Kalen ArcherSu mirada destila odio, le mentí con dejarla ir después del hechizo, sé que en algún momento debo liberarla, sin embargo, al menos me gustaría que se fuera sabiendo que no todos los de mi especie somos iguales.—Quiero irme —expreso.—Lo haré, créeme —digo recostando mi espalda de la pared mientras me cruzo de brazo, ella se encuentra sentada en un sofá en la habitación en donde la tengo de invitada, no quiero utilizar la palabra cautiva, ya que como dije, no la tendré aquí por mucho tiempo.—Eres todo un mentiroso, ¿Qué clase de alfa eres al no cumplir tus palabras? —cuestiono, sé que dirá cualquier cosa con tal de dañar mi ego, pero no soy tan débil.—Bien, te prometo de nuevo que solo necesito algo de ti y te puede ir —me miro como si me hubiera salido
Lucían FairfaxDesde hace siglos mi corazón es como un foso oscuro, sin fondo y con la sed de muerte, destrucción y mostrar poder. Al principio de mi transformación, me encontraba confundido, hambriento y lo peor de todo, solo. Un momento me encontraba peleando contra una criatura que andaba en el bosque, matando nuestro ganado, niños y mujeres, le temíamos tantos que duramos años dándole en sacrificio a nuestro primogénito.Mi aldea no tenía la remota idea de quién era, se volvió una costumbre entregar a nuestro primogénito en forma de calmar el hambre de la criatura oscura que merodeaba el bosque, esperando paciente por sus ofrendas. Soy el segundo hijo del curandero del pueblo, me enamoré de una joven y me negaba rotundamente a entregarle a ese monstruo el fruto de nuestro amor.En ese entonces mi hermano Alexander que se llamaba para aquella época, Atelier también se encontraba en una relación con la hija del líder de la aldea, no quería pasar por lo mismo que yo y así fue que lo c
Después de vivir dos siglos me encontraba cansado, no quería seguir viviendo y busqué formas de morir sin éxito alguno. Deseaba revertir lo que me había sucedido, sentía que no era normal vivir tanto tiempo hasta podía sentir la oscuridad arroparme y enterrar mis emociones en un profundo pozo negro.Ese siglo mis emociones desaparecieron, no valoraba la vida humana y la de nadie, asesinaba por placer, pero en el fondo solo esperaba encontrar a alguien que destruyera mi existencia. Termine con pueblos enteros, me encontré con diferentes criaturas poderosas que murieron bajos mis zapatos y puse grandes civilizaciones, adorarme como un Dios, aunque otras me veían como un demonio que llego para castigarlos.Tiempo después volví a encontrarme con Alexander, él había prosperado de manera distinta, se había convertido en un líder de clan que llamaba aquelarre de vampiros. Es el nombre que otorgo a lo que somos, me quede allí viéndolo, vanagloriarse de su poder, sentí envidia y lo rete por su
Jax Archer Llevo el vaso con wiski a mi boca, mi hermano, Kalen y yo nos encontramos en la oficina del alfa, esperando paciente por nuestros padres. Sabemos que mi padre ha despertado, pero sea tomado su tiempo recuperando lo perdido con mi madre, me encuentro feliz de que al fin estemos completo.—Le contaré quién soy a Judy —le digo a mi hermano, Kalen me miro serio; sin embargo, libero un suspiro.—Eres un adulto, no puedo decirte que hacer o no hacer, ya todo se está yendo a la m****a y al menos uno de los dos debe ser feliz, ¿no? —expreso con cierta amargura, me entristece que su mate lo esté rechazando y se esté por casar con otro sujeto. —La diosa lunas los unió por un propósito, sé que tarde o temprano vas a poder estar a su lado —murmuro, confió en que el destino será bueno con él, ya que después de todo, mi hermano es un buen hombre.—Eso espero —susurro antes de que nuestra atención vaya hasta la puerta que se abre mostrando a nuestro padre con un mejor aspecto. Se ve reju
Kayla ArcherDespierto en los brazos de Emeric, nos hemos recorrido un bosque en nuestra forma lobuna, no hemos querido enfrentar la realidad, ni siquiera sé si Lucían nos anda buscando para matarnos por asesinar a su amiga.Espero que mi hermana esté bien, la he defraudado, me siento como una pésima hermana mayor.—Deberíamos volver a la manada —dijo el hombre a mi espalda mientras se sienta, no me acostumbro a verlo desnudo. Somos lobos, es normal ver chicos en pelotas, pero mi mate es distinto, lo deseo y sé que este a mí, pero se controla demasiado bien. —Es lo ideal, ya es momento de enfrentar lo que he provocado —me ayuda a ponerme de pie quedando muy cerca de su rostro. Nos quedamos observándonos, pero este se aleja para convertirse en lobo, suspiro y hago lo mismo.Recojo la maleta con mi hocico para empezar a correr hacia donde se supone se encuentra la manada.(…)Al llegar somos recibidos por guardias que enseguida al reconocernos, se alejan y aúllan dándonos la bienvenida.
Jax ArcherLlevo rato contemplando su rostro pacífico, mi hermosa cerecita tiene sus mejillas sonrojadas, labios separados y su cabello rojo intenso desparramado por mi torso. Es gratificante poder mirar la belleza que existe en ella, suspiro recordando el manojo de nervio que era anoche pensando que la dejaría al enterarme de que está embarazada «¿Cómo podría dejarle? Está loca si piensa que me alejaré de su lado ahora que lleva un cachorro mío en su vientre» sonrió acariciando ese lugar que en unos meses estará abultado.Mi subconsciente me atormenta con una simple oración «quizás ella sea quien se aleje de nosotros al enterarse de que no somos humanos» me entristece de solo pensar en ello, mi cerecita, ¿Qué haré si quiere dejarme? Pienso distraído mientras acaricio su vientre.Se remueve a mi lado y vuelvo mi mirada hasta su rostro ahora despierto, con esos hermosos ojos mirándome con cierta sorpresa. Mi cerecita se sonroja al tener mi atención, es tan tímida y preciosa.—Hola —mur
Kalen ArcherGolpeo, golpeo, golpeo, no me canso de pegar con una fuerza abrumadora aquel saco de box hasta que mi puño encaja tan profundo que termina rompiendo la bolsa y la hare cae desparramada por el suelo del gimnasio personal que tenemos en la mansión. A la distancia mi padre que estaba corriendo en la caminadora me observa con sus cejas alzadas.—¿Algo que decir, Kalen? —interroga tan autoritario como siempre, sin embargo, con ese deje de ternura paternal que solo dirige a sus hijos. Suspiro caminando hasta la banqueta en la que en poco segundo lo tengo sentado a mi lado—. Habla conmigo, hijo —pide dejando una caricia en mi cabello mojado por el sudor como cuando era un niño.—Es mi mate —ya le había contado que la encontré, pero no le di muchos detalles sobre ella.—¿Qué sucede con ella?—Es una bruja del aquelarre Frey, se encuentra comprometida con el hijo del líder —expreso sintiendo el peso de esa verdad sobre mis hombros—. No sé qué hacer para tenerla a mi lado —añado.—
Lucían FairfaxIngreso a la habitación en busca de esa mujer que ha logrado hacerme ver la vida de una manera distinta y que ha dado algo más a este mundo que siempre he visto en blanco y negro. Quizás ella sienta lo mismo por mí, pero en el fondo tengo dudas de si su odio es más grande que lo que siente y esta noche lo comprobaré.—¿Todo bien? —interroga a lo que me apoyo en la puerta del baño tan cerca de esta que puedo sentir el calor que emana desde su cuerpo. Estiro una mano para colocar un mechón de su cabello detrás de su oreja, el sol que ha tomado en estos días en el yate le ha sentado bastante bien.—Sí, nada de qué preocuparse —digo, ella asiente y corto la distancia entre nosotros para poder besar esos labios que cubre con sus dientes, se ve nerviosa.—¿Estás cansada? —interrogo cuando dejo de besarla, ella solo lleva bata esponjada cubriendo su cuerpo del cual me he convertido un adicto.—No —me responde, por lo que llevo mi mano hasta el tiro de la bata para abrirla y dej