Imposible resistir

Heitor

Las cosas se habían salido totalmente de control y la mayor prueba de ello es que estoy volviendo a casa de Angra en compañía de Lizandra y no de Catarina, como sería lo esperado. 

Intenté no mirar en dirección a la chica silenciosa a mi lado, pero fue imposible ignorar el vestido empapado por el líquido rojo cuando los picos de sus pechos estaban casi perforando el tejido de la ropa.

Apagué el aire acondicionado del coche y encendí el aire caliente, aun sabiendo que pronto estaría sudando dentro del vehículo. Mejor estar sudado que excitado, pensé con disgusto.

Por suerte, el trayecto sería rápido, máximo diez minutos y pronto estaría

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