De humana a esclava, una mente consiente atrapada en su propio cuerpo sin poder hacer absolutamente nada. Recluida en un frío sótano con tres chicas más en las mismas condiciones deplorables, con marcas de mordidas en sus muñecas, cuello y otras partes de sus cuerpos, sin voz, ni emociones más que los gritos en sus cabezas pidiendo a sus captores que se detengan o que terminen con sus vidas de una vez por toda.

Ninguna podía hacer el más mínimo intento de escaparse, ya que sus cuerpos solo obedecen las órdenes de sus captores, ellas solo eran un simple juguete. Maltratadas, heridas hasta la muerte con la idea de que al fin se librarían de todo, sin embargo, la tortura volvería a iniciar al día siguiente después de que ellos le daban su sangre asquerosa para que se recuperaren de todo lo que le habían hecho a su cuerpo durante la noche.

Los vampiros podían curar sus heridas, sin embargo, las mentales nunca se repararían, ya que las quiebran sin siquiera darle la oportunidad de llorar m