Alertas

Hamil sentía la atmósfera tensa del Imperio. La amenaza se sentía a kilómetros de distancia. Su mayor enemigo estaba cerca y la seguridad que el Orbe Celestial les brindaba se estaba desvaneciendo.

En las fronteras, las tropas enemigas se aglomeraban poco a poco y la esencia asesina se sentía desde lejos. Realmente daba miedo. Se sentía intimidada a pesar de haber sido entrenada para matar.

No había visto a Nastet en dos días, desde que había ido a verificar la situación y se estaba preocupando.

Su maestro era el guardián de las puertas del Imperio y de las fronteras, maldición que pesaba en sus hombros desde hace miles de año. Condenado a volverse una bestia fatídica en vez de una glamurosa figura mística, con una máscara que ocultaba un rostro que nunca mostraba. Sentía angustia por su maestro, si solo pudiera liberar algún castigo sobr

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