MÍAVer a Emma me hace feliz, hasta que recuerdo que ella es la mejor amiga de Basil, una mujer de la Bratva, y que si sé ha infiltrado aquí, es solo por una razón, una que me altera los sentidos. —Tu padre sí que tiene una seguridad de diez —se queja. Es ahí cuando me doy cuenya de que tiene una herida en uno de los costados, la sangre brota demasiado y ella pierde el equilibrio, se saca una daga al tiempo que sus rodillas se impactan sobre el suelo. —Maldición, sí que me costó un mundo llegar hasta ti —dice y corro hacia ella. —Emma… Me doy cuenta de los daños que ha sufrido su cuerpo, enseguida, suena una alarma por todo el lugar, ella sonríe aunque escupe sangre. Ella se ha infiltrado, pero al parecer, se ha enfrentado a los hombres de papá y ahora ella está a punto de morir. —Joder.—Basil… —Él no sabe dónde estoy, piensa que sigo en Alaska en la misión, Akin me está cubriendo las espaldas —dice con dificultad. —¿Por qué?... —la sostengo entre mis brazos, manchando de su
BASIL—¿Me estás escuchando? La voz de Viktoria, mi madre, me saca de mi ensimismamiento, no, no la estoy escuchando, ya que mi mente no deja de recordarme cada maldita cosa de la que me acabo de enterar, tenía que corroborar todo lo que me contó mi tío Dimitri, y al parecer, es cierto. Pero sigo sintiendo que hay algo más. Sé que Mía está en Italia, solo que no sé en que parte, nuestros infiltrados no se pueden exponer demasiado, se darán cuenta y entonces nuestras cartas serán mostradas a mitad del juego. —Basil —vuelve a llamarme mi madre. La miro mal, es mi madre y la amo, pero ahora mismo no tengo cabeza para otra cosa que no sea Mía. Joder, no saber se ella hace que la sangre se me pudra. —¡Basil! —exclama rabiosa. —No tengo tiempo para esto, tengo que encontrar a Mía —dejo en claro. Toma una bocanada de aire. —Imagino cómo te debes sentir, pero esta vez opino lo mismo que tu tío, lo mejor es que termines cortando todo lazo que tengas con ella —guarda silencio un par de
BASIL—Emma está muerta. Tenso el cuerpo, no, lo que dice Dimitri es mentira, una de tantas que ha dicho todo el tiempo, Emma es como mi hermana menor, la amo como si fuera de mi sangre, dejo de respirar lo que me parece una eternidad. Es decir, ella es… —Mentira.La voz de Dimitri me saca de mi ensimismamiento, su tono es amargo, ha perdido toda la compostura, aunque sigue queriendo ocultar lo que en verdad siente. —Emma es una de las mejores asesinas, sino, es que la mejor, ella y Portia eran invencibles, solo no puede estar muerta la mejor asesina rusa que tenemos dentro de la organización —brama Donovan. Lo conozco de toda la vida, cierto, jamás he estado de acuerdo con la manera en la que ha tratado a Emma todo este tiempo, son novios desde hace demasiado, sé bien que él fue quien la desvirgó siendo casi una pre adolescente, la única razón por la que ha tratado de mantener su relación en secreto, es para protegerla y para que no vean su punto débil. Él fue abandonado por sus
MÍAMi mente me hace una mala jugada, en especial, porque van dos noches que sueño con lo mismo, las mismas imágenes de Basil haciéndome el amor, una y otra vez, es brutal, intenso, salvaje. —Eres mía —gruñe entre sueños—. Mía Bennett. Y con esto último, despierto, desorientada, llena de sudor, son las cinco de la mañana, hace tres noches que no veo a mi padre, lo que hace que comience a preocuparme. Me levanto, me voy directo a la ducha y dejo que el agua caliente relaje cada uno de mis músculos. Mis articulaciones me lo agradecen al instante. El estado de Emma no ha mejorado mucho, pero los doctores que han venido a revisarla y suministrarle medicamentos, me han asegurado que está fuera de peligro de muerte, y quiero que sea así, aunque prefiero que los rusos piensen que está muerta. “Las decisiones cambian al mundo” siempre había escuchado eso, ahora, todo toma sentido, y estoy dispuesta a soportar todas las consecuencias que conlleve esto. Cuando termino, me visto, me pongo un
EMMAHan pasado dos meses desde que llegué a Italia, al principio, cuando estaba en Alaska por una nueva misión, aunque en el fondo era una simple excusa para poder evitar el cuestionamiento constante de Donovan, y me enteré sobre el posible ataque a la Bratva por parte de los italianos. Supe de inmediato que fue mala idea y que debí volver. Por ello, mandé toda la información que tenía en mi poder, a Basil, con gente de mi entera confianza, era lo mejor en esos casos, pero las cosas no salieron al final como las esperaba, ya que poco después me enteré que habían secuestrado a Mía. Conozco a Basil, sé que al principio lo movió el impulso de saber que ella se parecía en algunos aspectos físicos a Portia, pero también estaba segura de que le gustaba en serio, hacía mucho tiempo que no veía en sus ojos esa luz intensa que tiene cuando mira a Mía Bennett. Mi primer impulso fue infiltrarme dentro del territorio enemigo, quería llegar hasta Mía y tratar de convencer a su padre de que su l
BASILEl cuerpo me arde con cada golpe que le doy al saco de arena, mi mente no deja de lanzarme imágenes de Mía, desnuda bajo mi cuerpo, gimiendo de dolor mientras bombeo su interior, muevo mi cuello con estrés, la espera para poder llevar a cabo mi plan, ha tomado más tiempo del que esperaba, dos jodidos meses sin ella, sin la mujer que necesito en mi vida, mi mujer, mi esposa. Mi respiración se agita, el sonido de la puerta deslizante de cristal llama mi atención, de soslayo verifico quién tiene el atrevimiento idiota de interrumpir mi sesión de entrenamiento, rápido me doy cuenta de que se trata de Lorena Vascovila, una morena de cabello oscuro y ojos azules, una sumisa, mujer de la Bratva que solo sirve para una cosa; dar placer. La misma mujer que mi tío lleva dos meses, tratando de meterme hasta por los ojos, no funciona, no follo con nadie, y no se trata de que sea un santo o fiel, porque lo he intentado, las primeras semanas intenté acostarme con mujeres rusas, las mejores,
MÍA Miro mi reflejo en el espejo, la mujer que está delante de mí, es alguien que jamás pensé en ser, en estos dos meses han pasado demasiadas cosas, una de ellas, es tener a Akisha a mi lado, mi mejor amiga, mi entrenadora personal, gracias a ella, es que he podido saber defenderme, tenía un vago conocimiento debido a las enseñanzas de mi padre cuando era muy pequeña, cosas que en su momento me parecían una pérdida de tiempo, y que ahora sé que son herramientas para mantenerme con vida. Mi vestido largo, color negro, con un escote abierto en forma de corazón, y las joyas italianas que adornan mis orejas, cuello y brazos, me hacen ver como una diosa romana, todo hace contraste con mi tez clara, mi cabello negro, recogido en un moño alto con perlas como broches, y mis ojos delineados, provocando que mi color ámbar, se tiña de amarillo casi fosforescente ante la luz tenue. Por fin llegó el día en el que mi padre, se presentará oficialmente como el líder, el capo de la mafia italian
MÍAEs una locura, debo estar volviéndome loca, ya hasta lo veo en la sopa que como, y ahora, imagino que está aquí, entro al servicio de baño, está vacío, coloco el pasador y me quito la máscara de tela oscura con pequeñas incrustaciones de diamantes, lo que refleja mi rostro en el espejo, no me agrada, es el miedo en su más pura presentación. Le temo, sí, porque desde que estoy en este sitio, mi padre me ha mostrado todo lo que tengo que saber sobre Basil, desde videos en donde aparece él torturando a hombres, matando, a grabaciones en las que hace alguna clase de trato con los otros cárteles más importantes, como el de México. Las manos me tiemblan, necesito tranquilizarme o no voy a disfrutar de esta noche, tampoco quiero hacer quedar mal a mi papá, así que tomo un par de bocanadas de aire y me remojo el rostro con agua fría, luego me retoco el maquillaje, la puerta se abre y Emma entra. —Dios, eso fue honorable —balbucea mientras se acomoda el escote de su vestido—. Tu padre s