~~~Levy.Estoy esperando a la señal de Ateba, la cual nos dará a través de Sanjay, mientras estoy viendo cómo una bruma blanquecina está saliendo de Ana y me temo que esa es la propia Ateba, quien está dando su existencia para salvarnos a todos nosotros, aunque no estoy muy seguro, puesto a que va dirigido a una especie de puerta revestida de humo negro."Voy a actuar", le digo a mi lobo interior, pero parece no estar de acuerdo, "¿Y si es muy tarde y estamos perdiendo a Ateba?", le hago notar, sin embargo, no logro que él entienda de que cada minuto perdido puede que no lo recuperemos."Yo confío en mi pareja destinada, muy a diferencia de ti, Levy. Si ella ha dicho que esperemos a su señal, lo haremos", me responde y yo respiro profundo, al tiempo de que la angustia hace nido en mi cabeza, la cual crece como un monzón dentro de mis pensamientos, mientras sigo viendo cómo la bruma blanquecina se pierde en la oscuridad."¿Y si algo está saliendo mal? ¿Algo que ella no previó?", le di
~~~Ana.Los temblores de la puerta macabra comienzan a acrecentarse con cada instante que pasa, mientras las palpitaciones de mi corazón se aceleran. Pero me digo que, lo que sea que quiera salir de este abismo lo debemos enfrentar, luchando hasta la muerte si es necesario, de lo contrario, todo estará perdido.Finalmente, lo que sea que mantenía cerrada esa puerta cede en un estallido por donde salen varias lenguas de humo negro, las cuales se van materializando en siete figuras altas y monstruosas poco a poco.―Lo que sea que pase, estoy a tu lado―me dice Levy, lo que me da una escalofrío que me cala en los huesos.―Pase lo que pase, recuerda que tu prioridad son nuestros hijos, tú me lo has jurado―le recuerdo y él me presiona la mano en apoyo.―Lo que sea que pase, no podrá con nosotros, eso lo puedes jurar―me trata de dar esperanzas, sin embargo, yo no me engaño y tampoco pretendo que el crea que puede hacerlo―solo ten fe, así como se la tuvimos a Ateba hace un rato, ¿quieres, An
~~~Ana.Las palabras de Levy tienen razón, aunque eso no le importa a estos nuevos enemigos, que parece gustarle demasiado la cháchara, a tal punto, que esto parece haberse convertido en una disputa de patio limoso.Entonces, es Ateba quien empieza a actuar dentro de mí, haciendo que cada célula de mi cuerpo se encienda, envolviendo a Levy en el camino, quien ahora pareciera revestido en el aura plateada.―Creo que ya es hora de terminar con la plática del cafecito y enviarlos a todos ustedes de donde nunca debieron haber salido―le digo al más grandote, quien me mira y se ríe, al tiempo que miro a nuestro alrededor y me doy cuenta de que tanto Levy como yo estamos rodeados.―Sí, eso estábamos pensando nosotros, puesto a que los habíamos distraído lo suficiente. Necesitamos de su poder y ya vemos que lo hemos logrado―nos responde y de pronto comienza a salir la bruma negra de cada una de las siete figuras, las cuales tratan de envolvernos y sumirnos en la oscuridad, así que luchamos c
~~~Ana.Trato de ignorar a Levy, cuya mirada pareciera taladrarme la piel.Lo sé, estoy siendo demasiado temeraria, considerando nuestra situación actual, pero la pregunta que queda en el aire es saber qué podríamos hacer en contra de un reto, puesto a que, si no lo contestamos, de todas maneras, ellos se nos vendrán encima, aunque luzcan tan derrotados como nosotros.Pero, quizás, podamos equilibrar la situación."¡Ateba!", le grito en mi interior, uno que está vacío en este momento, lo cual me llena de terror, "sé que debes estar débil, y no te pediré que me acompañes en esta locura, pero, por favor, dame alguna señal de vida. No podré hacerlo, si sé que te he perdido para siempre", le ruego, pero ella parece no estar y me pregunto si es que ha agotado toda su energía, a tal punto de que ya nunca más estará conmigo, luego de que lo hemos dado todo en esta lucha de poderes.Entonces, siento que hay un pequeño eco en el fondo de mi ser. No está despierto, como si estuviera hibernando
~~~Ana.la angustia invade mi corazón de una manera tal, que hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo, solamente de pensar en el peligro que corre Levy, en una ocasión que no le puedo echar la culpa a nadie, solo a la miserable avaricia de estos monstruos que pretenden tomar todas las almas posibles, para entregárselas a su amo, quien quiera que sea.Entonces, tanto Levy como el bicharraco ese dejan de perder el tiempo y toman carrera para arremeter el uno en contra del otro, pero es tal el colapso, que ambos se notan aturdidos, mientras están enzarzados brazo contra brazo, mientras ambos braman en odio."No encuentro a Sanjay", me dice Ateba, aún débil, "debemos hacer algo o Levy no resistirá ante ese miserable", susurra, adolorida, al tiempo de que me estoy debatiendo, si hacer lo que me ha pedido Levy o quedarme y ver cómo intervengo en esta lucha encarnecida, en donde estoy segura de que tan solo uno saldrá victorioso.Y por lo que acaba de decir Ateba, me temo lo peor.Pero
~~~Ana.La bruma negra como el carbón intenta envolvernos, sin embargo, el aura combinada de Ateba y Sanjay resisten y apenas intenta tocarla, se desvanece, lo que provoca que más de esa asquerosa bruma emane de ellos, haciendo que se intensifique más nuestro poder.Entonces, veo cómo las lenguas de bruma dorada y plateada que emana de nuestros cuerpos son haladas por su poder demoníaco, como si fueran una especie de aspiradora, capaz de succionar tanto a Ateba como a Sanjay juntos."¡Los está debilitando!", le digo a Levy mentalmente, "no podemos permitirle que lo hagan".― ¡Ja! ¿Eso es todo lo que pueden hacer en nuestra contra? ―nos dice la figura que conforma los siete demonios―esto va a ser pan comido, por lo que veo―se jacta con sorna, lo cual enciende tanto mi ira como la de Levy.―Tampoco es que te vea que puedas hacer algo que sirva, así que, yo que tú, me quedaría callado―le dice Levy, desafiante, aunque sé que en el fondo tiene el mismo miedo que yo."No entiendo por qué n
~~~Ana.La bruma va escalando por mis cuerpo y siento cómo avanza desde mis pies, envolviéndome hasta mi torso, en donde siento cómo mi piel arde, como si estuviera a punto de arrancarse de mi carne.A pesar de que el dolor es insoportable, me digo a mí misma de que tengo que salir de este hoyo inmundo, porque hay dos personitas que dependen de mí y si yo no soy capaz de soportar esto, ¿qué pasará con ellos?Entonces, siento un cuerpo ponerse en mi espalda, como si estuviera protegiéndome de la bruma, dándome alivio mientras mis garras van hincándose en la roca dura, mientras voy en mi escalada hasta afuera."Ve subiendo, mientras yo te protejo", me dice Levy, quien está colocándose como una barrera entre la bruma y yo, "yo soportaré el dolor, al tiempo que tu sales, así garantizamos que uno de nosotros pueda continuar", me indica, pero no estoy muy convencida, "por favor, no discutas conmigo y sigue adelante", me pide y yo no pierdo mi tiempo y continúo."No te perdonaré si te pierd
~~~Levy.Me deslizo por la pared de roca hasta llegar al fondo en donde la monstruosa figura de los siete de Caronte me está esperando, apenas visible por la bruma que lo envuelve, mientras se ría de manera socarrona.―Bueno, ya estoy aquí―me burlo yo también, aunque en el fondo sé que no tengo mucho qué ganar, sin embargo, solo espero que Ana se haya quedado allá arriba, escalando hasta ver la luz e irse corriendo a preparar a todos para la batalla que viene, si es que no soy capaz de librar la lucha en contra de este monstruo.Que es lo más seguro.―Veamos si es que podemos acabar con todo esto de una buena vez―le advierto, al tiempo que me preparo para embestirlo, pero él parece reírse aún más.― ¿En serio crees que nos interesas, Sanjay? ―me dice, como si no existiera, solo mi lobo interior―si te hubiéramos querido a ti, ya te hubiéramos tenido, en cambio, Ateba, la hija de la Diosa Luna, con ella sí que podemos lograr lo que queremos―señala, lo cual me hace reír con ganas.―Ahor