Días después
Ya no estoy interesada en controlar el fuego, aunque le hice el pastel de cumpleaños a Ever y sigo recibiendo clases para controlar el fuego, no he avanzado mucho, porque tengo muchas cosas en mente.Aunque sigo cocinando, no lo hago de forma especial como antes. Ahora hago las cosas por hacerlo y lloro en mi habitación en esta maldita cueva sabiendo que no hay manera de cambiar las cosas.— Antonella, ¿Qué es lo que te sucede? — pregunta Ever cuando expando el fuego diez metros.— No sé de qué me estás hablando.— ¿Acaso no te das cuenta que no te encuentras bien? — pregunta Ever.‘¡Claro que sé que no me encuentro bien! ¡Y eso es tu maldita culpa!’ grito enojada.— He tenido suficiente por hoy. Gracias por todo lo que me has enseñado hasta el momento. — digo lista para regresar a la cueCon impaciencia espero la burla de él o que me diga que no estaba hablando en serio, pero, cada segundo que pasa parece determinado en darme lo que ha prometido recientemente.— ¿Por qué te tomarías la molestia de ayudarme? — pregunto confundida.— Ya te lo he dicho, eres familia…— No me digas tonterías, Ever. Porque si fuera familia, no habrías intentado golpearme la primera vez que estuve aquí.— Bueno, tú no güiste muy agradable. Además, los miembros de la familia a veces se dan esos tratos y no por eso dejan de ser familia.‘En eso tienen razón, los Koart, no era muy amorosos entre ellos, pero, cuando necesitaban apoyarse mutuamente, eran invencibles.’ Me digo mentalmente.— Abbas, quiere matarme, por eso, presiona a los hombres lobos de mi manada… por esa razón es que los elimina, ya que, ellos decidieron
Los Nymwere tienen la capacidad de causar mucho daño, porque es como si un tiburón hambriento luchara contra un humano que sangra y lo ha molestado cuando el tiburón solo buscaba alimentarse.Sin necesidad de conocer las habilidades del hombre, uno sabe que no va a ganar, porque físicamente no tienen las mismas características. Eso sucede con los Nymwere, nosotros somos tan fuertes que luchar con un hombre lobos, es simple.— ¡¿Por qué lo hicieron?! — grito enojada aumentando cada vez más el temblor.— ¡¿Qué demonios está sucediendo?! — grita Ever.— Señor… quisimos silenciar al perro, pero, Antonella…Sin dudarlo un solo momento, miro hacia Manuel quien es golpeado por una piedra, asustando a todos. Ever, me observa asombrado, pero, no se atreve a decirme que me calme.‘Si me dice algo como eso lo voy a asesi
Horas despuésNada me importa, ni siquiera lo que pueda o no pensar Ever de mí. Porque mi prioridad es mi esposo y no lo que ellos piensen o el desgraciado de Abbas quiera hacer en mi contra con Robert.‘La vida es complicada gracias a estos tontos.’ Me digo mentalmente.Con lo molesta que estoy, nadie se atreve a causarme problemas, por lo que, puedo disponer de todas las cosas en esta cueva inmensa en la que los Nymwere intentan no toparse conmigo, después de hacer temblar la montaña entera.— Antonella, entiendo que estás molesta, pero, quiero hacer negocios contigo. — dice Ever.— No estoy con humor ni tengo paciencia para tus tonterías. — digo con seriedad.— Es en serio, quiero un acuerdo contigo que estoy seguro que te gustará.— Lo dudo. — digo entrando a la habitación de Edmond para posteriormente cerrar la puerta en su rostro.
Lentamente giro mi rostro para mirar al hombre que se atreve a levantarse y aun caminando mal, sacar todas las frustraciones mientras maldice al hombre como si lo que ha dicho fuera la ofensa más grande que alguien puede hacerle.— Edmond, dime la verdad.— Cariño, estoy diciendo la verdad cuando insulto a ese desgraciados. — dice Edmond.— Quiero que me digas la verdad sobre las muertes de los chicos. Eres el alfa, debes saber si es verdad que han muerto la mitad de los chicos, Edmond. Eso lo debes sentir.— No es la mitad.— Es casi la mitad, ¿verdad? — pregunto con frialdad.Edmond baja la mirada y yo confirmo que es verdad lo que ha dicho Ever, probablemente si ha muerto la mitad de los chicos y él solo quiere minimizar los daños.— Eso es mi culpa.— Antonella, no te estreses, por favor, eso puede hacerle daño al bebé.— T&uac
¿Por qué todo tiene que ser difícil para mí? Cuando estaba en la manada Luna Plateada, vivía con mucho miedo porque era maltratada física y verbalmente, pero, ahora todo es peor, nadie me golpea y tengo un alfa y su manada que me protegen al punto de perder la vida por mí.Pero, no era eso lo que quería, no deseaba ese tipo de sacrificio, no me agrada en lo absoluto. Porque no deseo escoger entre criar a mi hijo sin mi esposo o hacerlo sabiendo que todo lo que él tanto le costó desaparecerá.— No hay algo que meditar, me marcharé con ustedes.— Perfecto.— Pero, no esperes que voy a aceptar ciegamente lo que dices. Si hay algo que no me agrada, daré un paso atrás y que ustedes se encarguen.— Tranquila, ahora a quienes nos enfrentaremos serán a los de nuestra especie que no están de acuerdo con nuestras ideas.‘&i
Pero, a diferencia de otras veces, no siento miedo por lo que pueda suceder, ya que, Edmond parece sanado completamente y a mi alrededor hay suficientes Nymwere para acabar con las tonterías de Robert.— No te preocupes por lo que tenga planeado hacer, los Nymwere…— Yo me haré cargo de este desgraciado.— ¿Estás loco? Es un ejército. — me quejo de inmediato.— Si no puedo protegerte de mí misma especie, ¿para qué sigo con vida? — pregunta Edmond molesto.Su orgullo le impide aceptar algún tipo de ayuda, así que, yo me limito a asentir, para no hacerlo enojar cuando son nuestros últimos minutos juntos.— Es lo mejor, Antonella. Ya que, no es un asunto de nuestra especie, no es necesario meternos. — dice Ever.— Tampoco les voy a pedir que me ayuden. — dice Edmond y de inmediato, me besa y abraza para alejar
Por eso me encanta este hombre, por eso, lo escogí por encima de los inútiles que tenía como prospecto de esposo, porque cuando ellos solo quisieron hacerme daño o ver cómo me dañaban, él deja a un lado su propia seguridad para estar pendiente a mí.Tres lobos son los que están dañando su cuerpo, pero, él deja de pelear para ver cómo podría salvarme de los ataques que estos malditos lobos quieren hacerme, sin importarle que soy una mujer y ellos me superan en número.‘Si quieres usar esa ventaja en mi contra, que no se molesten por lo que yo haré en contra de ellos.’ Me digo mentalmente.Los lobos parecen celebrar ganar, pero, yo coloco mi esfera de inmediato, viendo como sus cuerpos rodean esta mientras ellos aúllan del dolor porque acaban de experimentar. Sonrío complacida por ahora poder controlar esa habilidad, pero, lo que si no puedo
El odio no es algo en comparación a todo lo que siento por este desgraciado que solo merece morir. Pero, contengo todas las emociones que ese bastardo me hace experimentar, porque no quiero ir en contra de los deseos de mi esposo.— Sí, parece que te ha ido muy bien. — dice Robert con enojo.— Pero, no me ha ido tan bien como a ti, ahora te ves más liviano. — digo burlándome porque le faltan varias extremidades.— Oh, eso es gracias a tu querido esposo. Pero, no te preocupes, voy a devolverle el favor. — dice Robert observándome con odio.‘¿Cómo puede ser posible que después de sufrir tanto por el daño que me hizo no aprendió la lección y se marchó lejos a pasar el resto de sus días en paz?’ me pregunto mentalmente.— Él me arrebató mi manada.— Diría que asesinó, porque arreba