Duke se dio cuenta y enarcó las cejas. "George, agarra a Al y váyanse", dijo con firmeza.

George se quedó desconcertado. "Papi, aún no empezamos a comer. ¿No podemos irnos después de cenar?".

Duke tiró de Adina hacia él. Los ojos de Adina perdieron toda emoción. Estaban desenfocados y lo miraban con frialdad.

A Alden se le encogió el corazón.

Tiró del brazo de George y dijo con voz ronca: "Papi, puedes llevar a Mami arriba. George y yo nos iremos después de comer".

Duke se levantó y subió con Adina. La colocó en la cama y cerró la puerta tras de sí.

"¿Qué pasa, Al?", preguntó George, con la cara cada vez más pálida. "¿Es realmente lo que pensabas?".

"Según lo que leí en Internet, los cambios repentinos de Mami son exactamente lo mismo que les ocurre a los humanos a los que se les implantó los chips biointeligentes", dijo Alden gravemente. "Es el resultado de una orden del sistema".

El corazón de George se sintió oprimido. "¿Qué hacemos ahora?".

"Puesto que Mami optó por aband