Se quedó en la cocina todavía pensando en lo que Rashid le había dicho. Es que no podía creer que Amina hubiera sido capaz de hacerle eso para ponerla en un aprieto. No era una broma cualquiera, de hecho era algo de mal gusto y no se lo imaginó venir de su parte. Estaba convencida de que luego la llamaría para hablarle al respecto. Por el momento se contenía de hacerlo ya que en cualquier momento podría retornar el magnate y no quería que interviniera. Terminó de servir la comida y aguardó por su llegada. Pues hace rato que se había ido para contestar una llamada, no era nada raro que a cada rato le llamarán al teléfono, siendo un hombre demasiado ocupado y con negocios por doquier, muchísima responsabilidad sobre sus hombros que al reflexionar un poco sobre ello, entendía que muchas veces pudiera sentirse agobiado. Ella no podría imaginarse una situación parecida. Aunque ya se sentía lo suficientemente estresada con todo el asunto del compromiso y la fiesta, Además de que no deja
Y cuando la muchacha por fin tomó la bolsa de mano y se dirigió la salida, abrió la puerta y los ojos del hombre se clavaron en su fisonomía quedando boquiabierto ante lo que admiraba parecía otra persona, tan distinta y llamativa que no podía creerla real, pero sí lo era. Tragó duro, y también trato de disimular el efecto poderoso que había causado hay que hay imagen sobre él. Por supuesto quiere hermosa hasta en pijama, pero así era otro nivel. —¿Te vas a quedar allí mirándome o ya nos vamos? —expresó mientras se atrevía a deslizar una sonrisa victoriosa a sabiendas de lo que había provocado en él. —Estás preciosa, pero sigues teniendo esa actitud. —Y no cambiaré, así que ni lo sueñes —le señaló mientras avanzaba por su lado pero él se apresuró a tomarla por la cintura y obligarla a avanzar a su par. Gruñó, mas no se sacudió, ni lo intentó, Además de que la palma abierta del hombre sobre su cintura le transmitía seguridad y una oleada de calor atravesando cada parte de su piel
Cómo si fuera todo un caballero, él fue el primero en bajar del automóvil y luego de rodear su flamante y deportivo auto, se aproximó a la puerta de copiloto entonces procedió a abrir la portezuela, pero en su mente la muchacha estaba enfadada porque era algo que ella podía hacer sin ningún inconveniente, aunque luego pensó que lo hacía solamente, Y eso era más que obvio, para llamar la atención de esos desconocidos varados en la entrada principal. Cuándo bajó, no podía creerlo, la lluvia de flash sobre ambos, no paraban, ella intantaba ocultar su rostro pero era imposible ante la luz casi cegadora cayendo sobre los dos. En lugar de apresurar a la entrada el magnate la obligó disimuladamente a atender a esos periodistas que buscaban encontrar información e incluso alguna primicia. —Solo debes seguirme la corriente y sonreír, haz eso y todo estará perfectamente bien —le dejó saber al oído y ella en lugar de sentirse aliviada solo se llenó de más tensión y ansiedad pero increíblement
La fiesta de compromiso o pedida es una celebración íntima y familiar en la que el novio pide la mano de su enamorada a su futuro suegro y a continuación tiene lugar un pequeño festejo. Sí, un momento especial que debería ser inolvidable, pero ese no era el caso. La fiesta de compromiso o de pedida suele ser una celebración familiar que gira alrededor de los novios, los padres de los novios y de la familia y amigos más cercanos. Tiene como principal objetivo oficializar el compromiso de una pareja presentando a las familias entre sí y dar comienzo a una nueva etapa. Debe ser una decisión de la pareja, porque la elección del lugar está relacionada con el estilo del evento y marcará el resto de la celebración. En el caso de la fiesta de compromiso se eligen lugares íntimos, como celebrar en la casa de la novia un bufet o una cena informal. Y en este enorme salón privado solo hay eso, pero la armonía no existe en realidad. —Hola, soy Linda Scoth, y ansiaba mucho conocerte. ¿Te puedo d
—Y ya no está conmigo y sé que no volveré a verla jamás, es lo más triste de todo, que me arriesgué y me precipité para poder mejorar nuestra calidad de vida y ya nada tiene sentido —bufó sonoramente. —No digas eso, a pesar de las circunstancias difíciles y de momentos complicados, eres una chica muy fuerte y no debes pensar que la vida ya no tiene sentido, porque no es así, aún te quedan muchos años por vivir y siempre van a surgir nuevos objetivos, metas y sueños por alcanzar, tú estás llena de tanto y de todo eso. ¿No es así? —No creo eso, ni siquiera me di a respetar como mujer y como persona y simplemente me dejé llevar por un impulso, ahora vivo en las consecuencias. Rashid, es un hombre millonario y que podría tenerlo todo a sus pies, de hecho obtiene lo que quiere sin ningún inconveniente y siempre me he preguntado la razón por la que él me eligió. Es decir, ¿por qué daría tanto dinero por mí? No soy nadie a su lado, y si solo quería ayudarme, ¿por qué? Demasiadas preguntas
Un hombre un tanto afeminado, se presentó como El fotógrafo Robert Jones. Y con ello en un lugar adecuado comenzaron los disparos de flash. El agobio que sentía en ese momento era descomunal ya estaba harta de sonreír y sonreír sin parar para la cámara y fingir que se sentía sumamente contenta con toda esta situación, cuando nada era cierto y solo sentía unas increíbles ganas de huir de todo eso y dejar atrás una mentira tan grande como esa. A pesar de todo, la muchacha por unos segundos incluso los que se llegaron a convertir en varios minutos, sintió como si toda esa falsedad cambiaba de significado y se volvía algo real. Tanto así que el magnate también había incrementado de alguna forma sus nervios de forma colosal. Estaba nublando su cabeza con solo el perfume que tenía colocado, o cuando la miraba de esa manera que la confundía tantas veces, ya no sabía que pensar de ella misma y sinceramente se veía perdida en esos faroles qué le daban cada cierto tiempo un vistazo, tan llenos
—Soy una tonta, por eso. Entonces bajó la cabeza molesta consigo misma, por no saber manejar sus emociones y abstenerse de ceder a ese hombre que justo buscaba eso, verla caer y como en otra ocasión también en ese instante lo había logrado con ella. Victoria no quería hacer esa chica de nuevo que cedía, pero él había vuelto a ganar. Además de que cada vez que había un roce, un beso o algo más entre ellos su estabilidad emocional se iba en picada y se complicaba más, quedando mucho más enredada que antes en sus propios sentimientos. Eso no era justo para ella. Se iba a retirar de inmediato porque ya no quería estar cerca de él, pero el hombre fue más listo y lo detuvo tomándola por el brazo sin pretender causarle ningún daño, de hecho su tacto era delicado en ese momento. Ella hizo un esfuerzo sobrehumano para no perderse de nuevo en esos ojos que la observaban de intensa manera, suspiró hondo antes de proceder a mirarlo otra vez. ¿Qué era lo que pretendía? Vez tras vez se cuestion
A medida que pasa el tiempo y empiezas a crecer, algunas ideas que tuviste en determinado momento se convierten en otras, se transforman, algunas se descartan y ya no existen más o dejan de tener ese sentido que antes le veías, pero hay cuestiones que se quedan intactas en tu cabeza incluso con el paso de los años y una de ellas es los momentos felices y agradables que vives al lado de las personas que más te importan. No hay nada que pueda sustituir la alegría que trae estar cerca de la gente que te quiere y te brinda el mismo apoyo y amor. ¿Qué es lo que sucede cuando pierdes todo eso y solo te quedan los recuerdos? Algunas personas piensan que ya no tiene sentido vivir, pero un segundo se convierte en minuto y los minutos forman las horas y luego el dolor habita los días y en ti, sin embargo se puede seguir viviendo. Es posible seguir adelante con la determinación adecuada. Flash back. Victoria solo tenía cinco años y medio cuando sus padres la llevaron por primera vez a la pl