijo con cordialidad, mientras el policía asentía con la cabeza a modo de respuesta.
-¿En qué puedo ayudarlo?
-Estoy buscando al oficial Collen – pidió que llamaran a uno de los pocos amigos que tenía dentro de Greench.
El oficial señalo con su bolígrafo
Abigail recostó su frente contra el pecho desnudo de Gabriel, mientras intentaba tranquilizar su respiración que estaba agitada, las piernas de la chica estaban temblando y se sentía libre de cualquier tensión, Gabriel por su parte, puso sus manos en la espalda de Abigail y la acaricio de arriba abajo, aquello había sido perfecto, ella era perfecta, el momento había sido mágico.Y ninguno de los dos queria que se terminara.-Abigail – susurro Gabriel.La chica tenia los ojos cerrados, casi que pudo sentir que se estaba durmiendo, a pesar de que estaba sentada sobre un rígido escritorio de madera, el cuerpo de Gabriel la hacia sentir que aquel era el lugar más cómodo en el mundo, siempre que estuviera ahí, entonces todo iba a estar bien. Por desgracia, Gabriel tenia malas noticias y aunque le habría gustado no tener que dañar el momento, sabía que debía
A pesar de la situación y lo tensionánte que había sido todo el momento, Abigail no había podido evitar soltar una carcajada en cuanto el decano de la facultad salió de la oficina del hombre.-¡Dios mío! Nunca había tenido tanto miedo por un condón – dijo, mientras seguía burlándose, la chica se agarro la barriga que le dolía a causa de la risa, y entonces centro su atención en Gabriel que estaba estupefacto en su escritorioAbigail dejo de burlarse y se limpio las lagrimas involuntarias que estaban saliendo de sus ojos – ¿Qué te pasa? – le pregunto a Gabriel.-No entiendo como es que no te das cuenta – él negó con la cabeza.-¿Que? ¿De qué es lo que no me doy cuenta? – la sonrisa desapareció del rostro de Abigail, a quien por un momento se le habían olvidado todos sus proble
El resto de la tarde Abigail estuvo haciendo las cosas igual a todos los días, leyó un poco del libro que había tomado de la biblioteca de Dominic, organizó algunas cosas e incluso almorzó con las chicas, todo estaba trascurriendo en la más absoluta normalidad, aunque su corazón estaba tan acelerado que parecia que se queria salir de su pecho.Cuando comenzó a anochecer, la chica se dio cuenta de que era hora de empacar sus maletas, no iba a llevar mucho, sobre todo porque no tenía donde esconder tosas sus pertenencias, pero aun asi, debía abastecerse de la suficiente ropa para un par de días, que era lo que estaba planeando Gabriel pasar en carretera con ella.Abi tomo su bolso y saco algunas de sus cosas del closet, la mayoría de ellas ropa interior, tomo un conjunto de lencería negro, y al menos diez pantis y dos sostenes, además de eso, también empacó un
Antes de que Abigail pudiera procesar a la perfección todo lo que iba a suceder ese día, la chica se puso en pie, se bañó, se vistió con la ropa que había preparado del día anterior y tomo su bolso, en el que estaban las pertenencias que iba a llevar consigo en su pequeña aventura con Gabriel.La chica salió de su habitación, cerro tras de sí y le dio un último vistazo a la casa, sabía que no iba a extrañar aquellos pasillos, pero aun asi la sensación en su pecho no dejaba de ser agridulce, la chica solto un respiro fuerte y fue a la entrada de la casa, en donde ya la esperaba Roy, como siempre.-Roy – dijo ella a modo de saludo, dedicándola una sonrisa enorme y sincera al mastodonte al que, por desgracia ya se había acostumbrado.-Señorita Page – Roy le abrio la puerta del auto y ella entró en él.De inme
Roy vio que muchos de los estudiantes salían de las puertas principales de la universidad, se estaba haciendo tarde y Abigail aun no iba con él, de inmediato el hombre se puso alerta, pero no pretendía ser paranoico, asi que le dio un par de minutos más para que Abigail apareciera con él, igual a como hacia todas las tardes.Sin embargo, a pesar de haber esperado un poco, Roy se puso en sobre alerta y decidió no esperar más tiempo, el hombre reviso en su teléfono desde donde podia tener la ubicación del botón de pánico, el paradero de Abigail y solto un suspiro de tranquilidad en cuanto vio que el botón de pánico estaba dentro de la universidad.Roy fue hasta allí, dispuesto a buscar a la chica, entro en la universidad, recorrió sus pasillos y frunció el ceño en cuanto llego a la ubicación que le dictaba su celular, era una planta más bie
-La encontraran, no te preocupes – le dijo Jack a Dominic después de haber hecho las llamadas necesarias.-¿Puedo estar seguro de eso? – preguntó.-Por supuesto que sí, cuando has visto que te haya quedado mal en algo - solto Jack, y Dominic lo miro con cara de incredulidad – No me mires asi, hermanito, mis hombres van a encontrarla, te aseguro que no tardaran ni cuarenta y ocho horas en dar con ella – dijo, para después quitarle el ultimo sorbos de trago a su hermano y llevárselo a la boca – la pregunta aquí es, ¿Por qué es tan importante? – cuestiono Jack.Dominic trago saliva en seco y siguió admirando del paisaje que tenía enfrente de él.-Porque si – fue la única contestación que dio.Dominic se alejó de Jack, no queria escuchar más sus preguntas y necesitaba estar solo para poder pensar con
-¿Y tú como es que te llamas? – le preguntó la rubia del bar con coquetería a Dominic que había ido hasta el asiento de la chica.-¿Acaso eso es importante? – el hombre la miro de manera coqueta y espero que ella tuviera el suficiente cerebro como para cerrar la boca, él no queria hablar con ella, no queria saber de su vida, no queria ni siquiera conocer su nombre, lo único que deseaba en ese momento era poder follarsela y deshacerse de toda la rabia que sentía por dentro, desquitarse con ella de todo las estupideces que Abigail hacía.-Yo creo que si – ella sonrió delatando sus dientes blancos y perfectos y entonces se tomó un sorbo del mojito que estaba en su vaso.Dominic se inclinó hacia ella y hablo muy cerca de su oído – te prometo que si vas conmigo lo que menos te interesará de mi será mi nombre – musito, mordi&eac
-¡Gabriel! – grito Abigail con desesperación, viendo al hombre que había arriesgado todo solamente por ella.Abigail sentía las lágrimas quemándole en los ojos, eso que estaba pasando era su culpa, toda la responsabilidad era de ella por creer que de verdad iba a ser capaz de alejarse de las garras de Dominic Salvatore. En ese momento, la chica se sintió más indefensa y débil que nunca, y no precisamente por lo que le estaba pasando a ella, en realidad ella no tenía miedo de nada de lo que Dominic pudiera hacerle, en ese momento su único miedo estaba en Gabriel.Para Gabriel por otro lado, todo estaba sucediendo demasiado lento, veia a Abigail gritándole y luchando contra los hombres que le tenían los brazos agarrados, y queria decirle que estaba bien, que no se preocupara por él, pero no podia hablar, o gritar, el hombre se sentía como una hoja de papel que es