- Y así será de ahora en adelante, por cierto con lo de hoy estaba pensando que cuando nazca James debes ingresar a clases de defensa personal. “Me parece una buena idea” - Si porque ese loco sigue obsesionado con ustedes y me preocupa que quiera hacerles algo cuando yo no esté cerca, porque ya lo
- Ah… esto sí es vida – opinaba Sophia, quien en esos momentos disfrutaba de un baño de burbujas en la tina con una copa de vino blanco. Justo en eso sonó su celular, por lo que dejó su copa a un lado haciendo una mueca y busco tomar su teléfono. - Ash… ¿quién? – se quejó mientras desbloqueaba el
Ernesto y Casandra miraban la nueva actitud miedosa de sus padres, eso era extraño porque estando prisioneros habían actuado de forma desafiante y ahora grosera, pero tras las palabras de ese extraño policía ahora estaban temblando… como si hubiera mismo al mismísimo diablo en persona. - Pss… herma
Sus acompañantes estuvieron de acuerdo con ese plan, por lo que buscaron ingresar los 3 a la sala de interrogatorios donde estaba la joven. Por su parte Casandra se encontraba ansiosa, era una habitación pequeña, estaba inmovilizada y el silencio en el lugar era demasiado perturbador para ella. Ju
Casandra se asustó al ver escuchar eso, porque no deseaba pisar la cárcel por culpa de la muda e igual podía notar que Nico se estaba controlando para no cumplir con su amenaza. - Entonces ¿cooperas o te hundirás? – declaró el detective sonriendo de lado. - Yo… - Casandra ahora se notaba angustiad
- Y con esta información confirmamos que sabías perfectamente que tu apellido no es Anderson y que toda tu vida era una mentira – indicó Nico. - De acuerdo, lo confieso… lo sabía desde un principio, pero ¿y qué? todo eso fue cosa de mi padre, no mía. - ¿Y tú hermana? – preguntó el detective. - Es
Al salir de la entrevista los 3 hombres sonrieron, porque consiguieron lo que deseaban. - Entonces Andrea estaba en lo cierto y Federico trabajó con ese sujeto – dijo molesto Nico al recordar los papeles que Cristian le enseñó. - Obviamente por la edad, hablamos de que eso fue un trabajo del anter
- Wa… qué hermoso – dijo la pelinegra admirando la hermosa pieza. “Me gusta” - Disculpe ¿qué precio tiene? – Carolina se miraba muy interesada en el collar. - Perdón señorita, pero no está a la venta. - Que… am… entonces ¿porque no los enseña? – eso la confundió, haciéndole creer que el vendedor