Su agarre y su forma de hablarme me hace sincerarme un poco, como si ella fuera la mujer maravilla y todo de ella fuese la soga de la verdad.Ella esboza una sonrisa y me hace sentir seguro.—Te esperaré el tiempo que sea necesario Ale —me dice y me impulsa a darle un beso.—Por eso te escogí, eres perfecta, me entiendes, me aceptas como soy, me obedeces, eres paciente y no me siento obligado a nada —digo mientras sigo dándole piquitos.—Lo que sea por mi papi —sujeta mis labios y mantiene el beso.Sus palabras me hacen sentir bien, pero ella no me ama, dijo que me tiene cariño, el mismo cariño que yo le tengo a ella.Aunque me niegue algunas veces, me gusta cuando se preocupa por mí… y ahora recuerdo cuando ella se me declaró y yo desaparecí por un tiempo de su vida.Admito que no hice lo correcto, pero tuve miedo, ¿Ok? No quería que el amor dañara lo que tenemos, pero creo que yo lo arruine, de igual forma, el amor también tiene la culpa.Pero sé que ella no me ama, porque c
Me levanto, un poco mareada, casi me caigo, pero Ale me sujeta, me volteo a verlo y le sonrío. Ale tiene buenos reflejos como para estar al tanto de su conversación y sostenerme a tiempo. No soy amiga del alcohol, me embriagó rápido.—¿Estás bien? —me pregunta, parece preocupado.Llevamos rato bebiendo y que tomo los tragos como si fuese agua, claro que no estoy bien.—Sí —respondo con una ligera risa.Me incorporo y me quito el vestido, siento la mirada de Ale comerme que me dieron ganas de follar, sin embargo, no seré fácil.Lou se levanta y también se quita su atuendo, caminamos al agua y al tocar mis pies la siento fría, aún así, me adentro en ella hasta que me llegue al pecho. El mar está tranquilo por el rompe olas y hasta el agua se ve clara.—Que linda está el agua —dije logrando ver mis manos.—Es verdad —me apoya.—Hola —se aproximan dos chicos a saludar.—Hola —Lourdes se pone amable.—¡Que guapos son! —se me sale el halago gracias a los poderes del alcohol.—Gra
—Gracias —agradezco a pesar de que no quería cooperar.Fue algo hipócrita, pero bueno, la tolero por Agustín.—¿Querés que te esperemos? —me pregunta mi mejor amigo.Yo veo a Lourdes quién parece salirle humo por las orejas de la furia y hago una mueca.—Nah, mejor váyanse, no sé cuánto me tardaré.—Vale, entonces hablamos mañana.—Dale bro. Me despido de él con una chocada de manos y de Lourdes m pido de lejos con un gesto con la cabeza. Guardo las cosas de Sam y mías en el auto, y luego voy a buscarla en el auto, no es que estuviese lejos, pero creo que sería bueno aproximar el auto.Entro al club y pido una cerveza en el bar porque si no consumes algo, te sacan, no sé como llevaran la cuenta, pero me parece un excelente control, de igual forma, sacar a alguien es poco común ya que por bailar da calor y dan ganas de beber.Busco a Sam por la pista de baile, ella se mueve bastante bien, no dudo que esté bailando, en lugar de eso, solo encuentro a otras minas bailando, sus m
Estoy desconcertado, ¿Qué hice? ¿Le estaba hablando en serio? Bueno, no importa… reaccionó de mis pensamientos y logro ver a Sam bajar por las escaleras, camino con prisa y al tenerla cerca, le sujeto el brazo halándola a mí haciendo que nuestros cuerpos se unan.—¿Ale? —se ve sorprendida.—Finalmente te encuentro angelito —beso su mejilla aliviado—, ahora nos vamos.Estoy contento, pero ella no, por lo que se despega de mí.—No ha terminado la fiesta, así que me quedo —se aleja de mí y termina de bajar las escaleras.Yo la sigo, la tomo de la cintura y la cargo en mi hombro.—¡Bájame! —me pide inquieta.—No angelito, nos iremos a casa porque estás demasiado ebria como para continuar en la fiesta —respondo con autoridad.—¡Ebria tus nalgas! —dice en risas— ¡I am fine! —grita como loca.—No lo estás.Con la mirada busco la salida y me dirijo a ella, mientras lucha por su libertad. Llegando al estacionamiento, alguien grita, está gente está loca.—¡Hey, idiota! Sigo mi cami
Llegamos a la residencia y bajo a Sam cargándola en mi hombro, luego a mi edificio, subimos el ascensor y al llegar a mi puerta, la bajo, colocándola a un lado mientras la sostengo para que no se me caiga.—Ale —ríe y por más que sea contagiosa, me contengo.—Angelito, deben estar durmiendo —le susurro y ella asiente como nena traviesa, nada parece indicar que me hará caso.Abro la puerta y entramos, luego cierro la puerta después de nosotros. Sam empieza a depositarme besos en mi cuello y yo nos guío cuidadosamente hacia la habitación por la oscuridad, me tropiezo con algo y me quejo, por lo que Sam se ríe más, finalmente llegamos a nuestra habitación.Abro la puerta y la luz del pasillo se enciende, yo me asusto por la sorpresa. Me volteo para disculparme por despertar a alguno de mi familia y veo a mi madre, por lo que suelto a Sam y esta se sienta en el suelo.—Que bueno que ya han llegado de la playa —me sonríe y ve a Sam, espero que no lo mal piense.—Estuvo divertido seño
—¿Qué pasó ayer? —intento recordar.—Esa es una excelente opción de película, es cómica, me gustaría verla de nuevo y contigo seguramente es mejor. —bromea y me hace reír.—No Ale, hablo de verdad, ¿Qué sucedió ayer? —insisto.—Nada de lo que debas preocuparte angelito, te cuidé muy bien, así que solo come y vístete —se levanta de su silla y besa mi frente.Ale tarda en separar sus labios de mi piel y yo lo disfruto con los ojos cerrados, doy un suspiro complacida, pero luego siento un cosquilleo, mierda, lo quiero demasiado, y aunque se despegue me siento bien con su presencia.—¿A dónde vamos? Lo veo y lo examino, sus labios me hacen quererlo más a mí.—Solo hazlo angelito, pro favor —exige con delicadeza.—Vale, mandón —bromeo—, ¿Cuánto tiempo tengo para salir? —pregunto mientras empiezo a comer.Está a punto de responderme, pero recibe un mensaje al que lee y luego su humor cambia.—Solo come y arréglate, saldremos en lo que estés lista —responde irritado.Hago lo que
—¿Me estás diciendo gorda? —la veo ofenderte y me impresiono.—Angelito, no sé de dónde sacas esas conclusiones, te dije que te ves sexy y que estás rica con todo, además que prácticamente que nadie puede contigo porque eres perfecta.Hasta yo me siento menos porque ella si parece saber lo que quiere y yo no.—Solo bromeo —se ríe.—Eres buena actuando para no ser el día del inocente —admito y ella ríe.—¿Me ayudas a quitármelo? Muerdo levemente su piel y ella se queja, pero me sonríe a través del espejo.—Claro —le respondo encantado y ella me sonríe mientras se muerde su labio muy sensual.¿Cómo no me di cuenta antes de que es el mismo vestido? Obvio, solo me concentro en ella.—Disculpe joven, pero ese vestidor está ocupado —escucho a alguien detrás de la cortina.—Lo sé.Pongo los ojos en blanco y me volteo para solo sacar mu cabeza fuera del vestidor y ver a la empleada.—Solo ayudo a mi novia con el vestido —le sonrío.—¿Algún problema con el vestido?—Se le atoró.
—¿Cenar como una cita? —Me mira extrañada. —Algo así, como amigos, ¿no? M****a, que tonto soy. —Ok —ella sonríe y me besa, al menos no lo tomó mal. Entregamos los vestidos y nos fuimos sin comprar uno, tal vez otro día nos dediquemos a comprar en vez de follar. Llegamos al apartamento y nos arreglamos para salir a nuestra cita entre amigos. Mi corazón está roto y Sam merece a alguien sano. Llevo a Sam a un restaurante italiano de nuestras familias, el que acabamos de abrir hace unas semanas. Le hago un tour y además hablo de nuestras comidas a ver si se le apetece una de ellas, además de probar al personal. He comprado el local y he hecho algunas remodelaciones, pero sobre los empleados, lo hizo mi asistente y nadie sabe que soy el jefe, pero ahora ya lo saben, espero que no se pongan nerviosos. Luego del tour, nos indicaron nuestra mesa, Sam pidió lasaña como cena y yo pedí el Babà como postre, el mesero toma nuestra orden y se va con el menú. —¿Qué es el babà? —me pregunta el