KELLENEstoy agotado, no he dejado de follar a Ava hasta sacarle del sistema la idea de abandonarme, ¿cómo es que me hice tan dependiente de esta mujer? No, no solo se trata de eso, sino, de que es mía, joder, solo mía, de nadie más, no he podido dormir en toda la noche, hace media hora que entre en ella de nuevo hasta que perdió el conocimiento, ahora está a dormida a mi lado. Se siente extraño, ya que nunca he dormido con ninguna mujer, ni siquiera con… como sea, miro la hora que marca mi reloj sobre la mesilla de noche, son las cinco de la mañana, es demasiado temprano para ella pero a tiempo para mí, porque en dos horas estaré en la maldita junta que han solicitado los accionistas y los líderes de la junta directiva, los cuales son liderados por mi abuela, quien estoy seguro, está detrás de todo esto. Aún me cuesta trabajo comprender cómo lo que inició como una sola idea de un año, se haya convertido en una realidad de años, tantos, que ahora soy padre. Si de algo estoy seguro,
AVACuando despierto, me duele todo el cuerpo, Kellen no está a mi lado, pero todo el aire huele a él, su esencia está en cada rincón, en el aire, en el oxígeno con el que lleno mis pulmones, y aun así, siento este vacío que golpea mi vientre bajo y que me deja sin aliento. Intento ponerme de pie, no lo hago hasta que gimo del dolor, camino raro, y es incómodo, Kellen fue una bestia anoche, no importó que le pidiera que fuera más lento, o que se detuviera, él solo aumentaba el ritmo de sus estocadas. Y ahora ni siquiera puedo dar dos pasos sin que me arda y duela el coño, como puedo voy al baño, una ducha de agua caliente antes de seguir con mis actividades del día, deseando encontrar un nuevo trabajo, uno que me permita no ser una inútil como me siento aquí, viviendo bajo el techo de Kellen Farrel. —Maldición —me quejo.Me parece que estoy sufriendo una pesadilla completa, cuando se trata de recordar lo que sucedió en la noche, si algo he aprendido de Kellen, es que es un hombre po
AVAMe congelo en mi sitio en cuando las palabras brotan al otro lado de la línea, tenso el cuerpo, si bien, Beau y yo nunca nos habíamos llevado muy bien que digamos, no es que lo odie, de hecho, me parece que su actitud hacia la vida es solo un reflejo de como mi madrastra lo ha educado, pero en general, Beau no es una mala persona, y me preocupa. —Ava, ¿sigues ahí? La voz de Levi me saca de mi ensimismamiento. —Sí, lo siento, ¿cómo ocurrió? —inquiero tragando duro. —No tengo mucha información, acabamos de llegar al hospital, pero me parece que se ha tratado de un accidente de auto, la madre de Beau ya se está haciendo cargo de todo lo demás, de los cargos al otro conductor, se han revisado las cámaras de seguridad y al parecer, fue la culpa del contrario, ella sufrió algunos daños, pero fueron leves en comparación de los de Beau —me explica lo más rápido que puede. Me tomo un par de segundos, tomo asiento en una de las esquinas de la cama, respiro con tranquilidad. —Siento ha
KELLENVARIAS HORAS ANTESNo dejo de pensar en Ava, ella aparece en cada uno de mis pensamientos, en especial, en los de la noche anterior, cuando me la follé una y otra vez, ¿qué si no tengo suficiente de esta mujer? No, no lo tengo, me da un hambre que nunca antes me había dado, y eso es lo que me posiciona en querer repetirlo. Lo que mencionaron en la junta no son más que sandeces, no pienso y no quiero dejar a Ava, es la madre de mi hijo, y la mujer que necesito a mi lado en estos momentos, no, tacha eso, pensar en que si la suelto ella pudiera encontrar a otro hombre, me enferma, tan solo imaginarla abriendo sus piernas para recibir a otro, hace que la sangre me hierva, ella es mía, lo tiene que entender mi familia y la empresa. Los principales socios mayoritarios están siendo manipulados por mi tío, y en parte por mi padre, ellos nunca se han llevado bien, y, sin embargo, no dudo que ambos se pongan de acuerdo para hacerme la vida imposible. —Malditos —bramo para mis adentros
AVAPor el rostro que pone Kellen, imagino que no se encuentra nada contento, en especial cuando cuelga y me lanza fuego por los ojos, mientras Rhys niega con la cabeza hacia los dos en reprobación. —Sé que empezamos esto como un contrato, un matrimonio arreglado —comienza el amigo de Kellen, no entiendo y no me interesa qué es lo que pasa entre los dos, pero si les puedo decir, que esto va a afectar de manera potencial, su imagen como matrimonio de una de las empresas más poderosas de todo el país. Trago grueso. Aún no le perdono a Kellen el que estuviera en un prostíbulo y que le hayan hecho una mamada y no sé qué más. Todo parece de pronto, una nueva pesadilla, es como si hubiera empezado de nuevo, desde cero, tengo un ligero tic en mi ojo. No sé qué es lo que pasa realmente, primero veo esas imágenes de Kellen con esas mujeres, llega con ella, luego todo este asunto de las empresas, esto es demasiado para mí. —Ava —me llama Rhys, y por primera vez veo un atisbo de empatía hacia
AVAEl miedo me recorre toda la columna vertebral, siento que el aire me sofoca y se siente como estar dentro de una enorme burbuja de aire, sin oxígeno, la sonrisa de Dimitri es igual de cruel que la de su hermano menor; Oliver Farrel, el padre de Kellen. La diferencia entre ambos hermanos, es que el primero tiene los ojos de un color oscuro sofocante, y los del padre de Kellen, azul turbio, mismos que le heredó a su hijo mayor, ya que Colby sacó el color de ojos verdes de su madre. El espacio dentro del cubículo del baño se siente como el más pequeño del mundo, retrocedo un solo paso cuando noto que él ensancha su sonrisa hasta formar una de guasón, mis manos se aferran a las esquinas del lavabo. —Tenemos mucho de que hablar —rompe el silencio perturbador—. Sin embargo, no tenemos demasiado tiempo como esperaba. Es una lástima, ¿no te parece? Trago grueso y eso ocasiona que él suelte una carcajada que me altera los nervios y hace que la piel se me erice de maneras inimaginables.
AVAEstoy sentada, sin salida, frente a uno de los hombres más crueles que pudiera existir, el padre de Kellen, es sin duda la copia original, y debo admitir que mi hijo Carlton, ha heredado los rasgos de los Farrel, de eso no cabe ni una sola duda, el problema es que no quiero ni pensar en lo que tiene para decirme, sin su esposa Einere como aliada ahora, o el mismo Kellen para defenderme de sus comentarios voraces. Respiro con profundidad, mientras él nos sirve una copa de vino, algo que sin duda no acepto, ya que no soy de las personas que suelen tomar adiestra y siniestra. —¿Puedo saber por qué no estás tan feliz como cuando dejaste al descubierto a mi querido hermano mayor? —rompe el silencio que nos envuelve. —Yo no estaba feliz cuando mostré las pruebas de lo que me ofreció el señor Dimitri, solo lo hice para que no piensen que soy una cazafortunas —contesto mirando mal la copa llena de vino. —Una cazafortunas, interesante —chasquea la lengua—. Solo que yo no pienso eso, qu
KELLENSabía que algo tramaba mi abuela, ella es la que siempre ha estado detrás de todo cuando se trata de mantener intachable la imagen de los miembros más importantes de la empresa, y esto me lo confirma. Para empezar, se me hizo extraño que me marcara demasiado temprano y personalmente para confirmar mi asistencia a la junta de presentación del nuevo socio de la empresa. Cuando la mayoría de las veces lo hace su asistente personal, en cuanto veo entrar a la mujer que me destruyó en el pasado, palidezco, porque se supone que está felizmente casada en Italia, con su famoso escultor y empresario millonario, el hombre por el que me abandonó sin reparo, justo un día antes de casarnos, un maldito día de ir al altar. Eso no fue lo peor, que el escándalo en ese momento fue tan tremendo, que mi abuela, como siempre, compró a los medios de comunicación e incluso les hizo firmar un contrato, en el que la cláusula más importante, era que nadie tenía permitido hablar de eso, mostrar imágenes