Esta mañana quería hacer algunas compras, aprovechando que tenía libre. Después de que Raúl se retiró, me preparé para salir. Tomé Rolls-Royce, este fue mi regalo de cumpleaños a los 21.

Cada vez que ocupaba este auto solo significaba una cosa y es que mi estado de ánimo era el mejor, por lo general lo ocupo para eventos importantes, me hace sentir superior a otros.

Había recorrido unas cuantas cuadras, manejaba como si tuviera todo el tiempo, hasta que alguien se interpuso en mi camino.

—Si no te quitas, tendré que ensuciar mi auto y la sangre no sale tan fácil.

—Marisol, te necesito, ya no sé a quién más acudir. —dijo Gustavo.

—Lo que hayas hecho es tu problema, lo que menos quiero es tener más problemas.

—Si tú no me ayuda tendré que contar todo sobre la fiesta de aniversario.

Gustavo fue quien se encargó en que Valentina llegara, que pareciera todo idea de Alex, además, él consiguió la droga.

—No tiene pruebas que me vincule, al final tú hiciste todo.

—No me provoques Marisol, sab