Luego de 3 días mi pierna se había curado, como se dice era más sangre y dolor que herida, pero este juego de niña ya había terminado y más aún sabiendo la verdad, puede que aún no tuviera mucha fuerza pero no me dejaría dominar más por ella, así que cada vez que la escuchaba atender el teléfono hacía ruido golpeando su pared, ella lógicamente luego de la llamaba me regañaba o simplemente me ignoraba, por el trabajo le pago a Rayo y su amigo y ambos se fueron ese mismo día.

   Carlos y yo sólo teníamos la vigilancia de Gloria quien aún lo torturaba por saber si Alejandro había vuelto y que más había hecho, tanta era su tortura que lo dejaba casi desmayado; me daba dolor y a veces le decía a Carlos por favor dile o otras veces le imploraba a ella que parará, pero cuando se cansaba o se aburría se iba y nos dejaba solos de nuevo, mi piscina tanque había cambiado, ahora sólo del busto para arriba estaba en seco, las cadenas de mi aleta eran más pesadas y no