Las horas pasan y yo intento fortalecerme mentalmente con los ejercicios que mi entrenador me dice, pero, no es fácil, controlar mi mente para que Edmond no lea mi mente es una cosa, pero, el nivel de control mental y emocional que exige para hacer una proyección que no tengo idea de cómo realizarlo… no es sencillo.
— ¿Qué haces? — pregunta Carolina.— ¿Ya ha amanecido? — pregunto aturdida.— Antonella, me desperté hace dos horas y sigues así, ya me he duchado y desayunado, pero, por mucho que te hable, sigues sentada con tus ojos cerrados como si no fuera contigo, ¿sucede algo? ¿Ahora quieres ser budista o algo así? — pregunta Carolina mientras yo confirmo que han pasado varias horas en las que no he logrado la fortaleza mental que necesito.— Salgan ustedes a buscar pistas sobre Edmond, yo me quedaré aquí.Carolina seCarolina me observa incomoda, como antes cuando hice que nuestra relación se distanciara y nuevamente sucede eso por mi culpa. Por eso, mi vista se nubla sabiendo perfectamente que Carolina no merece algo así.— ¿Qué te sucede, amiga? ¿Por qué estás actuando tan extraño? — pregunta Carolina y yo me lanzo sobre su cuerpo desnudo y enjabonado para abrazarla con fuerzas.— ¡Oh, Carolina! ¡No quiero que nadie muera! — grito en medio de mi llanto.— ¿Qué pasa? Aunque me estés matando no voy a morir, tranquila. — dice Carolina.Sin poder hablar por el nudo en mi garganta, lo que hago es llorar para poder liberar un poco todo el dolor que siento.— Tranquila, llora todo lo que desees, así ahorro agua para quitar el jabón de mi cuerpo. — dice Carolina acariciando mi espalda sin sentirse incomoda por ignorarla y despu&
Nadie se atreve a preguntarme como sé que él estuvo en esa parte del país o si es buena idea ir hasta allá cuando solo es un dibujo mal hecho. Pero, no me sorprende ello, después de todo, soy su reina luna y no se atreverían a cuestionarme.A medida que pasa el tiempo, ellos cambian de posición para que los conductores puedan dormir y yo continuo intentando controlar mis emociones y mi mente. Por lo que, imploro encontrar una nueva pista, ignorando todo a mi alrededor, para poder concentrarme en lo que debo.Incluso, llamo a mi instructor para una nueva técnica, pero, por mucho que cambien de estrategia, las imágenes siguen siendo las mismas.— Esto es agotador.— Son quince horas de viaje. Si pudiéramos correr usando nuestra versión lobo, sería menos el tiempo.— Entonces, coloquen todo el equipaje aquí y que los demás se marchen en sus versio
Mi corazón late frenéticamente porque sé lo que significa que una pelea entre los miembros de la manada de Abbas y mi manada, también me siento mal porque sé que el motivo de esta soy yo.‘Nuevamente estás causando problemas a tu manada. Entonces, Robert fue inteligente al no darme importancia ni mucho menos dejar que yo me relacionara con personas diferentes que no fueran de la manada.— Oh, maldita sea. Si estos lobos no me matan lo hará Mike. — dice Carolina.— ¿Qué deberíamos hacer?— Intentar sobrevivir. — dice Carolina y yo de inmediato, me comunico con los chicos usando nuestro canal de comunicación.— Chicos, deben marchare ahora intentaré distraerlos. Así que, por favor, márchense sin mirar atrás. — digo y Carolina me observa como si estuviera loca.— Ignoren a la reina luna y march&eacut
No quiero alejarme de la manada que tanto ha hecho por mí, pero, tampoco quiero que mueran por quedarse conmigo. Así que, les suplico con la mirada que se marchen, mientras intento expandir la esfera que tanto en clases me dijeron que debía aprender a usar.— No te dejaremos aquí, reina luna. — dice Carolina y yo niego.— Les ordeno que se marchen ahora mismo. — imploro.— No nos iremos. — dicen ellos.‘Expándelo. Visualiza como lo expandes y hazlo.’ Me digo mentalmente recordando las palabras de mi maestro.— No sean tercos. Si se quedan morirán.— También si nos marchamos, porque quien abandona a su rey o reina, destruye el vínculo que como lobos de la manada tenemos. Nacimos para protegerla, reina luna. Así que, no vamos a irnos.Aunque la manada Luna Plateada aun existiera, ellos no vendrían a ayudarme, ni siquiera t
El desespero porque ellos sobrevivan puede más que el miedo a revelar la especie a la que pertenezco, por lo que, uso mi única arma para que ellos se marchen debido al odio que tienen a los Nymwere por todo el daño que mis padres hicieron a los padres de Edmond.Sin duda, están decepcionados y sorprendidos. Por lo que, espero que se marchen, porque es lo que deberían hacer ahora que saben que soy lo que ellos tanto se han esforzado por destruir durante todo este tiempo.— Váyanse, estaré bien e incluso si no lo estoy, solo estaré pagando por ser una Nymwere… algo que no debió nacer. — digo en un susurro.— Chicos…— Quien quiera marcharse ahora, puede hacerlo. Nadie lo criticará por eso. — dice Timoteo.Pero, nuevamente su determinación y terquedad apuntan hacia la dirección incorrecta; hacia mí. Porque aunque veo la decepci&
Por cómo hemos dejado el auto, no me sorprende que debamos cambiar de vehículo para poder marcharnos, sin embargo, a medida que avanzamos noto que el auto donde estoy no es el único que ha sufrido daños por mi culpa.Ya que, los demás autos e incluso las casas que estaban cerca, han sido destruidas por mi culpa… por no controlar mi poder, uno que no sé cómo estuvo oculto durante tanto tiempo.— Bueno, la próxima concéntrate en solo herir a los que quieren hacernos daño, querida. — dice Carolina.— Esto es serio, soy destrucción, yo…— Un momento, Antonella, no vas a compadecerte de ellos.— Los que estaban en el interior de esas casas…— Estamos en territorio enemigo, son ellos o nosotros. Así que, deja de pensar demasiado cuando ellos merecían eso. — dice Carolina sacándome del auto destr
Las horas pasan y nosotros llegamos a nuestro territorio con Mike mirándonos con tanto enojo que Carolina se levanta de su resaca para vomitar, pero, cuando ve por la ventana que hemos llegado a nuestro territorio, la ebriedad desaparece.— Oh, siento que todo me da vueltas. Voy a vomitar incluso mi consciencia. — dice Carolina sintiéndose terrible.— Bueno, ya que vomitaste todos mis secretos delante de los chicos, no me sorprende que no tengas consciencia que vomitar.— ¿Yo hice eso?— Sí, ahora, baja que ya ha llegado tu esposo a recogernos. — digo señalando en la puerta al hombre que se baja del auto para mirarnos con enojo puro.Carolina parece reaccionar, porque incluso deja de tambalearse y se regresa cobardemente para lanzarse a la cama donde seguramente, no deseará salir en lo que queda de vida.— ¡Yo no voy a salir! ¡Que me regresen ahora mismo!
En segundos puedo ver como todas las emociones pasan por sus ojos, desde burla, duda, sorpresa y odio puro. Él está molesto y lo puedo ver por cómo se transforma para lanzarse sobre mí.Por fortuna, los hombres lobos a mi alrededor, se transforman en lobos para detener al hombre que intenta alejarse de ellos para poder atacarme. Carolina, incluso se transforma y lucha con su esposo, como si fuera cualquier lobo sin importancia.Las mordidas dicen que no están jugando y por eso, enciendo el auto y me marcho rumbo al lugar donde anteriormente se encontraba la manada Luna Plateada.Porque aunque sé que debería marcharme, quiero despedirme del lugar en el que sufrí tanto, pero, pudo protegerme del dolor real que merezco por ser un fenómeno que no debió nacer.‘Despídete bien, porque lo más probable es que no regreses.’ Me dice mi mente.— No sé si eres mu