Yaret marca el número de Félix preparándose para dar una mala noticia, no está acostumbrado a ello, por lo que se siente un tanto incómodo al hacerlo. Al tercer repique Félix contesta.—Yaret, ¿qué ha pasado con mi hijo?—En este momento está siendo trasladado al hospital, fue herido con un arma de fuego, está perdiendo bastante sangre, quizás la bala dio con alguna arteria o vena.—¿Cómo sucedió? se supone que tenías con la espalda para protegerlos.Félix afloja su corbata al escuchar aquella noticia, sostiene con firmeza el teléfono a su oreja.—Conoces a tu hijo mejor que yo, no escucha cuando se le ordena algo. Se interpuso en la trayectoria de la bala que iba dirigida a Mía a pesar de que le dije que no lo hiciera, no prestó atención y fue herido, por suerte la policía y ambulancia ya estaban cerca.—Bien iré para allá enseguida, ¿qué ha sucedido con Robert y Vivian?Pregunta, ya que los escoltas no le dieron mucha información de lo sucedido.—En este momento mi tío se los está
Al fin respiraban un momento de paz al estar todos juntos nuevamente, como siempre debió ser. Por ese día no tocaron el tema de lo sucedido, sino que dejaron tanto Gerard como Mía descansar y disfrutar de sus hijos, sintiéndose por primera vez una familia, pasando esa noche tranquila. Los chicos acostados, las luces apagadas y ambos allí, despiertos con ganas de hacer más que solo mirarse. —Pensé que no te volvería a ver —Mía rompe el silencio, exteriorizando aquello que siente—, verte caer… me traslado al momento en que vi a mis padres por última vez mientras era arrastrada a ese carro desconocido. —Te he demostrado que de mí no te vas a deshacer fácilmente —intenta hacerse el chistoso, no quiere seguir escuchándola triste, mucho menos llorar—, no podía permitir que esa bala llegara a ti, debía hacer algo. —Pudo haberte costado la vida, no estábamos solos, me protegían. —Nada de eso importa cuando la persona que amas está en peligro —Gerard se acomoda para tratar de quedar frent
En cuanto Mía pone un pie en aquella habitación, se encuentra con la mirada vacía y espeluznante de Dylan, haciendo que todo su cuerpo se erice y contenga la respiración. Él hombre que una vez amo, no está por ningún lado, pareciera que tiene frente a ella a su gemelo malvado, además de su aspecto físico demacrado debido al accidente y a la vida que ha llevado. Camina en completo silencio hasta la silla dispuesta para ella, una vez que se sienta le mantiene la mirada. —Aquí me tienes, como querías ¿Qué es lo que quieres? —No era así precisamente como te quería, pero debo conformarme con esto —recorre su cuerpo con la mirada, incomodándola mucho más. —¿Qué es lo que me quieres decir? déjate de rodeos y habla ya —le exige evitando delatarse, no desea que se dé cuenta lo nerviosa que está. —Qué ruda te has puesto, así me gustas más, qué lástima que no será tan sencillo para mí, pero tarde o temprano lo voy a lograr —se relame los labios, para luego sonreír de lado. —Está muy compli
Ninguno de los dos pudo dormir esa noche.Mía pensaba si la decisión que iba a tomar era la mejor y, de ser así, ¿Para quién? Solo quería una vida normal, tener una familia y ser feliz.Gerard, no dejaba de buscar una manera de hacerle ver que esta también podría ser su casa y, qué más que una casa, un hogar donde los cuatro podrían vivir como cualquier otra familia normal.Por lo que recordando cómo se conocieron, se le viene una idea a la mente, que decide ejecutar en la mañana esperando así, que ella entienda la magnitud de lo que sienten. Por qué de algo está seguro Gerard, Mía lo ama tanto como él a ella.Aún no había amanecido, cuando Gerard se levanta de la cama y se va a la oficina redactando un contrato, lo revisa varias veces asegurándose de haber puesto cada punto importante en él.Una vez que siente que todo está cubierto, lo imprime, estampa su firma y lo coloca dentro de una carpeta para dársela a Mía en cuanto desayunen. No puede negar que se encuentra nervioso, Mía no
Después de tener que ir a controlar a la bestia, Mía tomo como medida almorzar juntos todos los días y si había alguna reunión, junta o alguna otra cosa que se interponía en sus planes, entonces el otro lo acompañaría. A Gerard le agrado todo aquello al principio, ya que por lo general, Mía solía tener almuerzos de negocios o cenas, pero cuando era él el que tenía dichas reuniones, no lo pasaba muy bien viendo a sus clientes quedar anonadados por Mía. —¿Cómo sigue tu mal humor? —entra Andrés a su oficina, dejando unos documentos frente a él— me he enterado que estas insoportable y que Mía ha venido a controlar a la bestia. —Es su culpa, se niega a regresar conmigo —se queja bastante irritado— se está vengando. —Mía no se quedaría con los brazos cruzados, es mujer y las mujeres no olvidan. Tienen memoria a largo plazo repotenciada. Andrés disfruta del mal genio de su amigo, al menos con esta aprende a jugar mejor sus cartas. —Esta noche la voy a llevar a cenar, le pediré matrimoni
En cuanto regresan de Italia, Melisa, Sofi y los chicos los esperan en casa para saber los próximos planes, ya que todos dan por sentado de que Mía le ha dado un sí y nada más verlos llegar, se dan cuenta de que es así. —Espero que este nuevo comienzo para ustedes sea maravilloso y que la familia Walker siga creciendo. Carlos hace un brindis en honor a la pareja deseándole lo mejor. —Cuéntanos, ¿ya tienen fecha? —pregunta Leonard esperando que no coincida con sus planes con Sofi. —Sí es por mí nos casamos este fin de semana, pero Mía quiere tomarse las cosas con calma —Gerard la ve de reojo esperando que cambie de opinión y no le dé tantas largas al asunto. —Quiero algo sencillo, poco elaborado y preferiblemente que sea íntimo, que solo estemos la familia y los amigos más cercanos —explica, aunque sabe que será complicado tener una boda así. —Los Ceos más importantes de New York se van a casar, por muy discretos que lo hagan, la prensa se va a enterar. Además, los socios y demás
Ahora era el momento de Mía de vivir un día especial. A pesar de que trato que solo fuera una ceremonia íntima, Nicolás y Félix se encargaron de pedir algunas invitaciones extras para socios y clientes importantes. Era el precio a pagar por ser los Ceos de dos empresas importantes. —Amiga esta preciosa —entra Sofi a la habitación donde se está arreglando. —Y tú te vez feliz, tus ojos brillan y esa sonrisa de oreja a oreja me indica que Leonard está haciendo un buen trabajo, ¿no es así? Mía se acerca a ella dándole un fuerte abrazo, tenían toda la semana sin saber la una de la otra. —Me llevo a Francia, Italia y Grecia, ¡No lo podía creer! Fue perfecto, espero que esta burbuja no se rompa todavía —muerde su labio inferior, dejando entrever su ilusión. —En algún momento deberán enfrentar la realidad, los señores Simmons son un hueso duro de roer, pero Leonard te ama y es lo único que importa. No te dejes intimidar por esa vieja. Los padres de Leonard no le agradan para nada, la se
Diez años después Mía y Gerard estaban sentados en el auditorio escuchando el discurso de su, no tan pequeño, Chris. Era el día de su graduación y al ser el alumno con mejor promedio hablaba en representación de todos los graduados. —Hoy es el último día de esta etapa de nuestra vida, un ciclo más que hemos superado. Ahora, vamos a ir a enfrentar nuevos retos, superar obstáculos y librar batallas que nos acercara a nuestra meta, a la vida real, para muchos, seguir el legado de nuestra familia. Chris ve a sus padres sentados frente a él, viéndolo orgulloso. —Pero no estamos solos. No se rindan, luchen por sus objetivos y dentro de unos años poder rencontrarnos siendo unos Abogados, ingenieros, médicos, arquitectos… en mi caso, Ingeniero en Sistema. No es un adiós chicos, es un hasta luego. Todos los presentes se ponen de pie aplaudiendo al joven Walker. Hasta la fecha, Chris no le había dicho a sus padres lo que quería estudiar y de que empresa llevar la delantera, por lo que ha