El sol apenas comienza a despuntar en el horizonte cuando Isabella se prepara para la misión con la precisión de quien va a la guerra.
La habitación está sumida en un silencio denso, interrumpido solo por el sonido metódico de sus movimientos. No hay nada que se le pase por alto, en su mente tiene la claridad de lo necesario para enfrentarse a su plan.
Viste un atuendo oscuro, ajustado para facilitar el sigilo, y recoge su cabello en un moño apretado, de manera que su largo cabello no sea un obstáculo. Su rostro, normalmente expresivo, está endurecido por una determinación inquebrantable, esa que Renatto conoce a la perfección. Hoy no hay espacio para dudas.
Renatto la observa desde la puerta, su silueta recortada contra la luz tenue del amanecer. Sus ojos reflejan una mezcla de frustración y miedo, pero también una aceptación renuente. Ha aprendido, a su pes
Luego de atender a Isabella y que ella le revelara el plan de Daniel, ambos se dedicaron a revisar los documentos que logró rescatar.El aire dentro del refugio se siente más pesado que nunca. La información obtenida en la infiltración de Isabella ha confirmado lo peor, Alonzo está retenido por Daniel Corleone y lo han comprobado llamando al refugio en donde lo dejaron, el que sufrió un ataque duro por parte de Daniel y Viktor.Renatto ya sospechaba que su padre intentaría usar a su hijo en su contra, pero verlo confirmado en los documentos y fotografías que enviaron sus hombres, lo ha encendido de furia.—Vamos por él. ¡Ahora! —la voz de Renatto es firme, pero Isabella sabe que está a punto de perder el control.—Renatto, si vamos sin un plan sólido, podríamos perderlo —Riccardo interviene desde el sofá donde aún se recupera de su herida, tratando de hacer entrar en razón a su hermano.—¿Qué clase de plan quieres? ¡No voy a esperar m
Durante el trayecto de regreso, Alonzo no dijo una palabra. Renatto se encontró entre su ropa una foto de él, alzando a Alain, mientras escapaban de la cabaña. Y eso le dijo todo lo que su hijo estaba pensando.Cuando llegan, el ambiente en la mansión temporal se siente más tenso de lo habitual. La llegada de Alonzo no ha traído la tranquilidad que todos esperaban, sino una sombra de incertidumbre y cautela. Desde que Renatto y su equipo lograron rescatarlo, el niño ha permanecido en un inquietante silencio, observándolo todo con ojos analíticos y una expresión que no corresponde a la de un niño de su edad.Isabella lo observa con el corazón encogido. Su hijo, su pequeño Alonzo, el niño que alguna vez fue más serio y reservado, ahora tiene algo más en su mirada, una frialdad que no le pertenece, como la de su padre. Y tiene miedo.Algo dentro de ella l
La noche se asienta sobre el refugio con un aire de tranquilidad que no es más que una ilusión. Dentro de una de las habitaciones, Alain observa a su hermano con curiosidad. Alonzo, sentado en una esquina con los brazos cruzados, mantiene la mirada fija en un punto indeterminado, con el ceño fruncido, inmerso en pensamientos oscuros que ni siquiera él sabe cómo manejar.Alain, quien ha crecido con el amor y la calidez de Isabella y Antoine, no comprende del todo la frialdad de su hermano. Sabe que Daniel ha hecho algo para alejarlo de ellos, pero aún no entiende la magnitud de la manipulación que su abuelo ha ejercido sobre él.—¿Quieres jugar? —pregunta Alain por segunda vez, sosteniendo un par de coches de juguete de madera.Alonzo lo mira con dureza, como si la simple pregunta fuera una ofensa.—No soy un niño —su voz es seca, distante.Al
La noche cae sobre el refugio, cubriéndolo con un manto de aparente tranquilidad. Afuera, los sonidos del bosque crean una melodía constante, pero dentro, el silencio es abrumador. Renatto está sentado en el salón principal, con una copa de whisky entre sus manos.No la ha bebido.No ha probado una sola gota. Solo observa el líquido ambarino mientras su mente es azotada por una tormenta que no puede detener.Un par de días después del rescate de Alonzo, los mensajes han comenzado a llegar. No sabe cómo, pero Daniel ha encontrado la manera de jugar con él. Una tras otra, las amenazas han aparecido en su teléfono. Fotos de Alonzo, imágenes que lo muestran en un ambiente cálido, pero con la mirada vacía. Junto a cada foto, un mensaje.«Siempre supe que serías débil. Pudiste matarme, pero no lo hiciste. Tu error me ha dado la ventaja.»«No importa cuánto lo intentes, Alonzo nunca volverá a confiar en ti. Ya es mío.»Aquellos mensaj
El refugio está en silencio, pero en su interior la tensión se siente como una cuerda a punto de romperse. En la sala principal, Isabella revisa el mapa con los puntos de entrada y salida marcados con tinta roja. La información obtenida en su infiltración es precisa.El supuesto ataque de la policía, no fue nada más que un grupo de mercenarios que Daniel guio a ellos para entregar a Renatto a las autoridades internacionales, sin medir las consecuencias que eso pudo traerle a la ‘Ndrangheta. Por lo que ahora, volver a casa puede ser posible, siempre que logren liquidar a Daniel de raíz. Pero no es todo lo que encontró.Uno de los cuarteles de Daniel Corleone está vulnerable, y resulta que ahora es el momento perfecto para atacar.Renatto se mantiene de pie a su lado, con los brazos cruzados y la mirada fija en la estrategia que su gente ha trazado. Sabe que deben moverse ráp
El ambiente en el refugio está cargado de tensión. Desde que trajeron a Alonzo de vuelta, las cosas han cambiado drásticamente. Aunque ya han pasado varios días, el niño sigue distante y retraído, sin hablar con nadie salvo lo indispensable. El único que ha logrado entablar un lazo más fuerte es Alain, pero incluso para su gemelo se vuelve difícil hablar con él a veces.Isabella y Alain hacen todo lo posible por integrarlo, pero Renatto siente la barrera entre él y su hijo como un muro impenetrable. Incluso sabiendo que Isabella es su madre, el pequeño no ha conseguido ser lo que era antes.Una mañana, Isabella entra en la habitación donde Alonzo está sentado junto a la ventana, observando el bosque. Sonríe al recordar lo mucho que le gustaba el bosque en la mansión Corleone, se acerca a él, su corazón latiendo nervioso por la respuesta de su pequeño.—Alonzo, vamos a desayunar —dice suavemente, pero el niño no responde.Isabella suspira y se sienta en una silla cercana, esperando pac
El refugio en el que se encuentran sigue envuelto en una atmósfera tensa. Las paredes de piedra y madera de la antigua propiedad de la familia Conte son testigos de secretos enterrados, traiciones y guerras pasadas. Este lugar, una vez un emblema del poder de los Conte, ahora es solo un refugio temporal para aquellos que se preparan para la próxima batalla. Isabella camina por los pasillos con la cabeza en alto, pero su mente viaja a un pasado que preferiría olvidar.Antoine está junto a ella, observando cada detalle con una expresión melancólica.—Érase una vez una familia que lo tenía todo —murmura, deslizando los dedos por una vieja mesa de caoba cubierta de polvo—. Y luego llegó un monstruo y lo destruyó todo.Isabella detiene sus pasos y lo observa de reojo.—Lo destruyó porque temía lo que no podía controlar —responde con voz firme—. Porque sabía que, si dejaba que esta familia siguiera creciendo, habría alguien que pudie
Luego de aquella conversación tan honesta entre padres e hijos, Alonzo ha cambiado su manera de acercarse a ellos. Poco a poco ha regresado a ser el hijo cercano a Renatto. Así lo encuentra Isabella, en el cuarto de sus hijos, acostado en la cama en medio de los dos, profundamente dormidos.—Parece que aquí hubo fiesta sin mí —dice, sonriendo y ayudándolo a salir de allí.—Digamos que fue una reunión de caballeros —se para frente a ella y la besa—. Siento que he recuperado una parte importante de mí.Los dos miran a sus hijos, los cubren con las cobijas y salen de la mano a su cuarto. Al entrar, los dos se quedan mirando el espacio y Renatto la mira a los ojos.—Perdón —Isabella lo ve con intensidad.La palabra sale seria, se nota profunda y sincera.—¿Por qué me pides perdón? Si lo pienso, no me h