Solo mía

POR DANTE|

Al llegar a casa estaba todo oscuro, abrí con cuidado la puerta dejando las llaves en la mesa auxiliar. Camine por la sala y me fije que en el piso estaba Giulliana recostada, estaba destapada y la bata estaba abierta, dejando ver su cuerpo perfecto, me senté en el sofá de al lado y ella se movió refregando sus ojos, luego se sentó y la bata se deslizó completamente y aproveche de tomarla por detrás apretando sus senos, sentí como se tensó y trató de soltarse inmediatamente

— Ssshhh, soy yo

— ¿Dante, mi amor?

—  déjame acariciarte, quiero regalonear a mi futura esposa

No dijo nada y afirmo su cabeza en mi hombro y la acomodé entre mis piernas, besé su cuello desde atrás mientras apretaba sus senos entre mis manos, pellizcándole el pezón. Gimió ante mi toque, y

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