Toma la braga y se la baja con la ayuda de sus manos dejándola un poco debajo de las rodillas, toma la braga y la huele una vez más, su aroma era demasiado excitante para él.Ahora ve a su va.gi.na descubierta para él, la ve como un depredador a su presa.Humedece su nariz en ella logrando su objetivo, oler mientras llena su boca con ese líquido tan sabroso, su olfato estaba profundizado en el perineo, saca su lengua y la sube con lentitud, como si paseara en un museo y no quería perderse nada.Llega hasta la horquilla y hace unos círculos a su alrededor, luego lame de arriba abajo con rapidez en esa misma zona, se detiene y vuelve a subir llegando a la apertura va.gi.nal.Mete su lengua y la saca seguidamente, hace círculos dentro de ella y sube un poco su lengua para tocar con la punta el techo de su entrada.—¡Ah! —Sam gime y se arquea.Su lengua se mueve nuevamente como puede dentro de ella y lame, saca su lengua, une sus labios en una O cerrada y lo coloca en la apertura de su va
Alessandro se empujaba como un vaivén mientras gruñía, no solo se estaban despertando con la persona que le gusta sino también tenían sexo mañanero y muy delicioso.Al terminar, Alessandro se tumba a su lado con la respiración acelerada, se voltea para besarla y una llamada los interrumpe, Ale le tapa la boca a Sam, espera un ratico a que su respiración se neutralice y contesta tranquilo.—¿Aló? —Escucha la información y su ánimo cambio a preocupación—. De acuerdo, voy para allá. —Y corta la llamada.—¿Sucedió algo? ¿Estás bien? —Se preocupa por él.—Son cosas del trabajo —dice nervioso y besa su frente.—Si quieres te acompaño. —Él se levanta y ella también.—No es necesario nena, tú debes descansar, volveré lo más pronto posible para cuidarte, te quiero y no quiero que te llenes de estrés. —Besa su frente y se comienza a vestir.—Está bien.Alessandro estaba grave, pero Sam trataría de calmarse para poder ayudarlo, dos personas alteradas no iban a conseguir nada bueno sino solo dest
Eso es bueno, al menos se llevan bien, Sam no ha logrado que Lourdes por lo menos le agrade Alessandro, tal vez es porque Lou conozca un secreto de él y por eso quiere que estén separados, últimamente Lourdes ha intervenido en el pensamiento de Sam, prácticamente mete cizaña para separarlos.Lourdes y Agustín siguen discutiendo, nadie sabe por qué. Se escucha por toda la casa una puerta cerrarse con fuerza callando las risas de las personas que están en la cocina.Lourdes llega a la cocina y estaba furiosa, ve a su mejor amiga y se queda al frente de ella.—Acompáñame —pide sin quitar su enojo.—¿A dónde? —Sam no comprende.—A donde sea, me quiero ir de aquí. —Se cruza de brazos.—No irás a ningún lado. —Agustín aparece detrás de ella.—Pues si me voy, tú y yo no somos nada así que puedo hacer lo que se me dé la gana. —Sam se sorprende, Lourdes no se voltea a mirarlo.—¡Deja de exagerar! Solucionemos las cosas como una pareja madura, me terminaste por una estupidez. —Ella se voltea br
—De nada, entonces preciosura, ¿Tienes novio? —toma su mano y le deja un papelito.—Pues si lo tiene —dice una voz conocida detrás de ella y el chico se asusta, ella se voltea y ve a Ale molesto.—Lo siento jefe, no sabía. —Y se va un poco avergonzado, ¿Jefe? Sam lo mira mal.—¡Genial! Ya lo corriste con tus estúpidos celos, ¿Qué demonios te pasa? —Ella también se puso molesta.—¿Yo? ¿A ti qué te pasa? ¿Qué haces aquí? Deberías descansar como te dijo el doctor. —Se cruza de brazos.—¿Descansar? Anoche y esta mañana tuvimos sexo, ¿Eso es descansar? Porque aquí hago menos de lo que tú y yo hacemos—discute.—No veo que te quejaras cuando te lo hacía o bueno si, pero te quejabas para que no me detuviera. —Ella se ríe.—Solo vine a pasarla bien con mi amiga, esta despechada porque el imbécil de tu amigo Agustín, el cual ustedes son tal para cual, metió la pata con ella, y solo la estoy apoyando, también quiero pasarla bien y tú llegas reclamándome, corriendo a cualquier chico que desee sol
—¿Soy aburrido? —Expresa un poco ofendido y la hace reír.—No, simplemente tuve un día cansado, tengo sueño. —Le da media sonrisa.—Pero son las ocho. —Mira la hora en su celular—. No pareces la embarazada fiestera que conocí en la barra hace unos minutos —se burla.—No es eso, si me gustan las fiestas, pero parece que hoy no es un día de esos. —Vuelve a bostezar.—Está bien, si quieres te llevo a tu casa para que descanses. —Ella se niega.—No quisiera molestarte, además, no tengo ánimos de llegar a casa hoy. —Observa sus manos avergonzadas.—No habría por qué molestarme, eres tan bella que haría lo que tú desees. —Toma una de sus manos y las besa—. ¿Quieres ir a mi casa? —Ella lo mira indecisa.—Tal vez, ¿Queda muy lejos? —No confiaba mucho, pero sentía que no tenía de otra.—Bueno, tal vez ya no sea el dueño, pero vivo arriba de la disco, un departamento, si tenemos un negocio como estos, es mejor cuidarlos desde muy cerca. —Ella asiente comprendiendo.—De acuerdo, dormiré un rato
—Me viste desnudo, me comías con la mirada y, ¿Aun así me ves cómo amigo? —Arquea su ceja.—Yo he visto a mis amigos desnudos. —Se ríe.—Pero yo soy diferente, yo no quiero ser tu amigo, quisiera intentar algo con vos. —Le sonríe.—Tendría que pensarlo. —Agacha la cabeza incomoda.—No lo pienses, si te dejo pensarlo, habrá menos tiempo de un sí, se dice que mientras más lo piensas, no te arriesgas. —Le sube la mirada y él hace un puchero como un pequeño, haciéndola reír.—Tendría que pensarlo igual, además, yo me voy el lunes a estudiar fuera del país. —Aprieta sus labios.—Que mal, me mantendré en contacto con vos, no quiero perderme esta hermosa sonrisa nunca. —Besa su nariz.—Vas muy rápido, ¿No crees? —Se sentía algo incomoda.—No, me interesas demasiado, y creo que con citas podemos llegar a tener algo, y sentir cosas más fuertes de las que siento ahora. —El chico estaba muy insistente.—Noah yo… —La interrumpe con un beso, pero está mal, ella ama a Alessandro, o podría tomar est
“Mi amor, dame la oportunidad”, mensaje de Noah.“Tendríamos más de diez hijos, quiero tener algo serio con vos” mensaje de Noah.A Alessandro no le ha gustado esos mensajes y no podría despedirlo tampoco.—¡Dame mi teléfono! —exige y él se voltea alzando el celular. Alessandro respira profundo para no perder la calma.—No hasta que me escuches. —Necesitaba calmarse, no podía actuar como un celopata.—Ya sé, no soy sorda, si te voy a acompañar. —Daba leves saltos para poder alcanzar su celular.—Está bien. —Queda más tranquilo.—Ahora dame mi celular. —Se cruza de brazos considerándolo injusto.—No, no dejaré que sigas hablando con ese maricón —responde frío sin poder aguantar sus celos.—Él no es marico, me besó y por lo tanto no lo es, tú sí. —Lo provoca molesta y Alessandro la toma por la cintura juntándola a su cuerpo.—Dame ese culo para que veas que no soy marico. —La seduce para quitarle lo enojada, tal vez estaba celoso, pero al decirle marico puede que lo ha retado.—Si te lo
Él asiente dándole la razón, nuevamente se siente mal por haberlo juzgado antes de escucharlo. A pesar de todo, él tenía sus secretos, pero por el hecho que quiere protegerla.—También que prestar dinero es mal pagado —agrega y ella asiente.—Entiendo, ¿Qué hora es? —Él alcanza su celular y lo prende.—Son las tres y media de la tarde. —Ella se acuesta.—Está bien. —Besa su pecho.—¿Qué harás con el hermano de Sofía? —Trata de disimular sus celos.—No comiences Ale, estamos bien, no lo arruines, solo tendremos citas, pero si pasa algo te avisaré, ¿De acuerdo? —Lo mira y besa sus labios.—Ok —dice en un gran suspiro. El teléfono de Sam suena y se iba a levantar para buscarlo, pero él la detiene—. Yo lo busco preciosa, tranquila.Le guiña el ojo y se levanta desnudo. Toma el celular en la esquina donde lo había dejado, ve la llamada y le ha desagradado el nombre, se da media vuelta y la ve molesto, ella esta extrañada, pero él contesto.—¿Aló? —Tiene una voz ronca.—Hola, por favor con