Darek Archer

Ver a mis hijas encontrar a sus parejas destina tan jóvenes me provoca cierta nostalgia, mi niña Kaily no merece estar al lado del monstruo que es Lucían mientras que me siento traicionado por mi beta que oculto la verdad por dieciséis años, él siempre supo que Kayla es su mate, pero prefirió callarlo a decirme la verdad, ¿Por qué tomo esa decisión? Es lo que me pregunto al ver su rostro inexpresivo.

—¿Por qué lo ocultaste? —interrogué en su mente, no recibí respuesta alguna, ni siquiera lo vi mirarme. Es como si no hubiera nadie dentro de su cabeza, ellos le hicieron daño, Lucían incumplió nuestro acuerdo de garantizar la seguridad de Emeric—. ¿Qué le hiciste? —cuestione hacia el vampiro trayendo la atención de todos a mí.

—Debes ser más específico —dijo con una sonrisa.

—¿Qué le hicieron a Emeric? Dijiste que no le harías daño —le mostré mis ojos rojos, furioso con ese vampiro.

—No le hice daño, él sigue en una pieza… aunque no puedo decir lo mismo de su mente —murm